Los expertos advierten que el cepillo del inodoro debe reemplazarse con frecuencia, ya que las cerdas desgastadas no limpian bien. (Foto referencial: mykeyruna / iStock)
Los expertos advierten que el cepillo del inodoro debe reemplazarse con frecuencia, ya que las cerdas desgastadas no limpian bien. (Foto referencial: mykeyruna / iStock)

Muchas personas saben que deben cambiar su cepillo de dientes con frecuencia, pero pocos piensan lo mismo del . Según Melissa Maker, fundadora de Clean My Space y conductora del del mismo nombre, este también necesita ser reemplazado de forma periódica para que cumpla bien su función.

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“Si las cerdas ya no están firmes, no van a poder frotar ni hacer su trabajo”, explicó la experta en conversación con el medio HuffPost.

Jason Tetro, microbiólogo y autor de , recomienda cambiar el cepillo del inodoro al menos una vez al año, aunque a muchos les parezca una exageración. “No hay ninguna conspiración detrás de esto”, aseguró.

Con el uso, las cerdas se desgastan y dejan de ser efectivas para limpiar residuos visibles e invisibles, como las biopelículas que forman las bacterias en las superficies del inodoro.

Las bacterias pueden acumularse en los cepillos viejos y formar biopelículas difíciles de eliminar. (Foto referencial: Freepik)
Las bacterias pueden acumularse en los cepillos viejos y formar biopelículas difíciles de eliminar. (Foto referencial: Freepik)

Estos microorganismos pueden manifestarse como líneas rosadas o amarillas en el borde del agua, aunque muchas veces no se ven. Según Tetro, el cepillo ayuda a deshacer esas bacterias para que el desinfectante actúe.

Maker añadió que los para inodoros son ácidos y están diseñados para eliminar manchas, olores y bacterias, pero necesitan frotarse con un cepillo en buen estado para funcionar correctamente.

Aunque cambiar el cepillo una vez al año es ideal, Maker admite que no siempre es posible. Por eso, sugiere al menos reemplazarlo cuando las cerdas estén abiertas o se vea sucio.

“Hay muchas razones y momentos para cambiar un cepillo de inodoro”, dijo. “Depende de cuánto se use, cuántas personas usen ese baño y tu propio nivel de exigencia con la limpieza”.

También es importante enjuagar y secar el cepillo después de cada uso para evitar malos olores y contaminación. (Foto referencial: Freepik)
También es importante enjuagar y secar el cepillo después de cada uso para evitar malos olores y contaminación. (Foto referencial: Freepik)

Tetro también advirtió que las bacterias se adhieren con facilidad a materiales como el plástico y el poliéster, de los que están hechas las cerdas. Si encuentran humedad y restos orgánicos, pueden multiplicarse rápidamente, sobre todo en un ambiente cálido como el baño.

“Aunque se moje con agua y desinfectante, eso no significa que el cepillo esté realmente limpio”, añadió.

Maker recomienda enjuagar bien el cepillo después de cada uso y dejarlo secar antes de guardarlo. “Si no se enjuaga y no se deja secar, va a retener bacterias y olores, y se va a poner asqueroso más rápido”, explicó.

Una manera rápida de limpiarlo es hacerlo girar dentro del inodoro durante una segunda descarga y luego dejarlo escurrir. Para una limpieza profunda, sugiere remojarlo en agua hirviendo con una cucharada de polvo de blanqueador con oxígeno en polvo durante 30 minutos y dejarlo secar al aire.

Mantenerlo limpio y en buen estado ayuda a tener un baño más higiénico y seguro. (Foto referencial: Freepik)
Mantenerlo limpio y en buen estado ayuda a tener un baño más higiénico y seguro. (Foto referencial: Freepik)

Tetro, por su parte, propone una opción más práctica: llenar el recipiente del cepillo con peróxido de hidrógeno y dejarlo en remojo después de cada uso. También se puede rociar con desinfectante, dejando actuar el producto el tiempo que indique la etiqueta, que suele ser unos 10 minutos.

Mantener limpio el cepillo es clave, no solo para evitar malos olores, sino para evitar la contaminación.

“Cada vez que tiras la cadena, se libera una nube de partículas que puede alcanzar hasta seis pies de altura”, advirtió. “Y dentro de ese rango suele haber cepillos de dientes, maquillaje o rasuradoras, que podrían contaminarse fácilmente”.

Por eso, revisar el estado del cepillo y cambiarlo a tiempo es una forma simple de mantener el baño más higiénico.

Cómo limpiar un baño

Para una limpieza efectiva del baño, comienza por retirar todos los objetos (botellas, toallas, alfombras) para tener el área despejada. Luego, aplica un limpiador multiusos o desinfectante en superficies como lavabos, encimeras y azulejos. Deja que el producto actúe unos minutos para que descomponga la suciedad y mate los gérmenes, lo cual facilitará mucho la limpieza posterior.

El inodoro requiere un enfoque especial. Levanta la tapa y el asiento, y aplica un limpiador específico para inodoros bajo el borde interior del inodoro, dejándolo actuar según las instrucciones del producto. Mientras tanto, limpia el exterior del inodoro (tapa, asiento, base) con un paño y un limpiador desinfectante diferente al que usaste para otras superficies. Después, usa un cepillo para inodoros para fregar bien el interior, prestando atención a la línea de agua y bajo el borde, y luego descarga la cisterna.

Finalmente, enjuaga y seca todas las superficies que limpiaste inicialmente (lavabo, encimeras, azulejos) con un paño limpio o toallas de papel. Si es necesario, utiliza un limpiacristales para espejos y grifos para eliminar manchas de agua y darles brillo. Vuelve a colocar los objetos y asegúrate de ventilar bien el baño para que se seque completamente y evitar la acumulación de humedad.

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