“Todos nacen como originales pero muchos mueren como fotocopias”. Una frase que parece sacada de las profundidades de los TikTok de autoayuda, pero que pertenece al joven que en unos meses será el primer santo ‘millennial’. Este miércoles 20 la Iglesia Católica anunció que Carlo Acutis -un joven que antes de morir se hizo conocido como el ‘ciberapóstol’ por su difusión del evangelio a través de internet- será canonizado durante el Jubileo de los Adolescentes en el Vaticano que se desarrollará en la Santa Sede del 25 al 27 de abril del 2025.
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En diálogo con El Comercio, Juan Fonseca, profesor de Teología de las Religiones en la Universidad del Pacífico, destaca que la canonización de Carlo no solo es un “gesto de simpatía y de acercamiento a las nuevas generaciones”, sino que también muestra “de manera bastante honesta cómo la administración del papa Francisco ha mostrado una intención clara de valorar las formas de cómo las nuevas generaciones se están acercando a la fe, así como un propósito claro por la propia iglesia de modernizar su mensaje”.
En ese aspecto, Fonseca también remarca que la canonización de Acutis sirve como un reconocimiento por parte de la Iglesia Católica sobre cómo la religiosidad popular valora a este tipo de personajes, que desde lo cotidiano cultivan y desarrollan una piedad alineada con esta mirada que ahora Francisco plantea de una “fe católica solidaria, austera y sencilla en la que desde la vida ordinaria uno puede encontrar a Dios”.
¿Quién fue el ‘ciberapóstol’?
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en la ciudad de Londres, hijo de Andrea Acutis y Antonia Salzano, dos italianos que residían temporalmente en el Reino Unido por motivos de trabajo. Poco después de su llegada al mundo, sus padres lo llevaron de vuelta a Lombardía, región del norte de Italia de donde provenía su familia, y allí pasó la mayoría de su infancia en el seno de una familia tradicional pero no particularmente religiosa.
Según testimonio de sus familiares y conocidos, desde muy temprano presentó una fascinación por las creencias católicas, en particular con el sacramento de la Eucaristía, al que en algún momento calificó su “autopista al cielo”, teniendo su primera comunión a los siete años. También presentó una intensa devoción a la Virgen María, a la que calificó como la “única mujer de su vida”.
Fuera de las materias religiosas, Carlo también presentó un gran interés por lo tecnológico, mostrando gran habilidad en la programación de computadoras, edición de videos y creación de páginas web. Estas habilidades, tan comunes en las actuales generaciones de ‘influencers’ que actualmente pululan en las redes sociales, fueron utilizadas a comienzos de este siglo XXI por el joven para transmitir su fe, creando sitios web con testimonios e imágenes que relatan la historia de algunos santos que admiraba, así como milagros y apariciones de la Virgen María.
Pero su ‘magnum opus’ no se dio solo en el mundo digital. Titulada “Los Milagros Eucarísticos en el Mundo”, se trata de una exposición fruto de cuatro años de trabajo que recopila imágenes y descripciones históricas de 136 eventos reconocidos por la Iglesia Católica.
“Estaba convencido de que la gente podría darse cuenta así de que verdaderamente en la hostia y en el vino consagrado están el cuerpo y la sangre de Cristo”, dijo su madre a la publicación Comunicación y Liberación. “Que no hay nada simbólico, sino que es la posibilidad real de encontrarse con Él.” La exposición ha recorrido más de 10.000 parroquias en todo el mundo y también puede encontrarse en línea aquí.
La muerte de Carlo Acutis fue súbita e inesperada y todo comenzó en setiembre del 2006, cuando lo que parecía una simple gripe lo llevó al Hospital San Gerardo, en Monza. No era un catarro, sino una leucemia fulminante que acabó con la vida del adolescente a sus cortos 15 años. Es así que tras pedir la unción de los enfermos, Carlo Acutis falleció el 12 de octubre.
Posteriormente, y acorde a sus últimos deseos, su cuerpo fue trasladado a Asís, lugar de nacimiento de San Francisco, uno de los santos a los que más admiraba, y desde el 2022 es exhibido para los fieles que acuden presencialmente y a través de la web mediante una transmisión en vivo por internet, bastante apropiado para alguien que póstumamente fue apodado el “‘influencer’ de Dios”.
El camino a la canonización
La noticia del fallecimiento de Carlo Acutis recorrió el mundo poco, conmoviendo a la comunidad de creyentes y generando devotos inspirados por su ejemplo. El 5 de julio del 2018 fue declarado “venerable” por la Iglesia luego de que se le atribuyera la milagrosa sanación de un niño brasileño que se curó de una rara anormalidad congénita del páncreas después de que su familia pidiera una intercesión ante una reliquia de Carlo, un pedazo de su pijama. En el 2020, el mismo milagro llevó a que Acutis fuera declarado beato, el primer paso para la santidad.
El segundo milagro fue anunciado en mayo de este año, aunque ocurrió en julio del 2022 en torno a una estudiante universitaria costarricense de 21 años que sufrió un grave traumatismo craneoencefálico tras un accidente de bicicleta. Según la Santa Sede, los médicos habían pronosticado que sus esperanzas de sobrevivir eran casi nulas, pero la joven se recuperó luego de que la madre de la víctima acudiera a la tumba de Acutis para pedir una intercesión por su hija.
Con esto Acutis rompió esquemas al convertirse no solo en uno de los santos más jóvenes de tiempos modernos, sino también en uno de los más rápidos de la historia, al lograr la santidad a un poco más de 18 años de su muerte, un periodo extremadamente corto si se toma en cuenta que la otra persona de la que se se anunció la canonización esta semana, el montañista y activista católico Pier Giorgio Frassati, falleció hace aproximadamente un siglo.
La difusión por las redes
“Coincido que ha sido más rápido que lo usual y creo que tiene que ver, por un lado, por la mayor valoración del Vaticano al tipo de figuras que representa Carlo Acutis”, acota Juan Fonseca. “Pero también es interesante que en este caso los dos testimonios de milagros necesarios para la canonización han aparecido y han sido comprobados rápidamente, entonces además de la prioridad por parte de la curia también hemos visto que los fieles se han movilizado bastante alrededor de este personaje.”
“Entonces, yo creo que ha sido una combinación de oportunidad con lo que parece la búsqueda de las nuevas generaciones de encontrar signos de santidad ya no en las figuras clásicas, sino en personas como ellos involucrados en la modernidad”, considera.
El catedrático resalta que la idea de los santos no es solo crear una festividad más, sino la forma en que la Iglesia Católica busca presentar a sus creyentes vidas ejemplares para inspirarlos a dedicarse a Dios. “Entonces es un mensaje para decir a los más jóvenes que no está mal en principio utilizar las nuevas tecnologías, que son un medio muy útil para transmitir un mensaje de fe, algo en lo que la Iglesia Católica se encuentra bastante rezagada respecto a otras confesiones cristianas”, opina. “Creo que este puede ser un empuje para que las nuevas generaciones de jóvenes líderes católicos ingresen más a las nuevas tecnologías, las redes sociales, y las aprovechen como un nuevo camino para la difusión del mensaje cristiano.”