Varios jóvenes disfrazados de Papá Noel desfilaron por las calles de Damasco para traer un poco de la alegría de Navidad a la capital de Siria. Este es quizás el país que más ha sufrido el embate del Estado Islámico que a su paso dejó edificios y calles destruidas.
Los sirios demuestran que la Navidad se puede celebrar tras haber superado una guerra. Como se recuerda, este conflicto se llevó miles de vidas y empujó a otros a buscar un futuro en tierras lejanas donde ahora son llamados "refugiados".
Tras más de seis años de guerra, casi un cuarto de la población de Siria vive en el exilio. Mientras que la soledad y los escombros se apoderan de quienes se quedaron, en una fecha tan conmemorativa como la Navidad, algunos se juntan para compartir un poco de la alegría de haber sobrevivido al horror.
Siria ahora es libre del Estado Islámico y por ello esta Navidad se vuelve una fecha simbólica donde la felicidad puede estar detrás de un simpático traje de Papá Noel. Pero el conflicto interno entre "rebeldes sirios" y el gobierno de Bashar Al-Ásad podría remontar pronto.