Pakistán conmemoró hoy el primer aniversario de la masacre perpetrada por los talibanes en una escuela de Peshawar con una ceremonia en el lugar del atentado, rodeada de amplias medidas de seguridad, a la que acudió el primer ministro, Nawaz Sharif, junto a otros líderes militares y civiles.
En la ciudad, situada en el noroeste del país, y en el resto de Pakistán se tomaron amplias medidas de seguridad para evitar cualquier intento de sabotaje del acto por los insurgentes, informaron funcionarios de la seguridad.
En la ceremonia participaron también familiares de las víctimas y el jefe del Ejército, Raheel Sharif, así como los gobernadores de cuatro provincias.
Unas 150 personas, entre ellas 136 niños, murieron el 16 de diciembre de 2014 durante un asalto talibán a la escuela gestionada por el Ejército en la ciudad noroccidental del país, que conmocionó a la población y desató una operación a gran escala contra el extremismo islámico.
Nawaz Sharif aseguró que su país casi ha conseguido con sus operaciones militares romper la columna vertebral del terrorismo. "Las operaciones continuarán y no está ya lejos el día en que podamos ofrecer a nuestros hijos un Pakistán en paz", señaló.
Además, prometió que Pakistán se vengará de "cada gota de sangre derramada" de los niños muertos y dijo que ese atentado le quitó la idea de alcanzar la paz con los talibanes, gestada en 2013.
Pakistán reaccionó al ataque declarando una guerra total contra los insurgentes y también reanudando las ejecuciones de los condenados por terrorismo y otros delitos graves. Según el Ejército, unos 3.400 insurgentes han sido abatidos durante la operación.
La cifra de atentados contra instituciones estatales y civiles se redujo casi a la mitad este año. Pero el lunes los extremistas mataron a 24 personas, entre ellas muchas mujeres, en un atentado contra un mercado en el valle de Kurram, cerca de la frontera con Afganistán.
Fuente: DPA