No solo el cambio climático está calentando el Ártico de manera preocupante. Este territorio de condiciones extremas, donde las temperaturas pueden caer hasta los -55 °C, se ha vuelto motivo de tensión entre Rusia y Estados Unidos por el despliegue militar de Moscú en la zona. La alarma causada en Occidente ha despertado la preocupación por las posibles repercusiones de una guerra gélida en la región hogar de morsas, focas y osos polares.
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