Yola. Los combatientes de Boko Haram mataron a los niños mayores y a los hombres frente a sus familias antes de llevarse a las mujeres y los niños más pequeños a la selva, donde muchos murieron de hambre y enfermedades.
Son los trágicos recuerdos que desgranaban algunos de los cientos de cautivos liberados por el Ejército de Nigeria, que fueron trasladados a un centro estatal de refugiados tras escapar de la manos de los terroristas, que los tenía retenidos en la selva norteña de Sambisa.
Tras varios días viajando por carretera en todoterrenos, cientos de personas fueron puestas al cuidado de las autoridades en un campamento de refugiados de la ciudad oriental de Yola, donde fueron alimentados y atendidos de sus heridas.
Allí pudieron hablar por primera vez con los periodistas, en un caso que ha vuelto a concitar la atención internacional.
"No nos dejaban movernos", dijo una de las mujeres, Asabe Umaru. "Si necesitabas ir al baño, te seguían. Nos tenían en un lugar, en estado de esclavitud. Damos gracias a Dios por estar vivas y al Ejército de Nigeria por salvar nuestras vidas".
Un total de 275 mujeres y niños, algunos de los cuales tenían las cabezas y brazos vendados, llegaron el sábado por la noche al campamento.
Desde el martes han sido liberadas cerca de 700 personas secuestradas del bastión selvático de Boko Haram. El último grupo de 234 mujeres y niños fue puesto en libertad el viernes.
#BokoHaram: Nigeria liberó a 700 mujeres y niños en una semana http://t.co/l9IfiMaHVJ pic.twitter.com/ZA13wBDykD
— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) May 3, 2015
"Cuando vimos a los soldados, levantamos las manos para pedir ayuda. Boko Haram nos estaba vigilando y nos apedrearon para que les siguiéramos a otro escondite, pero nos negamos porque estábamos seguras de que los soldados no rescatarían", dijo Umaru, de 24 años y madre de dos hijos.
Los prisioneros sufrieron una constante malnutrición y enfermedades, agregó. "Todos los días veíamos morir a alguno de nosotros y esperábamos nuestro turno".
Otra de la liberadas, Cecilia Abel, dijo que su esposo y su hijo mayor fueron asesinados frente a ella y luego la milicia le obligó a internarse a la selva junto sus ocho hijos restantes.
Apenas comió durante dos semanas, hasta la llegada de los militares.
"Nos alimentaban solo con maíz seco al mediodía, que no era bueno para el consumo humano", dijo. "Muchos de los que fueron capturados murieron en la selva de Sambisa. Incluso después de nuestro rescate fallecieron diez personas de camino hasta aquí".
Los liberados fueron alimentados con pan y tazas de té cuando llegaron al campamento. El doctor Mohammed Aminu Sulieman dijo que 19 personas fueron hospitalizadas para recibir una atención especial.
LAS NIÑAS DE CHIBOK
Amnistía Internacional calcula que los terroristas, que intentan imponer el dominio islamista en África Occidental, han secuestrado a más de 2.000 mujeres y niñas desde inicios del 2014. Muchas fueron usadas como cocineras, esclavas sexuales y escudos humanos.
Entre los prisioneros liberados hasta el momento no parece estar ninguna de las más de 200 alumnas secuestradas en la localidad de Chibok en abril del 2014, un incidente que atrajo la atención global a un conflicto que dura ya seis años.
Umaru dijo que su grupo nunca entró en contacto con las niñas perdidas de Chibok.
El Ejército de Nigeria, junto a las fuerzas de las vecinas Chad, Camerún y Níger, ha recuperado varias zonas controladas por Boko Haram en los dos últimos meses.
Fuente: Reuters
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