Con la banca no bastó: Brasil perdió ante Camerún y deja dudas de su supremacía | CRÓNICA

Tite, el entrenador que se marchará luego de Qatar 2022, es un planificador obsesivo a diferencia de sus colegas brasileños que no gozan de la misma fama. Planificó descanso para sus titulares tras alcanzar la clasificación en las dos primeras fechas. ¿Qué podía fallar con Gabriel Jesús, Antony y Rodrygo en el ataque? Las estadísticas, además, indicaban que ningún país africano había derrotado jamás al ‘Scratch’ en una Copa del Mundo.

Camerún no parecía ser el rival para tumbarse abajo la historia. Había caído ante Suiza y luego había empatado a tres con Serbia, dos rivales que no le habían hecho ningún daño a Brasil, más allá de desgastarlos a patadas. Con toda esa data, Tite mandó al campo a Dani Alves, en una decisión que fue más un tributo que otra cosa. Ni en los tiros libres, con su mirada de caimán viejo, Alves pudo causar zozobra.

Fred y Fabinho, columnas de las dos instituciones con más tradición en la Premier League como el Manchester United y el Liverpool, controlaron el mediocampo hasta cierto punto, pues en varios tramos del partido sucumbieron ante los portentos físicos de los cameruneses. Adelante, Rodrygo fue de lo más decoroso. Sin ser un fantasista provocó faltas y amarillas. No en vano le tocó las piernas a Ronaldo.

Martinelli, el delantero del Arsenal que se coló por la ventana, fue otro de los pocos brasileños que mal que bien aprovecharon su oportunidad: tuvo dos ocasiones para abrir el marcador. Pero Epassy, el arquero africano, se lo negó con voladas felinas. En el primer tiempo fue un cabezazo y en el segundo un remate con el borde interno.

Quienes decepcionaron fueron Gabriel Jesús, pero sobre todo Antony, un firuletero circense que cree que juega bien al fútbol; un malabarista productivo en los ‘camotitos’, pero árido de cara al arco. De sus pies, cansados de amagar, no nació nunca un disparo potente ni esquinado. Solo chiches que no maravillaron a nadie. Gabriel Jesús, con su apatía, confirmó por qué Richarlison le quitó el puesto.

Militao no otorgó la seguridad debida. Menos Bremer. Alex Telles fue un ánima en el carril izquierdo. En el segundo tiempo, Tite envió a la cancha a dos titulares como Marquinhos y Raphinha y a tres suplentes en busca de oportunidades: Everton Ribeiro, Bruno Guimaraes y Pedro. Ninguno logró colocarse la capa. La capa, en realidad, estaba reservada para Vincent Aboubakar: con su agónico gol, Camerún se convirtió en el primer país africano en vencer a Brasil en un mundial.

Ahora acecha Corea del Sur que sacó de carrera a Uruguay. Brasil, que no perdía en primera fase desde Francia 98, no puede cometer ni un paso en falso más. O de lo contrario se irá a casa. Parece que vuelve Neymar en un pie. Veamos qué nos ofrece su varita.