Daniel Bedoya Ramos

Los dedos de la muerte parecían extenderse en el cielo. Era sábado, alrededor de las 3 de la tarde, cuando una columna de humo comenzó a cubrir las viviendas de la cuadra 1 del jirón Prolongación Lucanas, en . Con esta bocanada que provenía de una chimenea de metal llegó un olor que impedía respirar. Fue ese el momento que colmó la paciencia de los vecinos y que los llevó a descubrir un crematorio, escondido tras un portón negro y un letrero de lavado de autos.

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La extraña actividad de este local comenzó hace tres meses. Carmen Lachira Paredes, una de las vecinas afectadas, recuerda que el negocio llamado Yupicarwash dejó de funcionar a fines del año pasado, dejando abandonado el espacio que luego fue ocupado como cochera de carrozas funerarias. Hasta ese momento no tuvieron inconvenientes, más allá del temor que pueden provocar estos vehículos negros y tristes.

“Han estado soldando y me fui a reclamar por el trabajo que han estado haciendo. Ellos le han puesto seguridad, un techo. Me fui a reclamar y no me dejaron entrar”, dijo Lachira Paredes a El Comercio. Sin embargo, fue a mediados de marzo que un extraño olor comenzaba a sentirse, en especial durante las madrugadas, cada dos días o más, luego durante las mañanas, cuando los vecinos veían las carrozas funerarias.

Este es el horno que funcionaba en el local de La Victoria. (Foto: Difusión)
Este es el horno que funcionaba en el local de La Victoria. (Foto: Difusión)

- El horno – 
Para este trabajo de cremación se necesita un horno. En el caso del local cuestionado, los vecinos ingresaron al establecimiento y encontraron este tipo de máquina y una chimenea que sobresalía a través del techo, logrando distinguirse entre las casas.

“La junta vecinal ha llamado al municipio el último sábado. Mis vecinos han logrado entrar y vieron los cajones y el horno que estaba encendido”, dijo Lachira Paredes. “Hace dos semanas comenzó el olor feo, no era normal, no era madera, se sentía como cuando se quema el cabello”, recuerda sobre la tarde del último sábado cuando se decidieron a reclamar. Los trabajadores respondieron que solo se cremaban animales, a las mascotas.

Tras la denuncia de los vecinos, el municipio local ingresó a este establecimiento y halló un crematorio informal. “Personal de fiscalización de la comuna victoriana encontró dentro del establecimiento un horno crematorio y un cuerpo que aún se encontraba tibio”, señala el comunicado del municipio.

Dicho negocio informal pertenecía a la empresa Servicios Funeraria Pimentel S.R.L. y fue clausurado por 30 días al no contar con licencia de funcionamiento, ni certificado técnico de Defensa Civil y por provocar contaminación ambiental. “La funeraria infringía, además, normas legales que regulan el funcionamiento de actividades en el sector aplicables a los servicios de cremación”, informó la comuna a este Diario.

- Temor y alerta -
Si bien este establecimiento ahora se encuentra clausurado, los vecinos temen que vuelva a funcionar. “Mi sobrina no puede dormir, está asustada porque el olor era horrible. Entraba hasta la cocina, era una pestilencia horrible”, comentó una vecina que solo quiso identificarse como Silvia. Este mismo temor es compartido por Lachira Paredes, pues aquel sábado sus hijos sintieron asfixia, picazón de garganta, y dolor de cabeza.

Pide que las autoridades clausuren de manera definitiva el local y se retire el horno. Incluso temen que se puedan cometer crímenes. “Esto tiene que investigarse porque no han detenido a nadie. Algo clandestino no es bueno. Cualquiera viene con un cuerpo y lo quema. Pueden haber asesinado a alguien y uno ni sabe”, señaló. Del mismo modo, Silvia pidió que al menos se retire el horno pues no tenían problemas cuando se trataba de una cochera.

La chimenea sobresale entre las casas y causó temor en los vecinos por el humo que salía de ella. (Foto: Daniel Bedoya)
La chimenea sobresale entre las casas y causó temor en los vecinos por el humo que salía de ella. (Foto: Daniel Bedoya)

- La respuesta de la funeraria -
Pasado el cierre del establecimiento, la empresa Servicios Funeraria Pimentel S.R.L. sostuvo que el horno usado dentro del local no es para la cremación de seres humanos. Se trata de un horno para el quemado de animales, y que fue sometido a pruebas aquella tarde del último sábado.

“Se estaba cremando un perrito. Entró la policía, cuatro agentes municipales de fiscalización y dos o tres vecinos. Ellos verificaron y lo clausuraron (…) El horno es pequeño, no es donde entre un humano”, indicó César Ramirez, por parte de la empresa funeraria. Detalló que el horno para un humano es de 3 metros de largo y éste tiene 1.20 m.

El negocio se encuentra clausurado. Anunció que el horno será retirado a otro establecimiento en la periferia de la ciudad pero que, culminado el plazo de clausura y el pago de la multa, continuarán trabajando en el espacio como cochera para sus vehículos.

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