Enrique Planas

La incertidumbre alrededor del destino de los restos del genocida Abimael Guzmán sacude las aguas ya en permanente agitación de la política peruana. Y un escritor como Alonso Cueto sabe que, desde el caso del cuerpo vencido de Héctor en La Iliada, el destino de los restos del enemigo siempre ha generado abierto conflicto. Pero el el caso del líder de Sendero Luminoso, el novelista nos recuerda que fue el propio Guzmán el que había anticipado lo que vivimos hoy día, cuando la misma noche de su captura, dijo a los policías “podrían acabar con mi cuerpo, pero lo que hay acá es lo que queda”, desafiaba en teatral gesto señalándose la cabeza. “Ese fue uno de los momentos más famosos de su captura”, recuerda Cueto.