La presidenta de México, Claudia Sheinbaum consideró "bueno" el que Colombia y Estados Unidos hayan conseguido un acuerdo tras la crisis diplomática del domingo que surgió porque el mandatario colombiano, Gustavo Petro, se negó en un principio a recibir aviones con deportados. EFE/ Sáshenka Gutiérrez
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum consideró "bueno" el que Colombia y Estados Unidos hayan conseguido un acuerdo tras la crisis diplomática del domingo que surgió porque el mandatario colombiano, Gustavo Petro, se negó en un principio a recibir aviones con deportados. EFE/ Sáshenka Gutiérrez
/ Sáshenka Gutiérrez

El acuerdo ‘in extremis’ al que llegaron Donald Trump y Claudia Sheinbaum impidió que se implementara el anuncio hecho el fin de semana último por el mandatario de Estados Unidos de imponer aranceles de 25% a productos procedentes de México.

La conversación telefónica directa entre ambos líderes permitió desactivar la bomba que tal medida hubiera supuesto para la economía mexicana y la amenaza de materializarla entró en pausa por un mes. En estos 30 días, las dos naciones norteamericanas sostendrán negociaciones de alto nivel para llegar a un acuerdo definitivo.

Mientras tanto, a cambio, México se comprometió en reforzar su frontera norte con 10.000 miembros de la Guardia Nacional, los cuales ya empezaron a desplegarse este martes 4, con dos objetivos: frenar el tráfico de drogas (sobre todo el fentanilo) y el paso de migrantes indocumentados hacia EE.UU:

Desde Europa, el canciller alemán, Olaf Scholz, mostró su admiración por la postura de la jefa de Estado azteca en un momento de suma tensión por las amenazas de Trump. “Creo que la presidenta mexicana es una política muy inteligente. Ha actuado con calma”, alabó el jefe de gobierno germano, a lo mejor pensando en que también así debería actuar la Unión Europea (UE) frente a las advertencias del nuevo Gobierno Estadounidense.

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Contener al gigante

Llevado por la emoción de que se hubiera abortado una situación sumamente dañina para México en términos comerciales, su ministro de Economía, Marcelo Ebrard, también felicitó a Claudia Sheinbaum por “un logro totalmente insólito” y dijo que era un orgullo tenerla al frente del país. Con la confirmación de Washington de la tregua de un mes en la guerra comercial, la mandataria aludió a lo que ella llama una estrategia de cabeza fría para resistir los embates del huracán Trump y apostar “por el diálogo de alto nivel para llegar a un buen acuerdo”.


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Precedente similar

No es del todo cierto, sin embargo, que este sea un logro insólito. En el 2019, el mismo Trump amagó con aranceles del 5% a las mercancías mexicanas como sanción por la inmigración irregular imparable. Andrés Manuel López Obrador, el antecesor de Sheinbaum, envió de inmediato a 25.000 soldados de la Guardia Nacional mexicana a sus fronteras en el sur y en el norte para frenar las caravanas de migrantes y salvar el pellejo. Hubo quienes calificaron ello como una postura genuflexa, acaso obviando la posición de indudable fuerza desde la que negocia la superpotencia mundial.


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Orgullo lastimado

De todas maneras, Sheinbaum tuvo que "tragarse un sapo" antes de conversar con Trump: que este dijera, solo horas antes del diálogo, que “los cárteles del narcotráfico tienen una alianza con el Gobierno Mexicano que pone en peligro la seguridad nacional y la salud pública de Estados Unidos”. Y hay otro mal trago aún servido: el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, advierte tener “todas las opciones sobre la mesa”, incluida una intervención militar en México, para combatir a los cárteles. “Eso nunca, la soberanía no es negociable”, respondió ella.


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Le costó más

Quien tuvo que esforzarse el doble fue Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, país sobre el cual también pendía la amenaza de aranceles a sus productos. Una primera llamada matutina no tuvo los efectos esperados y Trump volvió a repetir que lo más inteligente era que Canadá se convirtiera en el estado número 51 de EE.UU. y que eso solucionaría todos los problemas. Tal afirmación desata la indignación de los canadienses, pero Trudeau -quien ya está de salida- tomó aire y volvió a hablar con Trump para alcanzar el mismo pacto que México logró horas antes.

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