Arístides Varas dio su testimonio sobre el ataque que sufrió en el 
 interior del colegio San Isidro, en Chosica. (Foto: Cuarto Poder)
Arístides Varas dio su testimonio sobre el ataque que sufrió en el interior del colegio San Isidro, en Chosica. (Foto: Cuarto Poder)
Redacción EC

Arístides Varas, el profesor que fue atacado por dos chamanes durante un ritual, brindó su testimonio de lo que pasó aquel 2 de marzo en el interior del colegio San Isidro, en

En conversación con Cuarto Poder, el docente indicó que los chamanes, identificados como José Luis Sono Saavedra y José Daniel Sono Sandoval, lo atacaron con una pata de cabra y lo amarraron de pies y manos con cinta de embalaje. Luego, le taparon la boca porque comenzó a gritar.

En el reportaje se señala que Varas pudo escapar gracias a que los sujetos salieron de la habitación para traer flores y cirios. Él se dirigió a la cocina y usó un cuchillo para cortar las cintas de embalaje. Después subió malherido hasta el techo, desde donde pidió ayuda a los vecinos.

El profesor confirmó que lo quisieron usar como ofrenda para que el negocio de Augusto Ramírez Gudiel, director del mencionado centro educativo, sea próspero. Por ello, consideró que su empleador sabía lo que iba a pasar y que lo querían matar.

“Él (Augusto Ramírez) sabía, sí él los ha contratado para que hagan el trabajo”, afirmó Varas.

-Respuesta-

Armando Lengua, abogado de Augusto Ramírez Gudiel, señaló que su patrocinado solo contrató a los chamanes para que realicen “un ceremonial de florecimiento” al centro educativo.

Además, remarcó que José Luis Sono Saavedra y José Daniel Sono Sandoval deberán responder por el ataque a Arístides Varas y aseguró que Ramírez Gudiel nunca tuvo un problema con el profesor para tomar “represalia o venganza”.

-Inubicables-

Cuarto Poder buscó a los chamanes en sus direcciones registradas en el Callao y Chiclayo, pero las personas que viven allí señalaron que no tienen información de los sujetos.

Además, en el informe se remarcó que durante el ritual participó una mujer llamada Dora, quien tenía un acento bastante extraño. Ella compartió habitación con los sujetos en un hospedaje.

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