Fue sentenciada a 35 años de prisión por filtrar cientos de miles de documentos clasificados a WikiLeaks, pero el expresidente Obama la indultó en 2017 y quedó libre tras siete años entre rejas.
Aun así, Chelsea Manning, vuelve a estar encarcelada.
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La exsoldado del ejército estadounidense, conocida como Bradley Manning antes de hacer pública su transexualidad, es considerada una pieza clave de WikiLeaks: la persona que ayudó al fundador del portal, el hacker Julian Assange, a acceder en 2010 a miles de documentos secretos de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos lo consideró como "una de las mayores filtraciones de información clasificada en la historia de Estados Unidos".
En concreto, Manning filtró al portal más de 700.000 documentos clasificados, entre ellos, secretos sobre las guerras de Irak y Afganistán y cables del Departamento de Estado, lo que supuso un duro revés para la diplomacia estadounidense.
- Breve libertad -
La exsoldado fue detenida en 2010 y sentenciada en 2013 por la filtración. Estuvo en prisión hasta 2017, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le concedió un perdón a tres días de abandonar la Casa Blanca.
Assange, por su parte, acabó refugiándose en la Embajada de Ecuador en Londres, donde pasó casi siete años hasta que fue detenido este jueves.
No obstante, el periodo de "libertad" de Manning duró poco. La exanalista de inteligencia militar fue encarcelada de nuevo el pasado 8 de marzo por negarse a testificar ante un gran jurado sobre una investigación a WikiLeaks.
El juez federal Claude Hilton, de Alexandria (Virgina, Estados Unidos) ordenó que permanezca recluida hasta que decida testificar o hasta que el gran jurado que lleva la investigación haya completado su trabajo sobre WikiLeaks.
La exsoldado defendió que ya declaró todo lo que sabía durante su proceso ante el tribunal militar que la juzgó.
Manning, de 31 años, respondió al juez que "aceptaría lo que le impusiera", pero no testificaría, según la agencia de noticias Associated Press (AP).
"No participaré en un proceso secreto al que me opongo moralmente, en concreto, uno que ha sido usado para atrapar y perseguir a activistas por su discurso político", dijo en un comunicado recogido por AP.
La fiscalía estadounidense lleva años investigando a WikiLeaks y el pasado mes de noviembre los fiscales revelaron posibles cargos contra su fundador, Julian Assange, en documentos judiciales sobre otro caso.
En este segundo periodo de confinamiento, Manning fue encerrada en régimen de aislamiento, según denunció un grupo de apoyo a la exsoldado, autodenominado "Chelsea Resist!" (¡Resiste, Chelsea!).
El 4 de abril, desde su cuenta oficial de Twitter se informó que se había puesto fin a esa mencionada reclusión en solitario tras 28 días en esa situación.
La defensa de la exsoldado ha pedido su liberación a la espera de que se falle su recurso de apelación.
Esta vez, desde la Casa Blanca, no parece que haya vientos a su favor: a principios de 2017, el presidente Donald Trump la llegó a calificar de "traidora desagradecida" y consideró que "nunca debería haber sido liberada".
- "Desproporcionada" -
Manning fue destinada a Irak como analista de inteligencia y desde allí comenzó a recopilar los documentos que posteriormente filtró a WikiLeaks en 2010.
Entre los documentos que consiguió enviar al portal, estaba un video de un helicóptero de las fuerzas estadounidenses que mataba a 12 civiles -entre ellos, dos periodistas- en Bagdad en 2007, y miles de mensajes controvertidos entre diplomáticos de este país.
En una corte militar, Manning fue declarada culpable de 20 cargos, entre ellos el de espionaje, si bien fue absuelta de la acusación más grave: ayudar al enemigo.
La exsoldado defendió la filtración de WikiLeaks argumentando que quería abrir el debate público en Estados Unidos sobre el rol de las fuerzas armadas y la política exterior del país.
No obstante, posteriormente pidió perdón por "dañar a Estados Unidos", señalando que se equivocó al creer que "podía cambiar el mundo a mejor".
Estados Unidos mantuvo que la filtración puso vidas en peligro.
Manning cumplió siete años de prisión, hasta que su condena fue conmutada por el ex presidente Barack Obama.
Su sentencia fue la mayor por una filtración en la historia de Estados Unidos, y Obama consideró que era "desproporcionada".
Los republicanos criticaron duramente la decisión del mandatario demócrata de indultarla, pues consideraron que sentaba un "peligroso precedente".