Un año de retraso no ha sido suficiente para despejar las dudas sobre la pertinencia de realizar los Juegos Olímpicos de Tokio. Tampoco para elevar del todo los ánimos de un público que no podrá ver masivamente las competencias en persona ni animar efusivamente sin temor. A casi un mes del arranque del mayor evento deportivo del mundo, la pandemia aún es un lastre que impide disfrutar la cita con propiedad.
Pese a ello, Japón dio este lunes un paso más en su retador plan logístico para celebrar las Olimpiadas -programadas para iniciar el 23 de julio y terminar el 8 de agosto- al anunciar que un limitado número de espectadores podrán asistir a los eventos olímpicos en Tokio. La decisión confirma que el evento seguirá adelante tras meses de preocupación de que el evento pudiera provocar un masivo rebrote por la llegada de atletas y comités deportivos de todo el mundo.
MIRA: Por el coronavirus, Tokio ya no pondrá pantallas en espacios públicos para seguir los Juegos Olímpicos
Específicamente, el comité organizador y las autoridades japonesas permitirán un límite del 50% de aforo de los recintos, hasta un máximo de 10.000 personas. Sin embargo, las reglas podrán ser modificadas si se registra un repunte de contagios. La asistencia de los espectadores extranjeros fue prohibida en marzo debido a la pandemia.
Aunque las autoridades de Japón pospusieron en marzo del 2020 los Juegos Olímpicos con la esperanza de que para este entonces el COVID-19 ya fuera cosa del pasado, lo cierto es que el virus aún golpea al planeta. Incluso el principal asesor médico de Japón, Shigeru Omi, que ha descrito como una “anomalía” la celebración de los Juegos durante una pandemia, recomendó la semana pasada celebrar los Juegos sin público, un pedido que no ha sido escuchado.
The spectator limit for the Olympic Games will be set at 50% of venue capacity, up to a maximum of 10,000 people at all venues.
— #Tokyo2020 (@Tokyo2020) June 21, 2021
For more information on what was agreed upon at today's five-party meeting: https://t.co/On7tfGKidm
Japón no es uno de los países con más fallecidos por COVID-19 (suma 14.385 decesos), pero recientemente ha luchado por contener los contagios.
El país asiático entró en una cuarta ola a fines de marzo y, desde abril, Tokio y otras ciudades importantes se encuentran en estado de “casi emergencia” que regirá hasta el 11 de julio. Además, el sistema médico se ha visto colapsado en algunos lugares y la campaña de vacunación en Japón ha sido bastante lenta. Alrededor del 15% de la población ha recibido una dosis.
Por ello, gran parte de la ciudadanía ha pedido que se cancelen los Juegos Olímpicos. Una encuesta de la emisora Asahi News Network reveló que alrededor del 65% del público quiere que el evento se posponga nuevamente o se cancele. Casi el 70% dijo que pensaba que los Juegos no se llevarían a cabo de forma segura.
Entre quienes se oponen hay muchos miembros de la comunidad médica de Japón. Según el diario “The New York Times” esto último se debe a que Tokio tiene la obligación contractual de brindar atención médica al personal olímpico, por lo que los organizadores estimaron que será necesario desviar a 10,000 trabajadores médicos para ese fin.
¿Cuál es la estrategia?
Pese a la oposición pública y la preocupación por un aumento en los contagios, Japón está decidido a salvar el multimillonario evento deportivo.
The Olympic Games #Tokyo2020 will be held from 23 July until 8 August 2021.
— #Tokyo2020 (@Tokyo2020) March 30, 2020
More information here: https://t.co/ST25uXKglE pic.twitter.com/sQo1TIcH5O
Además de limitar la asistencia a los recintos olímpicos, los organizadores han prohibido los gritos, por los que los usuales vítores de ánimo o celebración se verán reprimidos. Las mascarillas serán obligatorias y se solicitaría a los espectadores que viajen directamente a los lugares y se vayan directamente a casa.
Aún se está considerando si permitir que se sirva alcohol en los lugares y el gobierno de Tokio anunció el sábado la cancelación de todos los espacios públicos donde se iban a instalar pantallas gigantes para seguir las competiciones, debido a la situación de la pandemia.
El director ejecutivo del comité organizador, Toshiro Muto, dijo que hay 3,64 millones de boletos en manos de residentes japoneses. Este número excedería por 900.000 a lo que estaría disponible, por lo que tendría que hacerse una lotería para definir quiénes podrán acudir.
Jorge Illa, historiador catalán y docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, considera que los Juegos Olímpicos pueden realizarse con éxito. Defiende, principalmente que no habrá atletas sin vacunar y que todos los deportistas y sus equipos estarán en sus burbujas y sometidos a constantes pruebas de COVID-19.
“Yo creo que hay más riesgo de contagio entre el público, entonces por ahí viene el miedo de que pueda haber un rebrote y por eso hay voces que dicen que habría que repensar si se permite la asistencia de público. Pero los juegos, por cuestiones económicas, de contratos, de televisión, van a realizarse sí o sí, a pesar del fuerte rechazo de la población. Sin embargo, considero que cuando empiecen los juegos, si todo va bien, la gente va a estar súper contenta. A menos que hubiese un rebrote enorme, pero hay que considerar que sus estadísticas de mortandad en relación al virus son muy bajas”, dice a El Comercio.
“The New York Times” recuerda que el mes pasado el consejo editorial de The Asahi Shimbun, el segundo periódico más grande de Japón, afirmó que gran parte de los cuidados debería venir de la población.
“Puede que sea posible controlar la mayoría de los movimientos de los atletas y los oficiales de los Juegos. Pero en lo que respecta a todos los demás, el éxito dependerá en gran medida de su disposición a practicar el autocontrol“, afirmó.
¿Qué está en juego para Japón?
Pero Japón tiene más en juego en estas Olimpiadas. El evento deportivo llega pocos meses antes de las elecciones parlamentarias de octubre, por lo que Tokio 2020 es también una apuesta política para el primer ministro, Yoshihide Suga.
La popularidad del político bajó por el descontento con su gestión de la pandemia, el lento avance de la vacunación y las dudas sobre cómo se evitará la propagación del virus durante los Juegos Olímpicos.
“También está en juego el impacto del éxito evento para el gobierno de Japón. El gobierno tuvo un problema muy serio a inicios de año cuando el presidente del comité organizador tuvo que dimitir por unas declaraciones machistas. Ese fue un golpe fuerte y, claro, no hacer los juegos significa que tampoco ha respondido bien a la pandemia, lo cual significa un fracaso para el gobierno”, considera Jorge Illa.
El experto enfatiza que en este tema es importante tener en cuenta los intereses políticos de la oposición y del mismo gobierno. “Las posiciones de la política interior japonesa sobre los Juegos también están muy condicionadas a que en pocos meses hay elecciones. Finalmente, si los juegos no se hacen, las mismas voces que critican el evento dirán que el gobierno no ha sabido lidiar con la pandemia o más adelante lo culparían de no haberlos realizado”, agrega.
Destaca también que, mientras no hacer los Juegos no tiene ningún beneficio, realizarlos, más aún en un contexto electoral, tendrá impacto positivo en la imagen política y económica de Japón.
“A Japón le conviene mantener una imagen externa de que está preparado para hacer el evento en este estado de la pandemia porque otros países ya lo han demostrado. Lo han hecho Estados Unidos con la NBA o toda Europa con la Eurocopa, que se está jugando ahora en un montón de países con un público que va desde el 22% del aforo permitido”, apunta.
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