César Vallejo
César Vallejo
Federico Salazar

Acaba de aparecer la segunda entrega digital de los manuscritos de César Vallejo en la edición diplomática de Enrique Ballón Aguirre. La “diplomática” es la disciplina que trabaja y difunde documentos originales pero con precauciones y cuidados especiales.

Estos manuscritos le fueron legados a Ballón por la viuda del poeta, Georgette Philippart, para su estudio bajo estándares académicos profesionales.

La escritura de Vallejo requiere especial atención porque no solo extiende, innova y recrea la lengua española, sino que expresa, como ninguna otra, la formación de la identidad literaria peruana.

La publicación nos recuerda que la identidad de las sociedades de una nación se funda, ante todo, mediante la concurrencia e, incluso, aleación de sus lenguas orales y escritas. Los textos no son un simple reflejo pasivo de cada estado del lenguaje y la cultura que lo informan: reciben las innovaciones que su autor forja en ellos.

La singular escritura literaria de Vallejo aprovecha una combinatoria de géneros hasta entonces inédita en lengua española: la escritura de poemas en prosa. Se trata, pues, un caso único en la literatura peruana institucionalizada.

Icónica foto de Vallejo junto a su esposa Georgette, quien guardó por décadas los manuscritos del poeta. (Izquierda) Manuscrito de los poemas “El acento me pende del zapato” y “Los desgraciados”, ambos fechados en 1937 e incluidos póstumamente en Poemas humanos.
Icónica foto de Vallejo junto a su esposa Georgette, quien guardó por décadas los manuscritos del poeta. (Izquierda) Manuscrito de los poemas “El acento me pende del zapato” y “Los desgraciados”, ambos fechados en 1937 e incluidos póstumamente en Poemas humanos.

—Contra el secreto profesional—
Una breve idea de la construcción de un poema en prosa vallejiano lo da aquél cuyo primer apartado dice: “En el momento en que el tenista lanza magistralmente/ su bala, le posee una inocencia totalmente animal;/ en el momento/ en que el filósofo sorprende una nueva verdad,/ es una bestia completa”. Originalmente, el texto en prosa llevaba por título “De Feuerbach a Marx” y le antecedían dos líneas: “Cuando un órgano ejerce su función con plenitud, no hay malicia posible en el cuerpo”. En cambio, ya en el manuscrito del poema en prosa Vallejo elimina el título provisorio y tacha con tinta estas dos líneas iniciales.

Sabemos, por la señora Georgette Philippart, que el texto proviene de un fragmento del libro en prosa Contra el secreto profesional, que lleva la anotación “pasado en verso”.

Los largos años de escritura (no unos pocos meses) corresponden al período en que Vallejo visitó tres veces la Unión Soviética, estudió marxismo, se declaró marxista y se inscribió en el partido comunista español (1931). De hecho, es desde este trasfondo de lecturas y decisiones ideológicas y políticas que llegan las resonancias de un texto clásico del marxismo, como Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, de Engels, publicado junto con las Tesis de Marx sobre Feuerbach.

Enseguida, en el mismo poema en prosa, al “tenista” (cuerpo, movimiento) se le asocia “inocencia” y “animal” se alía a “filósofo” (mente, pensamiento) que, a su vez, se vincula con “una nueva verdad” (mente, movimiento). El mecanografiado da una clave: el poema en prosa ha suprimido la oración: “Lo mismo ocurre con el cerebro”.

Georgette Philippart de Vallejo
Georgette Philippart de Vallejo

Inmediatamente después, el segundo enunciado trata el sentimiento religioso, del que habla Feuerbach (“religiose Gemüth”, entrecomilla Marx en la Tesis VII, lo que en francés se tradujo como “esprit religieux”). Este ‘sentimiento religioso’ sería un órgano especial (A. France), por lo que: “en el momento exacto en que un tal órgano/funciona plenamente,/ tan puro de malicia está el creyente,/ que se diría casi un vegetal”. El poema en prosa concluye inusitadamente ahora con una proporción entre los componentes del título tachado: “¡Oh alma! ¡Oh pensamiento! ¡Oh Marx! ¡Oh Feuerbach!”.

Cabe preguntarse, ¿de dónde vienen las menciones de “Marx” y “Feuerbach” que persisten no obstante los cambios de escritura?

El tema de aquel texto clásico del marxismo es la superación del materialismo ingenuo por el materialismo dialéctico en la versión de Engels. En el poema en prosa se plantean emotivamente como una equivalencia AB/BA; es decir, por el orden invertido del verso, Alma es a Feuerbach, como Pensamiento es a Marx. De esta manera, Vallejo ha transformado un apunte reflexivo, producto de sus lecturas y vivencias marxianas, en un texto de factura sensible, única y personalísima.

—Texto artístico—
De ahí que el poema en prosa no sea un texto reflexivo, intelectual, sino artístico, emotivo: si bien trasciende en él el telón de fondo de las lecturas y el posicionamiento ideológico, obtiene su propio estatuto, estrictamente literario. Ello se confirma en el manuscrito reproducido donde constan los tachones y correcciones hechos durante el proceso de creación del género combinado (p. 237).

Esta es solo una muestra, muy resumida, de lo que se puede encontrar en la lectura de los poemas en prosa de Vallejo, ahora al alcance de todo el público, debido al cuidado profesional del profesor Enrique Ballón, miembro del comité científico del Instituto Ferdinand de Saussure, de París. El texto se puede ver y descargar, sin restricción, del volumen XXIV, Nr. 2 (2019) de la revista Revue-Texto! en la sección Arts du langage.

Manuscrito
Manuscrito
Transcripción
Transcripción

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