Aunque para algunos artistas de distintas disciplinas la idea de ser encasillados en un género o una pieza de su producción puede resultar frustrante. Para el escritor John Boyne, su best seller “El niño con el pijama de rayas” es una obra que trasciende su propio sentir. Por ello, Boyne continuará contando historias sobre trágicos eventos que reflejan momentos dolorosos de nuestro pasado como humanidad.
“Yo no escribía sobre temas políticos o novelas históricas. Sin embargo, durante los últimos tiempos, todo lo que hago se relaciona con eso. A medida que fui envejeciendo, me di cuenta de que hay temas importantes de los cuales debemos hablar”, menciona Boyne en entrevista con El Comercio.
Desde la publicación de “El niño con el pijama de rayas” en 2006, la carrera del escritor se divide en un antes y un después. La novela de ficción dramática alcanzó el número uno en las listas de ventas de The New York Times y, posteriormente, fue llevada a la gran pantalla con la cinta homónima dirigida por Mark Herman en 2008.
El impacto del libro también logró que fuera usado por más de un tercio de los profesores en Inglaterra como una muestra de lo ocurrido durante el Holocausto, lo que generó polémica en diversos grupos que aseguraban que las inexactitudes podrían alimentar falacias peligrosas.
“Me gusta que se use en las escuelas porque eso trae más lectores a los libros. Estoy agradecido con los profesores por utilizarlos. Sin embargo, es importante que los maestros aclaren a los niños que mis historias son ficticias y no representan exactamente la realidad histórica”, menciona Boyne.
Un libro para recordar
La novela está narrada desde la perspectiva de Bruno, hijo de un militar que se muda con su familia a Auschwitz. Allí, Bruno entabla amistad con un niño judío llamado Shmuel, que vive al otro lado de una reja en el campo de concentración. Aunque ambos pertenecen a la misma generación, dos realidades distintas los envuelven en un destino fatídico.
En su libro más reciente, “Todas las piezas rotas” (2023), que continúa la historia de “El niño con el pijama de rayas”, John Boyne explora los eventos posteriores a la desaparición de Bruno desde la perspectiva de su hermana Gretel. Ella lidia con un pasado ligado al Holocausto que la ha atormentado toda su vida.
Tras esta publicación, Boyne asegura tener más historias relacionadas con sucesos similares por contar. También destaca la rapidez con que el público puede llegar a olvidar o desconocer estos eventos, ya sea por diferencias generacionales o por desinterés hacia los hechos ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial.
“Es crucial seguir hablando de lo ocurrido. Mantener viva la memoria sobre hechos atroces es necesario para avanzar como sociedad”, nos cuenta Boyne sobre su trabajo que aún genera controversias. “Algunos pueden decir que este tipo de libros es traumático, pero esa es la naturaleza de la historia. Si no recordamos lo sucedido, acabaremos olvidándolo y repetiremos los errores hasta la destrucción total”, replica el escritor.
Citando al filósofo español George Santayana, el literato irlandés recuerda: “Quien no aprende de los errores del pasado, está condenado a repetirlos”. Con cierta preocupación en el pasado, Boyne vislumbra un polvorín que amenaza con explotar en Europa, aunque reserva un optimismo que los años le enseñaron a jamás perder.
“Existen muchos grupos radicales que carecen de la decencia y conciencia humana que hemos construido sobre la memoria de sucesos terribles. El deber de escritores de mi edad es seguir escribiendo y confiar en que las nuevas generaciones harán lo correcto”, concluye Boyne.