Lorena Álvarez interpuso una denuncia por agresiones contra Juan Mendoza en el 2017. También lo denunció por difamación.  (Foto: GEC)
Lorena Álvarez interpuso una denuncia por agresiones contra Juan Mendoza en el 2017. También lo denunció por difamación. (Foto: GEC)
Daniel Bedoya Ramos

Este lunes el sentenció a a un año de pena privativa de la libertad suspendida por el delito contra el Honor-Difamación Agravada en agravio de su ex pareja. Además, se le impuso una sanción de 120 días de multa y el pago de una reparación civil de S/15 mil.

Se trata de un nuevo hito, un punto aparte en la historia del economista y la periodista que pasó al impredecible terreno de la justicia desde que Álvarez denunció, en el 2017, a su ex pareja por las agresiones físicas que señala haber sufrido durante la relación amorosa que mantuvieron.

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Pero la denuncia por difamación se dio tras la respuesta del economista sobre un supuesto complot político en su contra. "Complot que es un mero pretexto para justificar la denuncia que interpuso la querellante (Lorena Álvarez) contra el querellado por agresiones físicas", señala la sentencia condenatoria en la parte del hecho de incriminación.

Juan Mendoza no estuvo presente en la lectura de sentencia y su defensa legal decidió apelar el resultado. Por otro lado, Lorena Álvarez sufrió un desmayo debido al periodo de ansiedad que atraviesa y se encuentra en tratamiento en una clínica local. La periodista respondió a El Comercio sobre este y otros casos.

- ¿Qué significa esta sentencia para ti, para tu familia y para el caso por agresiones físicas que aún está pendiente? ¿Podría ser un precedente?
Para mi familia creo que significa un poco de paz y para mí también. Significa encontrar justicia luego de dos años, si bien no es el juicio de violencia, pues se trata del juicio por difamación. Para mí era muy importante que quedara claro que mi denuncia por violencia física y sicológica no estuvo motivada por ningún complot político para silenciar a un supuesto opositor del gobierno. Eso nunca se pudo acreditar en el proceso y por eso lo han condenado. Los años de condena son irrelevantes. Lo importantes es que es culpable, es decir, es un delincuente. Vale, y no solo para mí, sino para las mujeres porque es común que una mujer denuncie violencia y el agresor amedrente con denuncias de difamación. Ese señor se sentó en un programa de TV a difamarme, a persistir su violencia sicológica contra mí. No me amilanó. He luchado en este proceso junto a Tatiana Bardales, que ha sido mi abogado, y siento que he ganado. 

- ¿Cómo has visto el desarrollo de tu caso en el Poder Judicial? ¿Hubo retrasos o interferencias?
El proceso judicial ha sido complejo. En mi sala, en el 16 Juzgado Penal de Lima cambiaron de jueces; han cambiado tres veces de secretario; cada cosa que mandabas, los abogados de la otra parte presentaban recursos de nulidad, y felizmente todos fueron desestimados. Era una persistente manera de alargar el proceso y no asumir sus responsabilidades. Eso lo hace frustrante y agotador. En este caso, la justicia me ha dado la razón. Para mí, el hecho central es que mi denuncia por violencia física no tenía nada que ver con un complot con el gobierno (… ) Vamos a ver qué pasa en la apelación. No podemos relajarnos. Esto es un buen primer paso.

- ¿Cuál sería el mensaje a otras personas que denuncian o están por denunciar las agresiones de sus parejas?
El mensaje que le doy a las personas que denuncian agresión o que están luchando en la comisaría, en el Poder judicial, en la Fiscalía, es que no se rindan. El proceso es duro. Van a perder batallas pero hay que ganar la guerra. La única manera de vencer este sistema agresor es dándole la contra. Las mujeres debemos rebelarnos y el silencio mata. Decir ‘no voy a denunciar porque es complicado el Poder Judicial’ es empoderar a los agresores. Yo ya no me siento víctima, me siento la heroína de mi historia. Yo me rescaté y he ganado en el Poder Judicial. Cuando empiece mi juicio por violencia también voy a ganar. Voy a luchar contra el monstruo por dentro.

- ¿Qué le dirías a Juan Mendoza? Entiendo que no se encontraría en el país. ¿Tendrá que venir por esta sentencia de difamación?
Si tuviera algo que decirle ahora es que, eventualmente, a todos les llega su hora. Pudo haber vivido impunemente agrediendo a mujeres hasta que se cruzó conmigo; y se equivocó porque yo sí lo denuncié y voy a ir hasta el final. Ya tiene una condena y tiene que venir a firmar un libro cada 60 días. Que no se haga la víctima, el pobrecito, diciendo que tiene que vivir en Estados Unidos. Pobrecita yo, que trató de matarme y sobreviví para contarlo, para denunciarlo, y para luchar contra el sistema de justicia. Él no es la víctima aquí. Si decidió vender sus propiedades e irse a Estados Unidos es problema de él. La típica de los cobardes. Te pegan cuando están solos, pero los pones en evidencia y salen huyendo. Yo no lo odio, no le deseo ningún mal. La justicia se encargará de hacer su trabajo. La justicia terrenal y la justicia divina.

Juan Mendoza no se encuentra en el país y no estuvo presente durante la lectura de sentencia.
Juan Mendoza no se encuentra en el país y no estuvo presente durante la lectura de sentencia.

- ¿Este hecho afecta el proceso del caso por agresiones?
Sobre el caso de agresión no sé cuánto lo afecte, honestamente. Cuando nos convoquen a juicio él finalmente tendrá que aparecer y apersonar un abogado. No sé si lo haga, no sé qué cosa pase, ni siquiera tengo juzgado, sigo en la mesa de partes del Poder Judicial esperando una sala. En setiembre serán dos años que puse la denuncia. En diciembre recién formalizó la Fiscalía de la Nación la denuncia penal. No sé qué pase. Yo digo ‘un día a la vez’. Luchar contra la violencia es un proceso largo. Siento que es una victoria no solo para mí sino para todas las mujeres. ¿Me siento privilegiada?, por supuesto, porque muchas mujeres no pueden pagar un abogado particular, tienen que quedarse con los abogados de oficio que están saturados. Hay mucho por cambiar. Cada sentencia le sirve a la siguiente mujer como un precedente. No tengan miedo. La vida es mucho más bonita que un agresor.

- Comentaste que te pusiste mal durante la audiencia. ¿Tu actual estado de salud afectará tu trabajo?
Sí, me puse mal por la sentencia. Acabó y lo último que recuerdo es que firmamos el acta de la lectura. El señor [Juan Mendoza] no vino. Vive en Estados Unidos desde hace varios meses y estuvo su abogado. Lloré durante la lectura de sentencia y después de firmar el acta ya no me acuerdo más. Mi hermano me esperaba afuera de la sala, dice que lo abracé y me desmayé. Estaba en el sexto piso y me han bajado en una silla. Estoy diagnosticada hace varios meses con estrés post traumático y trastorno de ansiedad generalizado producto de la violencia de la que fui víctima. Estoy medicada. Pero yo nunca voy a dejar que este tema afecte mi trabajo y otros aspectos de mi vida. El Poder Judicial es una lucha permanente pero no va a definir lo que yo hago, no voy a poner en pausa mi vida esperando los tiempos torturadores y machistas del Poder Judicial. Yo siempre voy a trabajar, me da mucha ilusión trabajar.

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