La primera noche en la que se aplicó un toque de queda en Países Bajos, para frenar el coronavirus, se produjeron altercados entre manifestantes y la policía en la zona noroeste del país, que acabaron con varios arrestos, la imposición de decenas de multas y la declaración de una situación de emergencia municipal.
Los disturbios tuvieron lugar en la zona portuaria de Urk, un municipio de la provincia de Flevoland, en la zona noroeste de Países Bajos, donde empezaron después de entrar en vigor el toque de queda, a las 21.00 hora local (20.00 GMT) de este sábado, con una manifestación en la que participaron decenas de personas contra esta restricción.
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Los manifestantes condujeron cientos de vehículos tocando los cláxones y provocaron un incendio en uno de los puntos instalados por la junta sanitaria regional (GGD) para realizar las PCR de detección del covid-19 a los residentes del municipio.
“Está siendo una noche dramática. Me da vergüenza lo que está pasando. En este momento y como alcalde, junto con el jefe de policía y el fiscal, solo tengo una vía: la orden de situación de emergencia con el despliegue de la policía antidisturbios. Queremos la paz y la calma en Urk”, subrayó esta madrugada el regidor, Cees van den Bos.
La declaración de una “situación de emergencia” (noodbevel, en neerlandés) solo ocurre en casos de disturbios, desastres o accidentes importantes, y autoriza al alcalde a dar todas las órdenes que considere necesarias para mantener el orden público y limitar el peligro, lo que en este caso incluyó la movilización de los antidisturbios y la policía militar, que no tuvieron que intervenir finalmente.
Los participantes en la protesta, que se había convocado en redes sociales y de la que la policía era consciente, incendiaron el punto de pruebas del covid-19, y tiraron fuegos artificiales y piedras a los agentes que trataban de controlar la situación, lo que también dejó varios coches de la policía destruidos.
En un comunicado conjunto, el municipio, la policía y la fiscalía mostraron su “indignación” por lo ocurrido y subrayaron que “esta noche estuvo activo un grupo de alborotadores que alteraron la paz en Urk, con un comportamiento que no se puede resumir con palabras”, y con gestos como el incendio, que fue “una bofetada en la cara a los empleados de GGD en particular, que hacen todo lo posible en el puesto de test para ayudar a los residentes”.
45 MULTAS POR LA VIOLACIÓN DEL TOQUE DE QUEDA
La situación ha sido algo más tranquila en el resto del país, aunque las autoridades han impuesto varias multas a los ciudadanos que habían violado el toque de queda sin una razón justificada. En un control de una autopista cerca de Zaltbommel, en la provincia de Güeldres, la policía emitió al menos 45 multas esta noche.
Los centros de Ámsterdam y Eindhoven también fueron declarados para este mediodía como “zona de riesgo” para la seguridad porque están previstas nuevas protestas.
El toque de queda que entró en vigor la noche de este sábado es la primera restricción a la movilidad impuesta como medida obligatoria en Países Bajos desde marzo del año pasado. Hasta ahora la distancia social y el aislamiento en casa eran una “recomendación” y la gente aún podía salir a cualquier hora sin justificar sus motivos.
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