"Mi año en Oxford" se basa en la novela homónima de Julia Whelan (Foto: Netflix)
"Mi año en Oxford" se basa en la novela homónima de Julia Whelan (Foto: Netflix)

Lo que parecía otra historia ligera entre estudiantes en el extranjero, pronto se transforma en una montaña rusa emocional. , protagonizada por Sofia Carson y Corey Mylchreest, ha conquistado a los usuarios de Netflix no solo por su encanto británico, sino por la profundidad de su mensaje. Si creías que se trataba de un romance estudiantil al uso, prepárate para cambiar de idea. Esta cinta es un recordatorio de que el amor, cuando es verdadero, no siempre se trata de finales felices, sino de decisiones difíciles y conexiones que trascienden el tiempo.

La protagonista, Anna, es una joven brillante que deja todo en Estados Unidos para seguir sus sueños académicos en Oxford. Pero lo que comienza como una experiencia académica se convierte en algo mucho más íntimo y transformador cuando conoce a Jamie, un profesor tan encantador como enigmático. La química entre ambos es instantánea, pero también lo es la sensación de que hay algo más debajo de la superficie. Lo que Anna no sabe es que Jamie carga con un secreto que cambiará el rumbo de su relación.

LA DIFERENCIA ENTRE EL LIBRO Y LA PELÍCULA HACE AÚN MÁS PODEROSA LA HISTORIA

Basada en la novela de Julia Whelan, “Mi año en Oxford” hace un giro importante respecto al final original. En el libro, hay esperanza, tratamientos experimentales y sueños cumplidos. En cambio, la película decide explorar el lado más crudo y realista del amor: el de acompañar incluso cuando sabes que no habrá un “para siempre. Este cambio no fue improvisado. Fue una decisión artística, profundamente pensada, para hacer que el mensaje de fondo sea aún más potente.

Sofia Carson ha dicho que lo que más la movió del guion fue esa forma de amar sin exigir, sin rogar, sin dramatizar. Anna acompaña, entiende y respeta. Y eso, en tiempos de amores egoístas o instantáneos, es un gesto radical. Por su parte, Corey Mylchreest confesó que interpretar a Jamie lo hizo replantearse muchas cosas sobre la vida y la muerte. Y eso se nota en su actuación, que logra ser contenida y emotiva a la vez.

Sin revelar demasiado, podemos decir que el desenlace de “Mi año en Oxford” no es lo que esperas, pero sí lo que necesitas. Con imágenes bellísimas de ciudades europeas, música emotiva y una secuencia final poderosa, la película logra cerrar con una nota que es triste, sí, pero también esperanzadora. Porque el amor no termina con la muerte. A veces, comienza realmente cuando entendemos lo que significa dejar ir.

El final de la película toma un rumbo distinto al de la historia original (Foto: Netflix)
El final de la película toma un rumbo distinto al de la historia original (Foto: Netflix)

UNA PRODUCCIÓN QUE APUESTA POR LA EMOCIÓN REAL, NO EL CLICHÉ

Lo que hace diferente a “Mi año en Oxford” no es solo su historia, sino la manera en que está contada. La dirección cuida cada plano, cada gesto y cada silencio. No se apoya en diálogos excesivos ni en frases hechas. Prefiere mostrar en lugar de decir, y eso le da una fuerza visual y narrativa que pocas películas del género logran. Es, sin duda, una producción que te deja pensando mucho después de que terminan los créditos.

Si estás buscando una película que no solo te entretenga, sino que te toque el corazón, esta es una opción perfecta. Con una duración que no se hace larga, una banda sonora cuidada y actuaciones comprometidas, “Mi año en Oxford” es ideal para una noche introspectiva, con una copa de vino o una manta y mucho corazón abierto.

¿DÓNDE PUEDO VER LA PELÍCULA “MI AÑO EN OXFORD”?

La buena noticia es que no tienes que buscar demasiado: ", lista para conquistar a quienes estén dispuestos a ver más allá del amor de postal. Una propuesta romántica, sí, pero también realista, madura y profundamente humana.

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SOBRE EL AUTOR

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.

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