El refugio de animales llamado Bideawee, el cual está ubicado en el barrio Chelsea de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, tiene una voluntaria adolescente con un gran corazón y muchas ganas de ayudar. Su nombre es Zen Micheline Hung y ella toca el piano para que las mascotas de dicho albergue puedan estar tranquilas. Su accionar ha sido aplaudido por toda aquella persona que conoció su historia. Anímate a leer esta nota.
La actividad mencionada la empezó a realizar a principios de 2024, cuando ella se dio cuenta que quería ser útil a la comunidad, de acuerdo a una entrevista que le realizó People. Como recordó que el perro que tenía cuando era más joven se “dormía o simplemente descansaba y miraba a su alrededor” bajos sus pies mientras ella tocaba el piano durante horas, pensó que su talento podría ayudar a otros animales.
“Terminé escribiendo un correo electrónico a la directora de voluntarios, Franny Kent, y le dije que era músico y quería tocar música para las mascotas del refugio como una forma de terapia musical para ayudar a reducir la ansiedad que les causa estar en un lugar nuevo. Quería que los animales se sintieran lo más cómodos y felices posible mientras están en el proceso de encontrar un hogar permanente”, contó. Luego de unos días, le indicaron que su idea era hermosa y es así como comenzó su aventura en el refugio Bideawee.
¿Desde qué edad toca el piano?
Zen Micheline Hung tiene mucho talento. A los cuatro años, comenzó a tocar el piano y eso lo practica a diario. Justamente, cuando ella empezó a ser voluntaria en el albergue, estaba trabajando en una pieza de Hiromi Uehara llamada ‘The Tom and Jerry Show’.
“Es una pieza extremadamente compleja que, para mí, es como un hermoso viaje musical que consta de 10 partes diferentes con 10 emociones diferentes. La pieza completa se interpreta en casi 6 minutos a un ritmo normal. Cuando comencé a tocar para los animales, toqué las versiones muy lentas de las distintas partes de esa canción. Repetía las secciones con las que pensaba que los animales respondían bien”, manifestó.
Al ver las buenas respuestas de los animales, ella decretó ciertas reglas, las cuales sigue estrictamente. “Elijo tocar en un rango dinámico muy limitado. En el extremo inferior del rango, toco muy suavemente (intento que mi instrumento imite un susurro suave). En el extremo superior del rango, toco en un rango dinámico medio (como una voz humana que habla tranquilamente). Sé que tocar fuerte (como una voz humana que grita y vocifera) es algo que siempre debo evitar porque las mascotas encuentran que los sonidos fuertes y agudos las inquietan”, explicó.
“En el caso de los perros, siento que mi música los ha alcanzado si están tumbados y distraídos. Quizá tengan los ojos cerrados”, señaló. Con respecto a los gatos, indicó que “algunos dejan de hacer lo que están haciendo y se relajan y escuchan”.
Sus padres también son voluntarios en el refugio
Es necesario mencionar que Joseph y Cleo Hung, padres de Zen Micheline Hung, también son voluntarios en Bideawee. Ellos ayudan en la organización de protección animal con el lavado, la limpieza y la socialización de las mascotas, siempre según la citada fuente.
“De alguna manera extraña, es como nuestra propia terapia familiar”, precisó Zen Micheline Hung, quien espera que su accionar inspire a otras personas a encontrar formas de ayudar a los animales que más lo necesiten.
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Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres. Redactor Real Time del Núcleo de Audiencias en secciones web especializadas en México y Estados Unidos dentro del Grupo El Comercio.