El 2001 dijo que cerraría su famoso restaurante El Bulli –cinco veces en el primer lugar de listas mundiales, tres estrellas michellin- para abrir El Bulli. Las interrogantes no se hicieron esperar. Pero qué más daba: de eso, de preguntas, es que está formado todo el genio creativo del chef autodidacta, desde los 70 en que pisó por primera vez una cocina. Haber creado  1.846 platos en 27 años de servicio en aquel mítico local, convirtió a Ferran en el gran transformador de la gastronomía moderna. Hoy El Bulli es una fundación de la que se desprende El Bulli Lab, donde puede dar rienda suelta a sus proyectos de la mano de profesionales de cocina, arquitectura, telecomunicaciones, publicidad, periodismo y arqueología. Allí se ‘cocinan’ plataformas multimedia cuyos resultados se verán en 10 años. Pura innovación a mediano y largo plazo. “Esto no es cocina. Lo que hacemos es innovación”, nos dice el chef en su estudio de Barcelona.

De todo este proceso nace Auditando el proceso creativo, muestra estrenada en Madrid el 2014 y que abrirá en Lima del 15 de julio al 31 de octubre. Se trata de un recorrido por el pensamiento del cocinero a través de cientos de dibujos hechos por él mismo, además de objetos y herramientas emblemáticas de El Bulli, con proyecciones audiovisuales e instalaciones artísticas sobre el mundo Ferran Adrià.

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