La labor que organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) desarrolla en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona ha permitido controlar en cierto grado el nuevo brote de ébola presente en esos países. La ayuda de MSF consiste en la capacitación y trabajo en conjunto de las autoridades sanitarias locales. Un estricto protocolo y coordinación en los detalles ha permitido que tras 19 años de presencia en esos países, solo 16 de sus colaboradores resultaran infectados del virus.
Desde 1995 se han presentado 14 brotes en la región y los principales retos que han encontrado durante sus misiones humanitarias son la escasez de recursos y la extrema pobreza.
MSF tiene a más de 3.000 voluntarios, 250 de ellos internacionales, en las zonas más afectadas por el ébola y la organización asegura que evitar el contagio del virus no es imposible pero requiere seguir estrictos protocolos de prevención.
Hasta el último reporte de MSF, registrado el 13 de octubre, la organización ha atendido a casi 4.500 personas.
CLAVES DE PROTECCIÓN
- El traje de protección. Todo el personal de MSF que tenga cualquier tipo de interacción con un infectado posee indumentaria que cumple con los requerimientos exigidos por la OMS. Para ver más detalles sobre el traje, CLIC AQUÍ.
- Los centros de control. Todos los centros implementados por la ONG están diseñados con la intención de brindar el mayor nivel de aislamiento posible ante el virus. Las áreas dentro de los centros son limpiadas y desinfectadas regularmente. Han implementado una gestión de residuos, que distingue espacios de alto y bajo riesgo.
- Poco tiempo en los países. Los médicos internacionales permanecen entre cuatro a seis semanas en el lugar, lo que reduce el riesgo de cometer equivocaciones. Además, se trabaja siempre en pareja, de forma que uno controla y asegura las acciones del otro.
FALTA DE PERSONAL
Sin embargo su labor posee un gran reto. Actualmente, para seguir los protocolos es necesario más personal. El traje de protección que le permite a los voluntarios aislarse de los virulentos fluidos también concentra altas temperaturas por lo que el riesgo de deshidratación les permite permanecer como máximo una hora dentro de ellos. Eso quiere decir que el médico solo puede visitar las zonas de aislamiento tres veces al día exigiendo una alta rotación del personal.
Las tareas de prevención son otras labores que también se ven mermadas por la falta de personal. Cada vez que se detecta un nuevo foco infeccioso es necesario trasladar a un equipo completo de médicos que aísle al enfermo y realice un seguimiento a las personas que estuvieron en contacto con ellos. Estas tareas también requieren de la presencia de una analista y personal que informe a la población.