Si no fuera por la única fotografía de Jeff Bezos junto a sus cuatro hijos en la premier de Star Trek Beyond en 2016 en San Diego, California, nadie sabría de su existencia. En la página de Wikipedia del hombre más rico del mundo, según Forbes, figura que tiene cuatro, pero ni siquiera aparecen sus nombres.
Los hijos, que deben tener entre 13 y 20 años, están completamente blindados de la exposición pública, e incluso de las redes sociales. El único dato que se conoce sobre ellos es que su hija mujer fue adoptada en China y que el mayor fue el último de sus compañeros en obtener un smartphone.
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El fundador de Amazon educa a sus hijos lejos de los flashes y les enseña valores como la responsabilidad y a enorgullecerse de sus decisiones y no de sus talentos. Pero los Bezos, herederos de una fortuna inimaginable, podrían ser la excepción a una generación de hijos de billonarios que colman las redes sociales con fotos de sus viajes en jets privados, sus vacaciones en lujosos yates y sus noches en los clubes nocturnos más exclusivos del mundo.
La equitación es el deporte predilecto de los millonarios. Las hijas de Steve Jobs y de Bill Gates, Eve y Jennifer, han demostrado su interés por los caballos desde pequeñas y se las puede ver en muchas fotos con sus cascos, botas negras y fustas en competencias de salto en encumbrados clubes hípicos.
Ambas fueron a la universidad de Stanford y son dueñas de grandes ranchos en Wellington, Florida, que les regalaron sus padres para que desarrollen su pasión ecuestre.
Mientras que el de Gates le costó a su padre US$ 37 millones, el de Jobs, no se queda atrás; su madre, Laurene Powell Jobs, lo compró por US$ 15 millones.
Pero los caballos no están reservados solo para las hijas de los magnates de la tecnología. Georgina Bloomberg, hija de Michael Bloomberg, fundador de la compañía de información financiera que lleva su apellido y exalcalde de Nueva York, es una ávida competidora y es dueña de 13 caballos.
La náutica también es imperativa entre los futuros herederos. Sean opulentos yates o lujosos veleros, estos suelen ser protagonistas en las fotos de atardeceres sobre el mar o de jóvenes saltando a aguas extremadamente turquesas en algún paradero lejano.
Cuando el mes pasado falleció Saoirse Kennedy Hill, la nieta de Robert Kennedy, los familiares de la joven subieron a sus redes distintas fotos de despedida que rememoraban los buenos tiempos. Entre las imágenes, se podía ver con frecuencia a uno de los clanes políticos más poderosos de Estados Unidos compartiendo risas a bordo de algún barco privado.
El yate de 170 metros de largo "Eclipse", el segundo más grande del mundo, pertenece al multimillonario ruso Roman Abramovich, padre de Sofía, quien lo toma prestado de vez en cuando para viajar a St. Tropez o Ibiza.
Cuando no dirigen sus monstruosos imperios, muchos de las mujeres y hombres más poderosos del mundo se dedican a la tarea universal de cuidar a los hijos, y en ocasiones, a consentirlos. Así, uno de los días más felices en la vida de Isha Ambani y su marido Anand Piramal, costó US$ 100 millones.
La extravagante boda de la hija del hombre más rico de Asia, Mukesh Ambani, y el hijo del magnate indio Ajay Piramal fue un sueño hecho realidad que incluyó la actuación de Beyonce, una caja para todos los invitados de Dolce & Gabbana, bordada y chapada en oro, con una serie de tarjetas con los detalles de los eventos alrededor del enlace nupcial, cientos de rosas rojas frescas y cuerdas de luces de hadas centelleantes, a las afueras del gran edificio de la familia con 27 niveles de altura.
Sin embargo, la de Ambani, no es la primera boda de India que ha costado millones de dólares. Gali Janardhan Reddy, empresario y expolítico, gastó US$ 70 millones para que en la boda de su hija, Brahmani Reddy, no faltara absolutamente nada.
Y aunque mucho más modesta, la boda de 5 millones de euros de Delphine Arnault -hija de Bernard Arnault, uno de los hombres más ricos del mundo, conocido como el "emperador del lujo", ya que es el presidente del grupo empresarial LVMH, donde también trabaja Delphine como vicepresidenta ejecutiva de Louis Vuitton- y Alessandro Vallarino, se celebró en el Château d'Yquem, uno de los mejores viñedos de su padre, y entre los 600 invitados estuvieron la infanta Elena y su exmarido Jaime de Marichalar.
Aunque no es de la realeza, Alexa Dell, la hija del CEO de Dell Technologies, Michael Dell -quien con un patrimonio neto de casi US$ 24 mil millones es una de las personas más ricas del mundo-, creció en una casa de 10.000 metros cuadrados en Austin, Texas, conocida como "El Castillo".
Dell se comprometió en 2017 con Arshia Harrison Refoua, un inversionista millonario de bienes raíces, en el hotel Four Seasons en Kona, Hawai, que le pertenece a su padre. Frente a un perfecto atardecer, Harrison Refoua se arrodilló y le presentó a la joven un diamante de 12 quilates rodeado de un halo pavé de diamantes más pequeños, que podría valer hasta US$ 3 millones.
Pero algunos jóvenes multimillonarios han aprendido de sus padres que lo material no hace la felicidad. Así, Marta Ortega, la hija del español Amancio Ortega, fundador del grupo textil más grande del mundo, junto a su marido Carlos Torretta, donó todo el dinero de sus regalos de boda a una ONG de ayuda a niños con parálisis cerebral, una acción que comenzó a hacerse popular con la realeza británica.
Son muchos los herederos que intentan dejar su huella en el mundo a través de la filantropía. Susan Alice Buffet, hija de Warren Buffet, quien ocupa el tercer puesto en la lista de billonarios de Forbes de 2019, ha dedicado su vida al trabajo de caridad. Su labor se ha centrado en gran medida en la Fundación Sherwood, anteriormente conocida como la Fundación Susan A. Buffett, una organización en Omaha, Nebraska, que proporciona subvenciones en educación pública, servicios humanos y justicia social con el interés de promover el bienestar de los niños de familias de bajos ingresos.
Holly Branson, la hija del carismático dueño del Virgin Group, Richard Branson, fundó Big Change Charity, una organización sin fines de lucro que educa a los jóvenes para prepararse ante un mundo en constante cambio. "El futuro está en las manos de los jóvenes, pero nosotros les cubrimos la espalda", escribió Branson en su sitio web.
Para los Zuckerberg, la caridad es un valor que deberán aprender desde pequeños; su padre Mark Zuckerberg, anunció que donará a lo largo de su vida el 99% de las acciones de Facebook a labores filantrópicas.
Estos jóvenes no solo heredarán cabañas en los Alpes suizos, islas en El Caribe e invaluables joyas antiguas sino que cargarán con la enorme responsabilidad de continuar el legado de sus padres, quienes esperan que sus imperios se perpetúen a través de sus lazos de sangre.
Los hijos del multimillonario mexicano Carlos Slim, que suelen ser discretos y dan pocas declaraciones públicas, ya están desarrollando una carrera en las compañías del padre. Carlos Slim Domit es presidente del Consejo de Administración de América Móvil Telmex; Patricio Slim Domit es vicepresidente de Grupo Carso y América Móvil; Johanna Slim Domit tiene una participación activa en la Fundación Carlos Slim, principalmente en temas de Educación y Salud; Soumaya Slim Domit es vicepresidenta del Museo Soumaya; Marco Antonio Slim Domit es presidente del Consejo de Administración de Grupo Financiero Inbursa; y Vanessa Slim Domit preside la Asociación de Superación para México y América Latina (ASUME), que rige los programas de bienestar social de las fundaciones Telmex y Carlos Slim.Mientras que algunos padres intentan mantener a sus hijos con los pies sobre la tierra, los jóvenes muchas veces disfrutan la notoriedad y explotan las ventajas de portar cierto apellido.
"Tuvimos que hacer un informe sobre nuestros padres: dónde nacieron, qué hicieron y todo eso. Todos mis compañeros lo hicieron de tarea, pero yo terminé el mío antes de que la clase finalizara gracias a Wikipedia", dijo Peter M. Brant hijo.
Peter y su hermano Harry, hijos de Peter Brant, el presidente y CEO de White Birch Paper, son dos socialités neoyorkinos que llevan una ostentosa vida comparable a la de la serie Gossip Girl y que no temen en compartirla con sus miles de seguidores en Instagram.