La limpieza de la alfombra requiere hacerse en profundidad, al menos, una vez al año. Si estás planeando guardarlo con el cambio de temporada, te recomendamos quitarle la suciedad hasta que lo vuelvas a colocar en otoño. Si te resulta muy difícil, no te preocupes. Existen algunos trucos y consejos que te sacarán de apuros y lo mejor es que no necesitarás de un servicio profesional.
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El primer paso será sacudir la alfombra. Para ello puedes hacerlo cogiendo por un extremo y haciendo movimientos secos en el aire o tendiéndola, lo que más fácil te resulte. Lo siguiente será aspirar con el objetivo de eliminar los residuos.
Acto seguido, deberás lavarla. En este caso se recomienda hacerlo a mano con jabones neutros, y de preferencia, que contengan sales. Para algunos este paso es el más difícil, pero es necesario antes de guardarlo. Por último, déjalo que se seque al aire libre.
Un truco casero es espolvorear un poco de bicarbonato de sodio para acabar con los malos olores y residuos que hayan quedado atrapados. Tras limpiarlo de forma correcta, lo siguiente será doblarlo hasta el próximo otoño.
Cómo doblar correctamente
El primero paso será estirar una sábana o tela vieja en el suelo o superficie plana. Luego, colocar la alfombra encima. Te recomendamos que sobren un par de palmos a cada lado.
Si seguiste bien la indicación, las partes que sobran de telas las pliegas haciendo dentro y comienzas a enrollar. Ojo, para esto la alfombra debe estar totalmente seco. El segundo paso es atar los extremos y la parte central con ayuda de una cuerda para que no se desenrolle.
Por último, mete la alfombra en una bolsa de plástico y se recomienda atar por los extremos con el fin de evitar que entre la humedad. ¡Eso es todo!
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