El analista político Jeffrey Radzinsky, director del Grupo Fides Perú, afirmó que la firma de la Proclama Ciudadana por parte de los candidatos Pedro Castillo (Perú Libre) y Keiko Fujimori (Fuerza Popular) es positiva, porque permite establecer “reglas básicas” y remarcar “los marcos inmanentes a la democracia”. Añadió que el estancamiento del profesor en las encuestas se debe a un conjunto de errores, entre ellos no presentar a su equipo técnico.
— Las últimas encuestas de IEP y CPI muestran que la distancia entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori se ha reducido. ¿A qué se debe el estancamiento del candidato de Perú Libre?
Los estudios de opinión serios coinciden en que hay una reducción sustancial de la brecha inicial de hace cuatro semanas. Si bien Pedro Castillo sigue primero, la distancia ya es bastante corta. Uno de los factores, por ejemplo, han sido las propias campañas de cada uno. Keiko Fujimori pasó de “mano dura” a “el reencuentro”, con lo cual ha buscado abrir el espectro e ir hacia el centro. En el caso de Pedro Castillo si bien en los primeros días [del balotaje] hubo imágenes muy potentes y simbólicas desde su casa en Cajamarca, entre ellas la reivindicación de su trabajo como maestro, luego se le ha visto aislado y pasaron cuatro semanas y aún no muestra a un equipo técnico, no tiene una campaña que vaya más allá de sus giras y mítines, tiene muy pocos voceros que acompañen su discurso.
— ¿En cuánto debilita a Castillo no presentar un equipo de plan de gobierno?
La falta de equipo técnico le resta por dos factores. El primero es porque la ciudadanía quiere saber si [dentro de Perú Libre] hay un conjunto de profesionales que sean capaces de llevar a cabo una gestión, una cosa es tener un perfil opositor, crítico y sindicalista, y la otra es desarrollar el perfil de gestor. Y para tener esto, tienes que mostrar equipos, sobre todo en sociedades como la nuestra con baja institucionalidad, donde la garantía no te la da una arenga, sino las personas que ejecutarán lo que planteas. Y el otro es el tiempo, ya pasaron varias semanas. Si él no muestra un equipo pronto seguirá viendo afectada su intención de voto.
— ¿Es Vladimir Cerrón un pasivo para la candidatura de Castillo? El exgobernador regional de Junín habla de disolver el Congreso si este se niega a reformar totalmente la Constitución.
Cerrón es un pasivo para la candidatura de Castillo por diferentes razones. Cerrón es el autor de un ideario que fue presentado como plan de gobierno [ante el JNE], un ideario que dicho sea de paso fue escrito antes de la pandemia y que no hace referencia a esta. El COVID-19 es el gran marco para comprender algunos elementos sustanciales de esta campaña electoral. Y, además, Cerrón es un político condenado por corrupto. Es complicado [para Castillo] pregonar que representa la honestidad, cuando tienes tan cerca a un personaje que sido sentenciado por su gestión como gobernador. Y, en tercer lugar, los contenidos políticos que plantea Cerrón son de extrema izquierda. Y esto contradice el discurso del candidato, cuando dice que no hay radicalismos.
Sin embargo, una paradoja muy grande es que el manejo del aparato partidario de Perú Libre lo tiene Cerrón, y Castillo no tiene una estructura organizada, más allá de algunos cuadros. Él para realizar su campaña requiere de un aparato, y eso lo atrapa. En el balance, Cerrón le resta mucho más de lo que le aporte a Castillo.
— ¿El apoyo de Verónika Mendoza a Pedro Castillo le suma? ¿En qué sentido?
Le suma porque de alguna manera le brinda la posibilidad de construir un equipo técnico, han pasado varias semanas y Castillo ha dejado frases como que no presenta su equipo porque lo van a terruquear, o que esto es caso del pasado o que el verdadero equipo es el pueblo. Esto no tiene asidero. Esta cercanía con Mendoza de alguna manera le pueden permitir [tener] un equipo técnico. Por ahí va la fortaleza [de este respaldo], porque desde el punto de vista electoral la gran mayoría de los que votaron por Juntos por el Perú es probable que ya se hayan trasladado a la opción de Castillo, más allá de una alianza o no.
— Existe un tira y afloja sobre los debates oficiales del JNE. ¿Cómo se interpreta que los dos candidatos no puedan si quiera ponerse de acuerdo para polemizar?
Es un reflejo de nuestra precariedad. La democracia es deliberación, es decir, discutir para decidir. El Jurado Nacional de Elecciones ha hecho una propuesta, pero no hay ninguna norma que obligue a debatir [a los candidatos]. Pero es una exigencia básica en democracia el exponer las ideas y planteamientos y confrontar con el adversario políticos. Los debates son fundamentales en cualquier democracia. Entonces, aquí ha habido más por el lado de Castillo una reticencia a debatir, el planteó, de manera irónica, lo de Chota, finalmente terminaron debatiendo y afortunadamente se llevo bien. Yo espero que haya más debates en lo que resta de estas semanas.
— Por ejemplo, Castillo retó a Fujimori a un debate en la puerta del penal de Santa Mónica, ella aceptó, y luego él reculó. ¿Cómo lo deja a él?
Este intento de poner algunos ejes en el debate público está derivando en lo ridículo, porque no tiene ningún sentido ir a debatir a la puerta de una cárcel. Entiendo la respuesta rápida de la candidata Fujimori, porque lo que quiere dejar en claro es que “debatimos donde sea y donde prefieras”. Y eso le permitir ubicar el mensaje “no te corras, Pedro”. Y lo que intenta decir Castillo es recordar que Fujimori está siendo investigada y que estuvo presa [de manera preventiva]. Pero esto se aleja de los temas sustanciales. Me parece poco serio y no es la forma de plantear una discusión en democracia.
— A diferencia de 2011 y 2016, Keiko Fujimori ya no solo carga con los pasivos del gobierno de su padre, el encarcelado expresidente Alberto Fujimori, también tiene en su espalda la mochila del rol de la bancada de Fuerza Popular en el Congreso que fue disuelto y la investigación por el Caso Odebrecht. ¿Estas son sus principales debilidades? ¿Las puede contrarrestar?
El antifujimorismo es alto, de hecho, Keiko Fujimori partió en esta segunda vuelta con más antivoto en comparación al 2016 y 2011, partió con 55% y luego lo bajó a 50%. Hay una parte de este antivoto que incorpora el rechazo y el repudio a lo sucedido en los últimos años y ahí tiene un papel importante el mal desempeño de la bancada mayoritaria de Fuerza Popular […] Históricamente, hemos visto que el voto blanco y nulo suele reducirse, yo creo que probablemente puede ser un poco más alto esta vez. Entonces, Fujimori tiene un espacio para reducir su antivoto, que todavía es alto.
— Fujimori Higuchi sí tiene un equipo técnico, pero lo conforman personajes cuestionados como el exministro Jorge Baca Campodónico…
Yo creo que un error de Keiko Fujimori ha sido no abrir más la cancha [desde el inicio], no recurrir más a personajes alejados del fujimorismo y lo de Baca Campodónico es un buen caso, fue sentenciado y extraditado de Argentina, es un personaje que no le suma. Ella luego reacciona y presenta al exministro Luis Carranza. Él sí le suma, no porque la mayoría sepa quién es Carranza o Baca Campodónico, sino porque de alguna manera el mensaje que deja es que está recurriendo a técnicos no fujimoristas y a personas que no tienen juicios o investigaciones por corrupción.
— Los dos candidatos han firmado la “proclama ciudadana”. ¿Es un primer paso hacia una política que garantice el respeto a la democracia y los derechos?
Elementos como la Proclama Ciudadana son positivos, en el sentido, de establecer reglas básicas, de reiterar los marcos inmanentes a la democracia, y de fijar compromisos públicos de los candidatos. Creo que eso es positivo y es saludable que ambos candidatos lo hayan suscrito. Es cierto que no hay garantía de que efectivamente vayan a cumplirlo. De otro lado, desde la sociedad civil toca valorar los principios elementales de la democracia y valorar el sentido de urgencia respecto del país, que atraviesa por una crisis muy profunda. Mi sensación es que, a veces, los candidatos olvidan la magnitud de la tragedia y de la crisis producto de la pandemia, más de 170 mil fallecidos por COVID-19, y nuestros escolares que no asisten a los colegios hace 17 meses, y más de 2 millones de personas que cayeron en la pobreza en los últimos 14 meses, digamos que son cuestiones muy fuertes.
— Perú Libre ha recibido el respaldo de Juntos por el Perú, Runa, Democracia Directa y UPP; mientras que Fuerza Popular del PPC, Apra, Avanza País, Renovación Popular, Victoria Nacional y el PPS. ¿Existe una real capacidad de endose de los partidos políticos?
Muy poco, la mayoría de electores trasladan sus preferencias de intención de voto más allá de lo que digan los líderes de los partidos políticos. Por ejemplo, cuando Hernando De Soto estaba dubitativo sobre si respaldar a Castillo o Fujimori y hablaba con ambos y pretendía moderar los discursos, creo yo que la mayoría de sus electores ya habían decidido apoyar a Fuerza Popular, independientemente de lo que él plantee. Es importante que se pronuncien los partidos y los políticos, es lo que les corresponde, tienen que tomar una posición y ser parte del tablero. Pero la ciudadanía tiene muy poca afinidad partidaria. Es poco el margen de persuasión de los líderes políticos respecto a sus electores.
— Durante el último quinquenio, el Perú ha vivido en una crisis política permanente. Un ejemplo, es haber tenido cuatro presidentes y dos Parlamentos. ¿Cómo debe ser la relación entre el Congreso y el Ejecutivo?
La tensión del Legislativo con el Ejecutivo debe tener una atención, porque es parte de la dinámica democrática, es parte del equilibrio de poderes. El asunto es que hemos caído en un espacio donde algunas figuras tan excepcionales y tan extremas como la vacancia presidencial y la disolución del Congreso están latentes y ya no parecen ser esa figura excepcional, sino una cuestión que está al alcance y ese es un riesgo muy grande, esto es lo primero a tener en cuenta. Lo segundo es que la composición del Congreso tiene que verse más allá del número de partidos políticos o de bancadas. Recordemos que en el 2006 fueron elegidos seis partidos políticos, pero cuando se disolvió el Congreso en el 2019 ya teníamos 12 bancadas. Lo que quiero decir es que la precariedad institucional se ve reflejada en el Congreso.
No tenemos claridad sobre cuáles son las líneas ideológicas y programáticas [del nuevo Parlamento], ni siquiera tenemos claridad sobre que mantengan una cohesión mínima al interior de las agrupaciones. Y por el lado del Ejecutivo, las dos propuestas son débiles, Castillo tuvo 19% en la primera vuelta, y Fujimori, 13%, esto es inédito en nuestra historia, que hayan pasado al balotaje con tan bajo porcentaje. Y en ambos casos deben comprender que su eventual gobierno debe ser poco partidario, se debe ir a buscar consensos.
Te puede interesar
- Polémicos retos entre Pedro Castillo y Keiko Fujimori en torno al debate presidencial
- Adriana Urrutia: “Lo que hemos vivido en los últimos años es un deterioro de la democracia” | Entrevista
- Pedro Castillo y Keiko Fujimori: los errores y aciertos de ambos candidatos en este tramo de la campaña
- Steven Levitsky: “Una sólida mayoría quiere un cambio moderado del modelo” | Entrevista
- Hernando de Soto en su segunda vuelta, una crónica de Fernando Vivas
Contenido sugerido
Contenido GEC