El ministro de Finanzas de Francia dijo este miércoles que su país aplazará su impuesto a los negocios digitales de grandes empresas de tecnología como Google y Facebook a cambio de la promesa de Estados Unidos de no aplicar sanciones de represalia.
El acuerdo alcanzado entre Bruno Le Maire y el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, podría evitar una nueva escaramuza comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea en el lucrativo mercado de la alta tecnología.
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Le Maire dijo que Francia postergaría la recaudación del impuesto digital hasta diciembre hasta el próximo ciclo electoral de Estados Unidos, pero que no lo eliminará por completo hasta que se alcance un acuerdo internacional.
“Las empresas digitales pagarán su impuesto justo en 2020”, insistió Le Maire.
Estados Unidos, a su vez, se abstendrá de imponer aranceles de represalia. El país había amenazado con imponer aranceles al vino, queso y otros productos franceses.
Le Maire y Mnuchin han acordado hablar sobre la creación de un marco global sobre cómo gravar los negocios en línea.
Francia estableció en julio el impuesto a las grandes compañías de internet, incluidas Google y Amazon, de 3% sobre los ingresos del comercio digital obtenidos en la nación europea.
Un funcionario francés dijo que las compañías tecnológicas seguirán pagando algún tipo de impuesto sobre los ingresos digitales de este año, ya sea el impuesto francés o uno nuevo negociado por el grupo de las principales naciones industrializadas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La OCDE ha intentado establecer un sistema que permita a Francia suspender su impuesto unilateral.
Le Maire tenía previsto reunirse la tarde del miércoles con Mnuchin y el secretario general de la OCDE, el mexicano José Ángel Gurría, en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
“Sin duda espero que lleguemos a una solución porque no hay plan B”, Gurría le dijo a The Associated Press.
La medida francesa es un intento de darle la vuelta a la evasión fiscal de las multinacionales, que suelen pagar la mayoría de sus impuestos en el país de la UE en donde operan y con frecuencia donde pagan menos gravámenes. Eso significa que las compañías pagan prácticamente nada de impuestos en los países donde tienen grandes operaciones.
El impuesto aplica al comercio digital de compañías que tienen ingresos globales por arriba de los 750 millones de euros (US$833 millones) e ingresos franceses superiores a 25 millones de euros. Ese umbral es para dar más oportunidad a las compañías incipientes, conocidas como startups.
Francia alega que las compañías tecnológicas abusan de su dominio en el mercado, sobre todo a través de la evasión fiscal, y evita la competencia justa de otras.
El gobierno de Estados Unidos respondió a la iniciativa francesa amenazando con imponer aranceles a una serie de bienes, incluso el vino francés. El presidente Donald Trump hizo una amenaza mayor: imponer aranceles a los autos fabricados en la UE, donde la industria automotriz es enorme.