En el universo de las tendencias nostálgicas que han resurgido con fuerza en los últimos tiempos, desde las consolas de videojuegos hasta los discos de vinilo, hay un objeto peculiar que ha capturado la atención de miles en este 2024: los calendarios del año 1996.
Este renacimiento, impulsado por la nostalgia y el encanto de lo retro, ha tomado por sorpresa a muchos, convirtiendo a los calendarios de 1996 en el último objeto de deseo en una era dominada por la tecnología y la innovación constante. ¿Qué tiene de especial un calendario de hace casi tres décadas y por qué se ha convertido en una sensación global? Acompáñanos en este viaje para descubrir los misterios detrás de esta inesperada tendencia que ha conquistado corazones en todo el mundo.
Todo comenzó con un inocente tuit del usuario SpaceMonkeyX, quien compartió una fotografía de un calendario de 1996 protagonizado por Jonathan Taylor Thomas. En su mensaje, SpaceMonkeyX explicaba que estos calendarios podían ser reutilizados en 2024 debido a una peculiar coincidencia: ambos años compartían la misma distribución de días y fechas.
El tuit rápidamente se volvió viral, acumulando más de 2.3 millones de reproducciones y desencadenando un movimiento inesperado: un furor global por los calendarios antiguos del año 1996.
¿Por qué se puede reutilizar?
La pregunta que surge de inmediato es: ¿cómo es posible que un calendario de 1996 sea funcional en el año 2024? La respuesta radica en la estructura del calendario gregoriano, ampliamente utilizado en todo el mundo. En este sistema, los días de la semana siguen un ciclo de 28 años, ambos años son bisiestos y, crucialmente, ambos años comienzan en el mismo día de la semana.
Esta coincidencia única permite que los calendarios de 1996 se adapten perfectamente a 2024, haciendo que cada fecha y día de la semana encajen sin inconvenientes.
Como era de esperar, esta revelación desató un frenesí en las plataformas de venta online. Calendarios de diversas temáticas del año 1996 inundaron el mercado virtual, desde celebridades y eventos históricos hasta paisajes y películas icónicas. Algunos de estos calendarios alcanzaron precios sorprendentes, llegando incluso a los 150 dólares.
La gente no solo está comprando estos calendarios como piezas de nostalgia, sino que también los considera elementos prácticos para el 2024. La idea de tener un calendario que no solo cumple su función principal sino que también actúa como un vínculo con el pasado ha cautivado a muchos.
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.