“Se propagó como un incendio forestal. Muy, muy aterrador”, así describió el gobernador de Ohio, Mike De Wine, el supercontagio registrado en una iglesia de ese estado luego de que un feligres infectado de Covid-19 asistiera a una misa y terminara contagiando a casi un centenar de personas.
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El hombre de 56 años asistió al servicio religioso el 14 de junio sin saber que portaba el virus, según el diario local The Kansas City Star. Para el 4 de julio, 91 feligreses de entre 1 y 67 años, residentes en cuatro condados diferentes, pero que estuvieron en el mismo lugar, dieron positivo al Covid-19.
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Sin embargo, la cadena de transmisión de paró ahí pues 18 de esos nuevos infectados transmitieron el coronavirus a, por lo menos, una persona más. Entre ellas, una familia donde el esposo (34 años), la esposa (31) y sus cuatro hijos, de entre 1 y 11 años, resultaron contagiados.
Se desconoce si durante la misa los asistentes utilizaron mascarillas pues la medida es obligatoria en el estado recién desde el 22 de julio. La esposa y los dos hijos de la persona que originó el superbrote también están contagiados.
El gobernador ha intentado utilizar el caso para graficar la facilidad con la que el coronavirus puede contagiarse, especialmente en espacios cerrados, y resaltar la importancia de seguir los protocolos de seguridad, como el uso de mascarillas y el distanciamiento social.
“Es vital que, cada vez que las personas se reúnan, todos usen máscaras, practiquen distanciamiento social, se laven las manos y mientras estén en interiores, asegurándose de que haya buena ventilación y flujo de aire”, señaló.
“Continuamos teniendo un problema de propagación debido a las reuniones informales entre familias y amigos”, añadió De Wine.
El gobernador republicano aprovechó, además, para señalar otros casos similares que propiciaron largas cadenas de contagios. Entre ellos, el de un hombre con síntomas de Covid-19 que asistió al matrimonio de su hermano y contagió a 15 personas, entre ellos a los novios y un padrino de la boda.
Otro fue el de un anciano que desarrolló lo que su hijo pensaba era una bronquitis, por lo que varios miembros de su familia asistieron a su casa para visitarlo y terminaron registrándose cinco casos de Covid-19, entre ellos el sobrino nieto del anciano infectado.
Las ceremonias religiosas están permitidas en Estados Unidos desde que el presidente Donald Trump las autorizara a finales de mayo por considerarlas “esenciales” y le dijera a los gobernadores que no impidieran los servicios religiosos, una medida ampliamente criticada por el alto número de casos que se registran en Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia.
“Sabemos que nuestros líderes religiosos no quieren nada más que proteger a quienes vienen a adorar”, dijo De Wine antes de añadir que enviaría cartas a las iglesias, mezquitas y sinagogas del estado para compartirles “importante información de salubridad”.
Ohio es el decimotercer estado con más contagiados y el decimocuarto respecto al número de muertes por Covid-19 en Estados Unidos, registrando 97.471 casos y 3.618 muertes a causa de la enfermedad, según fuentes oficiales.
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