Nada ha mejorado en el ámbito político en los últimos cinco años en nuestro país, asegura Michael Reid en esta entrevista, realizada durante su visita a Lima para participar del Connect BCP. El escritor se refirió a la inseguridad en América Latina, el crecimiento económico de la región y a las próximas elecciones en Estados Unidos.
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¿Cómo se percibe desde afuera el tremendo problema de inseguridad que vivimos en este momento en el Perú? Además, nuestra presidenta tiene 3% de aprobación, ¿cómo trasciende esta cifra?
Hay dos cosas ahí. Uno es el problema de inseguridad que se ha incrementado en toda América Latina en los últimos tiempos y ese incremento es particularmente notorio en en el Perú y en Chile, por lo menos a nivel de la percepción de la población. Evidentemente es un problema que requiere una respuesta y la respuesta no es fácil. Esto pasa por mejorar todos los elementos en la cadena de prevención, persecución, investigación y castigo de los delitos -policía, Fiscalía, Poder Judicial y cárceles-. Va a ser un trabajo largo, pero hay que empezar.
El caso peruano creo que está muy complicado por el hecho de que es un gobierno muy débil. Visto desde fuera, muy incompetente y con ministros que cambian, con ministros que despiden a policías que están haciendo un buen trabajo por motivos que son difíciles de explicar.
- En momentos como este, en los que la inseguridad toma mucho protagonismo, se suele mirar a los extremos. Un ejemplo es el señor Bukele en El Salvador, con un modelo de seguridad ya reconocido en América Latina. ¿Ese es un riesgo o una oportunidad para el Perú?
Me parece que no es casual que Bukele sea el político más popular en América Latina en este momento. Es muy difícil exportar su modelo de seguridad. Pienso que los salvadoreños con el tiempo van a empezar a preocuparse más por aspectos de ese modelo. Evidentemente hay bastante gente inocente en la cárcel en El Salvador, porque no ha habido juicios apropiados. ¿Por qué es muy difícil de exportar el modelo? Primero, porque El Salvador es un país pequeño y compacto, y enfrentaba un problema de seguridad de unas pandillas casi artesanales. El Perú y otros países de América Latina, donde Bukele es popular, son mucho más complejos, diversos, grandes, fragmentados y con organizaciones de crimen organizado más sofisticadas. Ahora hay otro camino y me parece que Chile lo está tomando en este momento. Pero, es verdad que Chile comienza con una institucionalidad más fuerte. La seguridad no era una de las prioridades de Boric cuando entró al gobierno, pero si se aprueba su próximo presupuesto, el aumento total para temas de seguridad será de 15%. Está invirtiendo en la policía, está construyendo una nueva cárcel de máxima seguridad y está adoptando ese enfoque de mejorar todo el ecosistema.
- ¿Es el nuevo objetivo del gobierno de Boric? Tras el fracaso de su referéndum, de alguna manera, se podría decir que se quedó sin agenda política.
Estuve en Chile hace un mes. Es evidente que las prioridades para el gobierno de ahora son seguridad y crecimiento económico, y sus reformas de pensiones, de educación y de pensiones.
“El caso peruano creo que está muy complicado por el hecho de que es un gobierno muy débil. Visto desde fuera, muy incompetente”.
- La inflación ha sido muy complicada de gestionar para algunos países. Colombia, por ejemplo, ha tenido muchos problemas para controlarla. En algunos casos, se ha frenado el crecimiento. ¿Veremos estancamiento económico en América Latina en el 2025?
Los bancos centrales de las principales economías de América Latina han actuado en una forma bastante eficaz frente a la inflación. Empezaron a actuar antes que los bancos centrales en los países desarrollados. Ya se ven los frutos, se están recortando las tasas de interés. Es verdad que Colombia está un poco atrasado en eso, o más bien la inflación es más persistente. Pero, pienso que han actuado bien. Hay una cierta resiliencia macroeconómica en la región, pero con tasas de crecimiento bastante mediocres de entre 2% y 3%, eso no es suficiente para satisfacer las necesidades de las poblaciones.
- Pero, ¿veremos estancamiento económico?
Veo un crecimiento mediocre y un estancamiento porque el problema de fondo es que la productividad muy baja. Para volver a crecer en forma rápida, hay que hacer las cosas mejor con la infusión de prácticas mejores de gerencia y capacitación laboral. También, invertir más en la infraestructura para reducir los costos de operación.
- En el Perú se espera que las inversiones privadas no avancen significativamente el próximo año porque es un año pre-electoral.
América Latina se ha caracterizado en los últimos tiempos por tener bastante inestabilidad política, polarización, populismos y un debilitamiento del centro político. Y creo que ese cuadro es particularmente agudo en el Perú y lo vimos en la elección del 2021. Es una polarización y una lotería electoral. Los dos candidatos que pasaron a la segunda vuelta tenían aproximadamente 15% de apoyo cada uno y una fragmentación política muy grande. No creo que nada ha mejorado en el cuadro político en los últimos cinco años en el Perú. Veo con bastante preocupación el cuadro preelectoral.
- Tenemos 37 partidos inscritos.
Eso es absurdo.
- Sin duda, abonará a la fragmentación, tanto de la izquierda como de la derecha.
Exactamente. Me parece importante que los líderes políticos que están más o menos de acuerdo sobre cosas básicas -economía de mercado, democracia, progreso social, estado de derecho- deben dejar de lado sus ambiciones personales.
- El último domingo, Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, dijo que la presidenta se quedaría en el poder, como máximo, hasta julio del próximo año. La presidenta le ha respondido. Ella siempre ha dicho que quiere quedarse hasta el 2026. ¿Cómo ve su continuidad?
Pienso que siempre es una posibilidad, puede caer en cualquier momento por alguna circunstancia. Es verdad que esto no pasó en los últimos dos años porque el Congreso no quería, los congresistas querían mantenerse en sus cargos y mantener sus salarios. Pero, evidentemente la gestión de la presidenta ha sido muy mediocre y está muy cuestionada éticamente. En realidad, no gobierna. Para muchos efectos prácticos es el Congreso el que gobierna. La rotación ministerial es cada vez más frecuente, y la mayoría son ministros débiles. ¿Podría haber un cambio de opinión en el Congreso y que la saquen? Es posible. Mi impresión es que para la mayoría de analistas peruanos ese no es el escenario más probable, pero obviamente no está descartado.
- El Congreso también tiene muy poca aprobación por parte de la población.
Así es. El Congreso es una de las fuentes de muchos problemas en este momento, porque sus intereses subalternos son demasiado evidentes por un lado y por otro lado, están promoviendo leyes en algunos casos de muy cuestionable utilidad para el Perú, y aparentemente favoreciendo intereses ilícitos.
- ¿Cuáles son los riesgos económicos y políticos que identifica para las elecciones del 2026?
Temo que va a haber una repetición de las elecciones del 2021 en el 2026, con candidatos extremos, con mucha fragmentación. Para bien o para mal, un presidente o presidenta que carezca de apoyo legislativo. No se ven líderes democráticos de calidad que estén emergiendo con mucha posibilidad de éxito. En el Perú, ustedes saben que las cosas cambian minuto a minuto. Tengo la sospecha de que quien gane la elección puede ser alguien del que ninguno de nosotros ha escuchado hasta el momento. Pero, el nivel de descomposición política es muy grande en el país, lamentablemente.
“América Latina se ha caracterizado en los últimos tiempos por tener bastante inestabilidad política, polarización, populismos y un debilitamiento del centro político”.
- Hay un tema económico que preocupa a una parte de los analistas locales. Este 2024 sería el segundo año en el que el MEF no cumpliría la regla fiscal.
Una de las grandes fortalezas de este siglo ha sido precisamente la gestión macroeconómica seria con una política fiscal rigurosa dirigida por personas con capacidad técnica y un nivel de deuda pública de las más bajas de las economías grandes de América Latina. Pero, poco a poco con este gobierno eso se ha ido debilitando y pienso que en algún momento, no necesariamente ahora, si sigue esa tendencia, este tema se va convertir en motivo de preocupación para los inversionistas financieros, con un impacto sobre la economía.
- En términos de reforma política, el Congreso ha hecho algunas modificaciones importantes. Por ejemplo, a partir del 2026 vamos a tener dos cámaras.
Doctrinalmente estoy a favor de la bicameralidad, pero en el caso peruano no hubiera yo empezado con eso. Con todas las complicaciones del sistema en este momento, pienso que volver a prometer la reelección de congresistas, alcaldes y gobernadores es muy importante. Siempre pensé que fue un error que el presidente Vizcarra lo anulara. También, es esencial reducir la fragmentación política tomando medidas para dificultar que hayan tantos partidos. Y lo otro, que es más complicado y tal vez más de mediano plazo, es reformar la regionalización y asegurar que haya más competencia técnica en los gobiernos regionales.
- Regresando al plano internacional, las elecciones en Estados Unidos se acercan. ¿Trump o Harris?
Es evidente que en este momento cualquiera de los dos podría ganar. Hay un voto fragmentado también en Estados Unidos en este momento.
- Las encuestas en los estados que tienen voto adelantado, por lo que he podido leer, están favoreciendo a Trump.
Es una elección profundamente polarizada con un abismo entre los dos campos. Más allá del resultado electoral, es una fuente de preocupación. Si la principal potencia democrática en el mundo está tan dividida internamente…
- La relación de América Latina con Estados Unidos va a cambiar mucho dependiendo de quién sea el ganador. Hay muchos analistas que consideran que esa relación podría ser más perjudicial para América Latina en caso de una segunda presidencia de Trump.
Creo que eso es mucho más preocupante para Europa que para América Latina. Trump no apoya la resistencia de Ucrania y su apoyo para la OTAN está en duda. Para América Latina, pienso que hay tres riesgos. Uno es la subida de aranceles. ¿Va a exceptuar a los países con acuerdos de libre comercio o quiere que se caigan esos acuerdos? No sabemos. Por otro lado, la presión sobre la migración va a ser aún más fuerte, me parece. Aunque, eso puede ser más retórico que real. Y en tercer lugar, es verdad que la administración de Biden ha sido fiscalmente muy laxa, pero todo indica que Trump va a recortar impuestos y no va a recortar gastos. Eso, combinado con la posibilidad de que se impongan aranceles, incrementaría la inflación. Entonces, la probabilidad es que las condiciones financieras para América Latina se pondrían más un poco más difíciles porque la tasa de interés de los bonos del tesoro va a subir.
- Y por lo tanto, el dólar se va a fortalecer.
Y por lo tanto el dólar va a fortalecerse también. Eso tiene un impacto comercial, evidentemente, y en el costo de atender a la deuda.
- Además de ser muy polarizada, algo que llama la atención es que las dos propuestas -tanto la demócrata como la republicana- a nivel de gasto son fiscalmente poco responsables.
Así es y es una tendencia de hace bastante tiempo en Estados Unidos, pero se está acelerando.