Crecer con enfermedades oculares no tratadas de manera oportuna puede repercutir seriamente en la calidad de vida de un niño.
Crecer con enfermedades oculares no tratadas de manera oportuna puede repercutir seriamente en la calidad de vida de un niño.
Milenka Duarte

Velar por la salud de nuestro organismo es nuestra responsabilidad, pues debemos adoptar una serie de medidas de autocuidado para garantizar nuestro propio bienestar. Definitivamente, es necesario que nos realicemos chequeos de rutina cada cierto tiempo; sin embargo, es un aspecto que solemos postergar, en especial, la visita al oftalmólogo. Según la se estima que aproximadamente 1300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual a nivel mundial, cifras que reflejan la falta de prevención, puesto que con una atención oftálmica se puede reducir el y los errores de refracción.

Sin duda, la es una de las funciones más importantes del cuerpo humano, ya que es nuestro principal medio de percepción y compresión del mundo que nos rodea, pues nos aporta el 80% de la información que recibimos del entorno. Por esta razón, tanto los adultos como los debemos acudir al especialista para cuidar nuestros ojos, puesto que crecer con enfermedades oculares no tratadas de manera oportuna puede repercutir seriamente en la calidad de vida de un infante, afectando su desarrollo, aprendizaje y rendimiento escolar.

¿A qué edad se debe realizar el primer control oftalmológico?

Es importante tomar en cuenta que, la capacidad visual se desarrolla desde el nacimiento hasta los 5 o 6 años, edad en la que se suele alcanzar el 20/20 o visión máxima. Como señala Jaqueline Mendoza, oftalmóloga pediatra de la Clínica Ricardo Palma, cualquier anomalía durante este proceso puede ocasionar problemas, como la baja visión y la ambliopía, también conocida como “ojo perezoso”.

Por consiguiente, es fundamental que se realice una primera evaluación oftalmológica completa cuando el menor cumple los 3 años, ya que al nacer solo se realiza un tamizaje para descartar cualquier tipo de malformación y/o enfermedad ocular que requiera de una cirugía inmediata, como catarata o glaucoma. En efecto, es clave para la salud del infante el chequeo, dado que las patologías visuales no diagnosticadas en esta etapa pueden ocasionar secuelas significativas e irreversibles en la vida adulta, destaca la especialista.

Por otro lado, puede haber algunos casos que ameriten adelantar la visita al oculista, por ello los padres deben observar a sus pequeños para detectar posibles alteraciones. Por ejemplo, cuando el niño no reconoce los objetos o no sigue con la vista el rostro de sus progenitores. También Mendoza recomienda asistir al médico cuando el menor presenta desviación ocular, se acerca demasiado a las cosas, parpadea continuamente o tiene retraso en el aprendizaje.

Es muy importante realizar una primera evaluación oftalmológica completa cuando el menor cumple los 3 años, y a partir de ello, deben acudir una vez al año para hacerse un chequeo.
Es muy importante realizar una primera evaluación oftalmológica completa cuando el menor cumple los 3 años, y a partir de ello, deben acudir una vez al año para hacerse un chequeo.

¿En qué consiste el primer control oftalmológico?

Gracias a este proceso, se pueden detectar problemas oculares, pero además con este se establece un historial médico que puede ser útil para el oftalmólogo en el futuro, ya que puede emplear esta información para monitorear la salud visual del paciente y realizar un seguimiento de cualquier alteración identificada, por lo que se logra una prevención precoz de complicaciones de salud a largo plazo.

En el primer control oftalmológico completo se realizan 3 controles, según Mendoza:

Evaluación de la vista
Desarrollo anatómico del globo ocular: Sirve para descartar patologías externas e internas. Para esto se observa al niño con la lámpara de hendidura y se le realiza un fondo de ojo dilatado.
Agudeza visual de acuerdo con la edad: Se estudia la capacidad de visión del niño al seguir objetos, distinguir figuras y contrastes. Es aquí cuando se efectúa la primera medida de vista al niño, la cual debe ser con dilatación pupilar.
Alineación ocular: Se descarta cualquier tipo de desviación, con y sin dilatación pupilar.

Finalmente, la oftalmóloga pediatra recalca la importancia de estar atentos ante cualquier signo de una complicación. Adicionalmente, para evitar problemas de visión es importante que los padres controlen el tiempo que sus hijos permanecen frente a los dispositivos tecnológicos, sea televisor, laptop, tablet o celular.

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