El distrito más poblado de Lima busca ser una provincia. Por cuarta vez en los últimos diez años, una autoridad peruana ha expresado interés en crear la provincia de San Juan de Lurigancho. Pero una nueva propuesta, ahora impulsada por la bancada fujimorista, ha generado tantas críticas como esperanzas entre analistas y vecinos.
La idea inicial fue concebida en el 2005 por Mauricio Rabanal, ex alcalde de San Juan de Lurigancho. Seis años después, el ex presidente Alan García impulsó esta propuesta aludiendo que San de Lurigancho era el “distrito del futuro” y presentó su proyecto en la PCM, pero no tuvo éxito.
En el 2015, el actual alcalde, Juan Navarro, pidió retomar la idea y, finalmente, el último 18 de agosto, un grupo de 12 legisladores tomó este pedido para presentar el proyecto de ley que “declare de interés nacional la creación de la provincia de San Juan de Lurigancho, con el objeto de conseguir su desarrollo integral”.
—Pros y contras—
En las calles de este distrito, se escuchan comentarios positivos. Los estudiantes defienden la iniciativa porque creen que serán beneficiados por los corredores viales y obras públicas que podrían aprobarse de manera autónoma. Las amas de casa y comerciantes creen que “dejar de depender de un gobierno provincial también bajará los precios y mejorará el trato de sus ciudadanos”.
Pero para el abogado Diethell Columbus, director del Instituto Peruano de Estudios Gubernamentales y Sociales, convertir este distrito en una provincia es una idea irresponsable por la complejidad y el gasto que incurriría. “Hay que hacer un análisis costo-beneficio, porque es empezar de cero. ¿Cómo van a subsistir inicialmente, con recursos recaudados o con transferencias? Y si creas un distrito, todos los habitantes, propiedades y comercios deberán cambiar su domicilio registrado, con todos los trámites en la Sunat y Registros Públicos que conllevan. También deberán crearse municipalidades distritales, con personal nuevo, con instrumentos de gestión, reglamentos, presupuestos. Es un trámite de planificación urbana demasiado complejo que no es prioritario”, dijo.
Con él coincidió el urbanista Angus Laurie, quien también alertó sobre el eventual fenómeno de atomización urbana que generaría este cambio. “Lima tiene que pensar como Lima. En vez de declarar provincia a San Juan de Lurigancho, deberían estar quitando el título de provincia en el Callao. Hay que advertir, además, que muchos distritos han usado sus poderes de planeamiento para excluir a gente de sus territorios”, dice.
El Comercio conversó con tres de los 12 congresistas que participaron en la elaboración de este proyecto de ley, y quienes coinciden en el efecto inmediato que traería, en el mejor de los casos, el cambio de distrito a provincia: que los recursos lleguen a más ciudadanos.
“La idea es incrementar su presupuesto para poder atender a más población y mejorar las condiciones de vida. Sí, toda mejora tiene un costo, pero este costo es mínimo si se baraja con los beneficios que traerá”, dice el legislador de Fuerza Popular y promotor del proyecto de ley, Edwin Vergara.
Las cifras respaldan lo que declara el legislador. En el 2015, San Juan de Lurigancho recibió del municipio metropolitano S/164 millones de presupuesto anual (uno de los montos más bajos entre distritos de Lima), pero solo pudo ejecutar el 58,4%, según cifras mostradas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), unos 88 céntimos por cada vecino en todo el año. Es el tercer distrito más pobre: el 40% de su población vive en extrema pobreza, es decir, sin luz, desagüe y agua potable.
Se espera que en los próximos días este proyecto de ley tenga fecha para ser debatido con las comisiones involucradas, las cuales estarían encabezadas por la Comisión de Descentralización.