
Los astrónomos llevan años preguntándose cómo nacen los planetas y de dónde provienen los primeros “ladrillos” que los forman. Un nuevo estudio sugiere que algunas de esas piezas iniciales podrían llegar desde fuera de nuestro sistema estelar. Los investigadores creen que ciertos cometas y asteroides que viajan entre las estrellas, conocidos como cuerpos interestelares, podrían convertirse en las semillas que inicien la creación de nuevos mundos.
La revista Wired informa que, en la última Reunión Conjunta del Congreso Científico Europlanet (EPSC) y la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Estadounidense (DPS), celebrada en Helsinki, Finlandia, se presentó un hallazgo que respalda esta idea.
El trabajo se centra en 3I/ATLAS, un objeto descubierto recientemente que podría aportar pistas valiosas sobre la formación planetaria.

Susanne Pfalzner, del Centro de Supercomputación de Jülich, en Alemania, explicó que los objetos interestelares vagabundos pueden quedar atrapados alrededor del nacimiento de estrellas masivas.
Una vez dentro del disco de gas y polvo que rodea a la estrella, acumulan material y pueden transformarse en planetesimales, cuerpos de más de un metro de diámetro que actúan como las primeras semillas de un planeta.
Según sus modelos, un disco protoplanetario puede capturar gravitacionalmente millones de cometas y asteroides foráneos de hasta 100 metros de largo.

Este enfoque ayuda a resolver un problema que durante décadas desconcertó a los expertos. La teoría clásica indica que los fragmentos de roca chocan y se unen para formar planetas, pero las simulaciones muestran que esos choques suelen provocar que las piezas reboten o se rompan. Un objeto interestelar, en cambio, podría ofrecer una base sólida para que el material se adhiera más rápido y surjan planetas gigantes en menos tiempo.
Los objetos descubiertos en los últimos años (1I/’Oumuamua, 2I/Borisov y ahora 3I/ATLAS) confirman que el intercambio de materia entre estrellas es más frecuente de lo que se creía.
“El espacio interestelar podría entregar semillas listas para formar la próxima generación de planetas”, afirmó Pfalzner durante su conferencia, citada en un comunicado de prensa de Europlanet.

“La captura de objetos interestelares resulta más eficiente en estrellas de gran masa. Por eso, la formación de planetas sembrados por estos cuerpos debería ser más común alrededor de estrellas masivas, lo que permitiría crear planetas gigantes en tiempos relativamente cortos. Y esa rapidez es justo lo que hemos observado”, agregó.
Aunque la investigación sigue en desarrollo, los científicos planean nuevas simulaciones para calcular la tasa de éxito de estas “semillas” y las zonas exactas del disco donde podrían surgir exoplanetas.
Observaciones recientes de 3I/ATLAS también revelaron una composición química distinta a la del sistema solar, además de un inusual proceso de evaporación de material en regiones frías, lo que sugiere que el objeto recibió radiación intensa o posee un núcleo muy diferente al de los cometas convencionales.
Por qué el cometa 3I/ATLAS se llama así
El nombre “3I/ATLAS” proviene de su clasificación como el tercer objeto interestelar (3I) conocido que entra al Sistema Solar, y de ATLAS, el programa de detección del Sistema de Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides que lo descubrió.
3I:
- I: significa interestelar.
- 3: indica que es el tercer objeto interestelar confirmado en visitar nuestro Sistema Solar, después de 1I/ʻOumuamua (en 2017) y 2I/Borisov (en 2019).
ATLAS:
- Es el nombre del programa de descubrimiento que lo detectó: el Sistema de Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System).
- Fue un sistema de telescopios de la NASA financiado en Río Hurtado, Chile, el que hizo el primer reporte el 1 de julio de 2025.
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