Moody’s Investors Service (“Moody’s”) bajó hoy la calificación de emisor de la Municipalidad de Lima (Lima) a Baa2 desde Baa1 y su evaluación del riesgo crediticio base (BCA, por sus siglas en inglés) a baa3 desde baa2. La perspectiva permanece estable.
La acción de calificación resulta de la decisión de Moody’s de bajar la calificación del Gobierno del Perú a Baa1 desde A3 y cambiar su perspectiva a estable desde negativa.
¿A qué se debe la baja?
La baja de la BCA a baa3 desde baa2 y de la calificación de emisor a Baa2 desde Baa1 muestra un deterioro del riesgo sistémico de Lima, reflejado en el cambio de calificación del Perú, así como las dificultades intrínsecas en materia fiscal que enfrenta Lima.
El municipio ha experimentado un deterioro de su balance operativo bruto (GOB, por sus siglas en inglés) debido a una disminución del 9.5% de los ingresos operativos y a un aumento del 21% de los gastos operativos durante 2020, en parte como resultado del apoyo a la población durante la pandemia del COVID-19 que Moody’s considera un riesgo social.
Si bien el GOB de Lima promedió el 20% de los ingresos operativos durante el período 2016-2019, fue equivalente al 0.4% en 2020. Dado que los desafíos relacionados con la pandemia continuarán durante 2021, Moody’s espera que el GOB de Lima se mantenga bajo durante 2021 y 2022 en relación con los niveles históricos y sus pares regionales, en un promedio del 6% de los ingresos operativos.
Un GOB más débil señala un mayor riesgo de gobernanza para Lima a medida que atraviesa los desafíos de la pandemia. Lima también registró un importante déficit financiero durante 2020 del 24.6% de los ingresos totales.
El déficit refleja el impacto del GOB más bajo y el financiamiento necesario para el gasto en infraestructura a medida que Lima continúa desarrollando su infraestructura para respaldar la recuperación económica. Moody’s espera que Lima continúe registrando déficits financieros de alrededor del 8.5% de los ingresos totales en 2021 y 2022, en promedio, ya que la municipalidad planea continuar con su ambicioso plan de infraestructura.
Dado que la municipalidad financió parcialmente el déficit con liquidez disponible, el nivel de disponibilidades se deterioró aún más en 2021. Medida como efectivo a pasivo circulante, la liquidez representó 1.2x.
Dado que la administración actual no prevé contratar más deuda para financiar los déficits financieros, Moody’s espera que la liquidez se deteriore aún más en vista de las actuales necesidades financieras y que el efectivo cubra al menos 1.0x el pasivo circulante en 2021 y 2022, un nivel inferior al promedio de 4.4x registrado durante el período 2016-2019.
Asimismo, dado que Lima no ha contratado deuda adicional, su nivel de deuda, medido por la deuda directa e indirecta neta a ingresos operativos, mejoró del 83.5% en 2017 al 61.4% en 2020. En ausencia de una nueva emisión de deuda, Moody’s espera que el nivel de deuda siga mejorando hasta el 41% para 2022.
La calificación Baa2 refleja una BCA de baa3, junto con el supuesto de un fuerte nivel de apoyo extraordinario del Gobierno del Perú (Baa1 estable). El fuerte nivel de apoyo considera que Lima es la capital con el 30% de la población peruana. Además, contribuye con el 45% del PIB del Perú.
Fundamento de la perspectiva estable
La perspectiva estable refleja la expectativa de Moody’s de que los altos ingresos propios de Lima (77% de los ingresos operativos durante 2020) le brindarán los recursos necesarios para limitar una mayor presión a la baja sobre los resultados operativos. Esto reducirá aún más los requerimientos financieros y asegurará que la posición de efectivo siga siendo superior a 1x el pasivo circulante en los próximos 12 a 18 meses.
En la evaluación de Moody’s, las consideraciones ambientales no son materiales para el perfil crediticio de Lima. El principal desafío ambiental de Lima está relacionado con la escasez de agua. Sin embargo, los riesgos se compensan, ya que la infraestructura para aumentar la disponibilidad de agua es una responsabilidad compartida entre el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal) y el gobierno nacional.
Factores para el alza o baja de las calificaciones
Si la municipalidad registra balances operativos brutos más fuertes de los previstos, lo que llevaría a una mejora sostenible de la liquidez, las calificaciones podrían enfrentar una presión al alza.
Por el contrario, un mayor deterioro de la posición de liquidez de Lima provocado por déficits financieros mayores a los esperados podría provocar una baja de la calificación. Una baja de la calificación del Gobierno del Perú también podría traducirse en una reducción de la calificación de Lima.
La principal metodología utilizada en estas calificaciones fue “Gobiernos locales y regionales”, publicada en enero de 2018, disponible en el portal de Moody’s.
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