
Si alguna vez has sentido una molestia persistente en el cuello al final del día, no estás solo. Lo que comienza como una leve incomodidad puede convertirse con el tiempo en un dolor constante que afecta tu concentración, tu estado de ánimo y hasta tu sueño. La pregunta es: ¿de dónde viene realmente ese malestar?
Muchos lo atribuyen al estrés, a una mala almohada o a una contractura pasajera. Pero un estudio sugiere que podrías estar subestimando una causa mucho más silenciosa, pero igualmente poderosa. Se trata de algo que hacemos todos los días, sin darle demasiada importancia, y que lentamente está afectando nuestra salud cervical.
El culpable tiene nombre: el comportamiento sedentario prolongado. En concreto, pasar más de seis horas al día sentado se asocia con un mayor riesgo de desarrollar dolor de cuello, según un estudio publicado en BMC Public Health.
La investigación, realizada por expertos en Beijing, analizó 25 estudios con datos de más de 43,000 personas y concluyó que existe una relación significativa entre el tiempo que pasamos inmóviles y el malestar cervical.

La conexión se vuelve aún más preocupante si se consideran ciertos factores: las mujeres y los empleados de oficina mostraron un riesgo mayor, especialmente quienes usan dispositivos como computadoras y teléfonos móviles durante períodos prolongados.
Curiosamente, mirar televisión no generó el mismo efecto, lo cual apunta a la postura como un factor clave: cuando usamos pantallas más cercanas, tendemos a inclinar la cabeza hacia adelante, lo que ejerce una presión excesiva sobre el cuello.
El Dr. Arthur Jenkins, cirujano de columna en Nueva York, explicó que esta posición constante de “mirar hacia abajo” genera un esfuerzo innecesario en la parte posterior del cuello y en la parte frontal del espacio intervertebral. A largo plazo, esto puede provocar rigidez, desequilibrios musculares y dolor crónico.

La doctora Azza Halim también confirmó que sentarse durante horas, especialmente sin una buena postura o sin apoyo ergonómico, puede ocasionar daños musculoesqueléticos serios. Según ella, pasar más de seis horas al día sentado puede aumentar hasta en un 88% el riesgo de sufrir dolor de cuello, en comparación con quienes tienen estilos de vida más activos.
La buena noticia es que este riesgo no es irreversible. Los expertos coinciden en que hacer pausas frecuentes, estirarse, cuidar la postura y mejorar la ergonomía del espacio de trabajo son claves para proteger tu cuello. Así que la próxima vez que sientas una punzada en la nuca, recuerda: tu cuerpo te está pidiendo moverse. Y quizás, solo quizás, la solución no sea un masaje, sino ponerte de pie.
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