La escritora Rosa Montero viene de publicar "La buena suerte" una novela que califica de "luminosa", a pesar de que reflexiona sobre los abismos de la maldad.  (Foto: AFP)
La escritora Rosa Montero viene de publicar "La buena suerte" una novela que califica de "luminosa", a pesar de que reflexiona sobre los abismos de la maldad. (Foto: AFP)
Enrique Planas

La historia de cómo se gestó “La buena suerte” (Alfaguara), la más reciente novela de la española Rosa Montero, daría material para un cuento. Ella iba en un tren con dirección a Málaga para dar una conferencia literaria y, de pronto, el AVE se detuvo en la estación de un pueblo moribundo. Puso atención en una de sus construcciones más destartaladas y se sorprendió al ver el cartel de “Se vende” colgado de la ventana. Ciertamente, se trataba de un ejercicio de optimismo. ¿Quién en su sano juicio podría comprar ese lote perdido en medio de la nada? Se le ocurrió entonces la posibilidad de un personaje bajando en aquella estación, dispuesto a comprar ese piso horrendo para encerrarse allí. ¿Por qué lo haría? La respuesta le llegó diáfana: porque era alguien que se quería castigarse.

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