Villanueva, director de teatro y miembro de Ópalo desde 1998. (Foto: Fotos: Eduardo Irujo)
Villanueva, director de teatro y miembro de Ópalo desde 1998. (Foto: Fotos: Eduardo Irujo)

En una decisión que algunos podrían considerar extraña, el grupo de teatro Ópalo –asentado en la capital peruana– decidió estrenar el año pasado una obra en Trujillo. Como si de sacarle la vuelta al ‘establishment’ se tratara, llevaron “El feo” y lo montaron a lo grande: Carlos Victoria, Lucía Caravedo, Jesús Neyra y Marcello Rivera fueron los encargados de dar vida al drama de Marius von Mayenburg. El teatro de la Universidad Antenor Orrego los recibió con los brazos abiertos y, en marzo, hará lo mismo el teatro limeño Ricardo Blume.

“Estamos buscando espacios y temporadas alternativas que no sean necesariamente parte del circuito habitual limeño –anota Jorge Villanueva, director y miembro de Ópalo–. Siempre hemos buscado eso como colectivo, queremos descentrar esa estructura fija de que una obra debe ser estrenada de jueves a lunes y en ciertos lugares. Creemos que esa es una forma de captar nuevo público, movilizar a los que no suelen ir al teatro y acercarlos al teatro peruano”.

Escenas de “El feo”, montaje protagonizado por Jesús Neyra, Marcello Rivera y Lucía Caravedo. (Fotos: Eduardo Irujo)
Escenas de “El feo”, montaje protagonizado por Jesús Neyra, Marcello Rivera y Lucía Caravedo. (Fotos: Eduardo Irujo)

Hubo, además, un detalle simbólico que marcó el estreno de “El feo”. Si bien no fue la primera vez que Ópalo visitaba Trujillo –el año pasado, por ejemplo, fueron con “Calígula”–, coincidió con su aniversario fundacional 21. “El estreno de ‘Fosca’, nuestra primera obra como colectivo en 1998, fue allí –recuerda Villanueva–. En esa época había un festival y allí nos presentamos. Al año siguiente, la llevamos a la Alianza Francesa. Se dieron las circunstancias para que volvamos a hacer lo mismo”.

MIRAR HACIA ADENTRO

Respetando su misión, Ópalo suele visitar otras ciudades del país. Así, desde tiempo atrás, han viajado a Tingo María, Oxapampa y otros lugares que suelen estar fuera de lo que se podría considerar el circuito nacional del teatro; aunque, por supuesto, Arequipa y Cusco no han sido ajenas a su periplo. A veces, eso sí –anota Villanueva–, los espacios para presentarse son difíciles de encontrar o inexistentes, pero siempre hay manos que ayudan a sacar los proyectos adelante. Con ese bagaje, ¿cuál es su mirada sobre la movida teatral actual en otras ciudades del país?

“Trujillo es una ciudad con mucha actividad cultural. De allí han salido muchos profesionales queridos del teatro, como por ejemplo Walter Zambrano, Olenka Cepeda y más. Además, tienen la Escuela Nacional de Arte Dramático Virgilio Rodríguez Nache, algo que no es común en otros lugares. De igual manera, tienen una movida muy fuerte en danza; allí está su festival de marinera. En Pimentel está Paco Echeandía, de quien tengo referencias que está haciendo desde hace muchísimos años un trabajo interesante. Él es ejemplo de alguien tenaz. En Cusco están Tania Castro, el grupo Impulso y Lucho Castro, pioneros. En Arequipa también hay una movida fuerte. A veces pecamos de hablar de teatro peruano y solo ver lo que se hace en Lima”.

SANGRE NUEVA

Desde hace varios años, Villanueva se dedica a la enseñanza teórica y práctica de los quehaceres de la actuación. Ahora que se vienen las audiciones para el duodécimo taller de formación actoral de Ópalo –con fecha única el sábado 25 de este mes–, es conveniente preguntarle por su mirada sobre las nuevas camadas de intérpretes. Para él, ¿cuál es el pecado más común que ellos cometen?

“A veces son muy duros: es fácil hablar y destruir un trabajo que tiene meses. Creo que muy fácilmente empiezan a juzgar o descalificar lo que hacen directores con más 30 años de experiencia, utilizando sus conocimientos, que son muy limitados. Eso no tiene nada que ver con dejar de ser exigentes y tener un enfoque crítico, sino que hay que recordar que uno de los pilares de la formación es la humildad. Si no son formados en ello rápidamente, pueden subirse a una nube de la que es muy fácil y muy duro caer cuando salen de las universidades y otros espacios, que son burbujas, donde están protegidos. Mi recomendación es siempre tener cuidado al hablar, una lección que se aplica a todo en la vida”.

¿Qué cosas positivas destacaría en ellos? “Que no están esperando a que el dinero les caiga y constantemente se generan grupos independientes. Por supuesto que uno tiene que exigir el presupuesto necesario para sus proyectos, pero es un proceso largo. Mira los presupuestos que el Estado le da al cine y compáralos con los del teatro... Todavía se considera que solo necesitamos cuatro tablas, por citar a nuestro querido grupo de teatro. Y, aunque a veces es verdad, también lo es que se tiene que pagar a los actores, conseguir la escenografía... La gente de teatro tiene tanta pasión que saca sus montajes sin dinero y eso es muy valioso”.

SEPA MÁS

- Las audiciones para el duodécimo taller de formación actoral de Ópalo serán el sábado 25 de enero en su centro de operaciones (calle Tacna 1040, Miraflores).

- “El feo” se montará en el teatro Ricardo Blume a finales de marzo. Marcello Rivera, Jesús Neyra, Lucía Caravedo y Carlos Victoria serán parte del elenco.

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