Alonso Segura ha reemplazado a Luis Miguel Castilla en el poderoso Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en el momento económico más complicado que enfrenta la actual administración: la economía que no crece desde hace ocho meses. Malos tiempos, Alonso.
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Lo que sucede es que nuestro país es muy pequeño y bastante abierto a la economía mundial. Por lo tanto, la importancia de los factores externos en su destino es muy grande. Más de la mitad de nuestro crecimiento no tiene que ver con lo que hacemos, sino con lo que pasa afuera.
El crecimiento espectacular del PBI entre el 2006 y 2011 –de más de 8% anual, quitando el año de la crisis, 2009– ha hecho creer que ese es nuestro crecimiento normal. En esos años, los precios de nuestras exportaciones –quitando siempre el 2009– crecieron a un ritmo de 25% por año. Ese período es irrepetible. Hay que olvidarse de él.
Cuando suben los precios de las exportaciones, la tarea del MEF o el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) es sencilla. La economía crece, la inversión privada también, como espuma, el precio del dólar se cae, por lo que la inflación se mantiene baja, y el BCRP acumula reservas internacionales sin ningún problema.
Cuando bajan esos precios, todo es distinto. Eso es lo que está pasando en el Perú y América Latina desde finales del 2011.
El enfriamiento que se observa, entonces, no es culpa del “modelo neoliberal” o de la “falta de reformas”. Es, esencialmente, producto del cambio en las condiciones internacionales y, en el caso del Perú, de la falta de respuestas oportunas.
Si ese diagnóstico es correcto, el problema no es solo de este año, sino también de los años que vienen. Bertram Gruss, del Fondo Monetario Internacional (www.imf.org/external/pubs/ft/wp/2014/wp14154.pdf), confirma que el escenario internacional que aguarda a América Latina para el período 2014-2019 es malo.
Con información de los mercados de futuros se proyecta que el precio internacional de los alimentos, el petróleo y los productos agrícolas seguirán cayendo, y que el precio de los minerales se mantendrá congelado. Luego, se estiman los impactos de este nuevo escenario de precios internacionales sobre la tasa de crecimiento del PBI en América Latina.
En un escenario de precios de exportaciones estables, más optimista que el que dicen los precios futuros, la tasa de crecimiento de América Latina descendería del 5% registrado en el período 2003-2011 a solo 3,2 % en el período 2014-2019. Según este trabajo, el Perú solo crecería a un ritmo de 4% anual en este período.
¿Qué hacer? En primer lugar, aprender del 2014. El BCRP y el MEF no reaccionaron a tiempo ante el deterioro del contexto externo conocido por todos. Aun en las nuevas condiciones externas, no merecemos crecer por debajo del 3%. En segundo lugar, sincerar las proyecciones a las nuevas condiciones internacionales.
En tercer lugar, trabajar para que los grandes proyectos impulsados por el Estado o el sector privado empiecen a operar en los plazos establecidos.
Por último, recalcular el ritmo de crecimiento potencial de nuestra economía. Esta tarea es importante para tener respuestas precisas sobre el tamaño del impulso fiscal o monetario que requiera la economía en circunstancias específicas.