Cualquiera pensaría que el Congreso, por la “calidad” de varios de sus integrantes y por su bajísimo nivel de aprobación popular (entre el 7% y 10% de aprobación) no tiene relevancia en la agenda económica del país.
Sin embargo, la semana pasada tomó una decisión que tendrá profundas implicancias económicas y sociales, y de paso le dio una lección de “juego político” al ministro de Economía y Finanzas, quien en varias oportunidades había pedido, ingenuamente, “que no se haga política con la economía”.
Sigue a Portafolio también en Facebook
Resulta que la semana pasada el Congreso decidió que a las gratificaciones de julio y diciembre había que exonerarlas permanentemente de los descuentos que se les aplican para el pago a Essalud y para los aportes con fin previsional.
El MEF quería que la exoneración sea solo temporal, para no afectar el presupuesto de Essalud y las contribuciones a la ONP. Pero el Congreso y en particular la bancada oficialista, que en un primer momento apoyaron la idea del MEF de que la exoneración sea temporal, decidieron a última hora que la exoneración sea permanente.
Así, el Congreso y también el presidente Humala, a quien la bancada oficialista le había consultado sin participarle al MEF, dejaron (una vez más) en offside al ministro de economía.
Y es que estando tan cerca el período electoral, la tentación populista para el Congreso era demasiado grande. Una gran mayoría de trabajadores (potenciales votantes), de los que tienen la suerte de recibir gratificaciones, quiere que la exoneración sea permanente, pues esto implica evidentemente que tendrán más dinero en el bolsillo.
Pero el problema económico y social lo tendremos más adelante. La medida implicará que algunos trabajadores ahorrarán menos para su futuro (pensiones) y también aportarán menos a Essalud.
El efecto de esto es evidente. Por un lado, las pensiones que recibirán estos trabajadores en el futuro serán menores (menores aportes hoy, menores pensiones después).
Por otro lado, el presupuesto de Essalud también será menor, lo que casi con seguridad implicará menores inversiones en salud. Ojo, esto ocurrirá así Essalud se convierta en la institución más eficiente del sector público, que genere, como algunos han pedido, eficiencias y ahorros que compensen la menor recaudación.
Así las cosas, en su vejez, estos trabajadores tendrán pensiones menores a la par que peores atenciones médicas, precisamente cuando más lo necesiten. Quién se hará cargo de esta futura carga social: ¿los congresistas?