En una biblioteca ingobernable, Isaac León Frías se desenvuelve como el director de cine en un set de rodaje. Cambia, ordena, evalúa y dispone. Está a pocos días de presentar el tercer volumen de "Hablemos de cine" en la FIL Lima, el compendio de artículos publicados en la revista del mismo nombre durante varias décadas. Hay mucho que hacer y coordinar, pero él se toma un momento para hablar de lo que más le apasiona: las películas y la crítica cinematográfica.
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—¿Cómo cambió la revista "Hablemos de cine" la crítica cinematográfica en el Perú?
Antes la crítica se centraba más en lo que quería decir la película, su mensaje. Era algo más orientado a lo narrativo. Cuando comenzó la revista "Hablemos de cine" nos planteamos desafiar el ‘establishment’ y centrarnos en el lenguaje cinematográfico, cómo se manejaban los planos, la función de los ángulos, la solvencia de los actores. Por la revista pasaron personas como Francisco Lombardi, Ricardo Bedoya, Augusto Tamayo y Federico de Cárdenas, quien falleció el año pasado y con quien trabajé los tres volúmenes de "Hablemos de cine".
—Los dos primeros volúmenes fueron, primero, sobre el cine peruano y latinoamericano; y después, sobre maestros del cine. ¿A qué tema se le dedica esta tercera entrega?
A críticas cinematográficas exclusivamente. Están dividas por períodos. Por ejemplo, de 1965 a 1969 tenemos críticas de películas como "Intriga internacional" de Alfred Hitchcock, o "Repulsión" de Roman Polanski. De 1970 a 1975 tenemos textos sobre "Érase una vez en el oeste" de Sergio Leone, o "Teorema" y "Orgía" de Pier Paolo Pasolini. Y de 1976 a 1984 cintas como "E.T. El extraterrestre" de Steven Spielberg y "Kagemusha" de Akira Kurosawa.
—¿Se puede ser crítico de cine sin ser cinéfilo?
No. A ver, cambio mi respuesta: sí. Creo que podría haber un crítico más racional, analítico, con una visión más distante. Pero el motor de la crítica es la cinefilia. Le da aliento vital que haya una relación emocional, pasional, como la que tenemos algunos, con el cine. Creo que la cinefilia es una condición para que la crítica no sea un simple ejercicio matemático o de análisis, sino que haya un compromiso personal.
—¿Puede evolucionar una crítica como evoluciona la mirada de la sociedad sobre una película?
Es inevitable que la crítica cambie, porque cambia el contexto, cambia la sociedad. A veces vuelvo a ver una película 10, 20, 30 años después y encuentro cosas nuevas, cosas que no vi o no entendía antes y descubro que esa película que me gustó tanto la primera vez, ahora ya no me gusta tanto. O viceversa, esa película que no me entusiasmó antes hoy me fascina. La crítica cambia como cambia la sociedad.
—Y ese cambio puede provocar que películas clásicas se vean juzgadas por una mirada contemporánea.
Claro. Por ejemplo, hace unas semanas estaba en un simposio sobre el trabajo de John Ford, que es un cineasta cuya obra tiene los roles patriarcales bien definidos, así como la relación que tienen los blancos con los indígenas y los más jóvenes cuestionaban la imagen que se presentaba de la mujer. Está bien, es una mirada feminista, anticlasista, antirracista, pero no se sitúa en el contexto de la época. Ocurre ahora que hay pensamientos extremos que censurarían libros como "Lolita" de Nabokov, y eso es estar totalmente desubicado. Eso es asumir una posición un poco censora cuando una de las características del arte es la libertad. El artista puede desnudarse en posiciones que el lector o espectador no tiene que compartir. Una obra racista puede ser buena.
—¿Cuál es el rol de un crítico de cine hoy en día?
El crítico es un intermediario entre la película y el espectador. Hacer crítica de cine es una práctica muy restringida para un segmento muy reducido de espectadores. Lamentablemente quedan cada vez menos espacios dedicados a la crítica cinematográfica. Se hace cada vez más crítica en blog, pero tengo la impresión de que lo que se escribe no califica, no tiene buen nivel, no hay una preparación. Y el crítico debe estar capacitado en conocimientos del lenguaje del cine, historia del cine, estar al tanto de lo que se hace. Y en muchos casos veo que lo que se hace no es así o es muy balbuceante.
—¿Podrá sobrevivir la crítica de cine en los tiempos de los blog?
Yo creo que sí. He descubierto hace muy poco una página española muy bien lograda que hace análisis de las películas con las capturas de la cinta misma, con pequeños videos que ayudan a explicar lo que se quiere decir. Así se abre un nuevo y distinto espacio para la crítica del cine que tendrá el apoyo visual, que es tan importante para el análisis. Ya no se tratará de solo texto, sino de texto apoyado en imágenes.
—Pero los espacios para el cine que se critica también parecen disminuir, ¿no?
Bueno, yo creo que todas las películas pueden ser objeto de análisis. Yo encuentro muy interesantes películas como la trilogía de Batman de Nolan. Pero sí es verdad que sería bueno que haya las llamadas ‘salas arte’, donde se puedan ver clásicos del cine en pantalla grande. Creo que hay público que llenaría esas salas para ver "El Padrino", "El resplandor", "La naranja mecánica". Ojalá Rodríguez Pastor, el gerente de Cineplanet, se anime.
—¿Habrá cuarto volumen de "Hablemos de cine"?
En principio se planteó hacer tres volúmenes, una trilogía. Incluso, al inicio, Federico y yo teníamos todo el material reunido cuando lo presentamos al Fondo Editorial de la Universidad Católica. Pero nos dijeron que era demasiado material y que se publicaría en tres tomos. Pero hay una expectativa grande de muchos interesados en que se haga un cuarto volumen con las entrevistas, y quisiera apostar por esa cuarta publicación. No sé si será de manera inmediata, pero junto con Federico ya apuntábamos a ese objetivo, a tener una tetralogía.
MÁS INFORMACIÓN
Presentación del tercer volumen de "Hablemos de cine"
Lugar: sala Laura Riesco de la FIL Lima.
Dirección: Av. Salaverry cuadra 17, Jesús María.
Horario: miércoles 31 a las 7 p.m.
Entrada: S/7.