La historia de cómo el pollo a la brasa llegó a Dubái
La historia de cómo el pollo a la brasa llegó a Dubái
Rudy Jordán

Alex Barrera llegó apenas con unos dólares a la ciudad más rica del mundo. Era diciembre del 2013 y aunque la noche estaba fresca, él estaba inundado en sudor: temía que su secreto sea descubierto en los rigurosos controles de seguridad del aeropuerto de Dubái. Para conquistar los paladares árabes, Alex llevaba limones escondidos en sus zapatos, un pisco en la maleta y la receta de arroz con pato norteño —que le había enseñado su abuela— en la cabeza.

"Estaba preocupado por el pisco pues Dubái es un país musulmán y tienen prohibido el alcohol. No sabía mucho sus leyes y uno escucha tantas historias exageradas, pero al final pasé y llevé los insumos directo a la refrigeradora de mi hotel", recuerda Alex de aquella experiencia.

Un año y medio después, y luego de rigurosas pruebas con insumos peruanos y árabes, este chef nacido en Trujillo está a puertas de abrir dos restaurantes: Pollo-Pollo, la primera pollería peruana en Dubái; y Totora, una cevichería de cinco tenedores. El primer local, acondicionado para unas sesenta personas y con servicio de delivery, servirá pollo a la brasa con papas y otros acompañamientos como arroz verde, arroz blanco, frijoles y yuca con huancaína. Por su parte, en Totora, a los obligados  ceviches se sumará la comida nikkei, chifa, postres y un bar con una variada carta de chilcanos.

"No vamos a adaptar mucho los platos porque queremos hacer algo tradicional peruano. Además a los árabes les encanta el arroz y muchos ya han aprobado en nuestros testings el pollo a la brasa", señala Barrera. 

CON CAPITAL ÁRABE Y EQUIPO PERUANO
La idea de abrir un restaurante peruano en Dubái comenzó hace unos años, cuando conoció al exitoso empresario árabe Alí Sidani. "Nos conocimos a través de un amigo en Washington. Él me comentó que Alí quería hacer un tour gastronómico por el Perú", apunta el chef. Alex no lo pensó dos veces y trazó la ruta, alquiló un auto y llevó a su futuro socio por huariques y restaurantes de Lima y del norte del Perú. Sidani quedó fascinado.

El de Chiclayo, el sudado de Paita y los Caballitos de totora de Huanchaco —que dan nombre al segundo restaurante (Totora)— dejaron prendado al empresario. Sin embargo, el plato que lo convenció de invertir en el proyecto fue el ceviche que probó en el puerto de Pacasmayo. "Estábamos en el terminal pesquero, el pescado era muy barato pero fue el más fresco y el mejor que comí en todo el tour", apunta Sidani. Un año después Alí llamó a Alex y le ofreció abrir un restaurante de comida peruana en la cosmopolita ciudad de Dubái.


El pollo a la brasa, el arroz verde y los postres son algunas de las especialidades de Pollo-Pollo. (Fuente: El Comercio)

Para competir en dicha ciudad, donde ya existen restaurantes como y que ofrecen platos peruanos en su carta, Alex tiene un equipo conformado por peruanos. José Valeriano Quispe, el jefe de pollería, es su mano derecha. "Yo trabaja en la pollería de Wong y Alex me contó del proyecto. Esperamos unos meses hasta que finalmente se concretó", comenta. Por su parte, el cuzqueño Joel Cruz hizo de todo antes de llegar a Dubái: fue moto-taxista, lavaplatos en un chifa, estudió repostería y ahora se encarga de los postres y empanadas del restaurante. "Cuando me dijeron para ir a Dubái busqué en internet para ver de qué se trataba (risas). Ahora ya me adapté", señala.

Pollo-Pollo abrirá sus puertas a inicios de julio, mientras que Totora hará lo propio a finales de este año. Con sus exquisitos platos peruanos, Alex y su equipo están convencidos de poder conquistar los paladares en Dubái.  

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