Londres [AFP]. Para Andre Wu, la pandemia de fue el detonante de su decisión: “¡Me voy a comprar una bicicleta!”. Junto a otros londinenses, hace la fila frente a una tienda que vende y repara este vehículo cuya popularidad se ha disparado.

En Brixton Cycle, el flujo de clientes no cesa: "Gente que vive en la periferia, o que siempre va al trabajo en bicicleta, nuevos ciclistas, gente con bicicletas que han estado en el armario por un tiempo", enumera el gerente Lincoln Romain.

El riesgo de contagio de la covid-19, que golpeó muy duro al Reino Unido, hizo que los británicos eviten el transporte público, desde el abarrotado metro hasta los famosos autobuses rojos de dos plantas, para volver a pedalear.

La flexibilización del confinamiento en varios países europeos, con la necesidad de moverse más evitando el contacto, refuerza esta tendencia.

El ciclista y mecánico Romain Baele estaciona su bicicleta frente a su tienda en Marcoing, Francia. (REUTERS / Pascal Rossignol).
El ciclista y mecánico Romain Baele estaciona su bicicleta frente a su tienda en Marcoing, Francia. (REUTERS / Pascal Rossignol).
/ PASCAL ROSSIGNOL

En Barcelona, el uso de carriles para bicicletas se ha cuadruplicado en hora punta, explica Janet Sanz, responsable de urbanismo del ayuntamiento.

En el Reino Unido, "millones de personas descubrieron el uso de la bicicleta durante la crisis, para hacer ejercicio o para mantener distancias seguras", afirma el ministro de Transporte, Grant Shapps.

- Más carriles para bicicleta -

Pero esta carrera de dos ruedas no está exenta de baches.

“El problema es que la gente olvida que también tiene que respetar las distancias de seguridad en los semáforos en rojo”, dice a la AFP en Londres Kelly Wise, entusiasta del ciclismo de toda la vida.

“Ya he pasado por esto, alguien se detuvo justo a mi lado durante el peor momento de la epidemia. Sigue siendo un motivo de preocupación”, afirma.

Una mujer con una máscara protectora monta su bicicleta en la calle Rue de Rivoli en París, Francia. (EFE / EPA / MOHAMMED BADRA).
Una mujer con una máscara protectora monta su bicicleta en la calle Rue de Rivoli en París, Francia. (EFE / EPA / MOHAMMED BADRA).
/ MOHAMMED BADRA

Para hacerle frente, el gobierno británico anunció un plan de urgencia de 250 millones de libras (305 millones de dólares, 280 millones de euros) para adaptar el transporte a la pandemia. Una parte se utilizará para crear carriles de bici temporales "en pocas semanas" o ampliar los ya existentes.

En la mayoría de las principales ciudades europeas se han puesto en marcha iniciativas similares, consideradas como un activo sanitario y ambiental.

Bruselas, Berlín y Barcelona, por ejemplo, tienen previsto construir 40, 22 y 21 kilómetros de carriles adicionales respectivamente.

En Francia, donde el gobierno ha anunciado un plan de 20 millones de euros, ciudades como París, Niza, Ruan, Lille y Nantes están siguiendo el ejemplo.

Incluso Italia, el país europeo con más coches por habitante, está adoptando el ciclismo en proporciones que no se veían desde los difíciles años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Se han planificado 150 kilómetros de carriles para bicicleta en la capital: suficientes para cambiar el aspecto de Roma, ciudad intransitable y peligrosa en ese vehículo.

Una familia maneja bicicleta en la calle Venezia, en Milán, Italia. (EFE / EPA / MOURAD BALTI TOUATI).
Una familia maneja bicicleta en la calle Venezia, en Milán, Italia. (EFE / EPA / MOURAD BALTI TOUATI).
/ MOURAD BALTI TOUATI

- “Enorme presión” -

Esta locura por los pedales está impulsado a las empresas del sector.

En Austria, “las ventas de bicicletas, especialmente las eléctricas, se han disparado desde la reapertura de los comercios a mediados de abril, al igual que las solicitudes de reparación”, afirma Michael Nendwich, de la Cámara Económica Austríaca.

El minorista francés Go Sport ha visto un aumento del 300% en sus ventas de bicicletas en internet. En el Reino Unido, según la Asociación de Comerciantes de Bicicletas, alrededor de 20.000 bicicletas “ya están vendidas o reservadas”.

Esta repentina y elevada demanda está “ejerciendo una enorme presión sobre las tiendas”, señala la asociación. “Muchos de ellos dicen que trabajan hasta la noche para reparar las bicicletas de sus clientes a tiempo”.

"El problema es que todos nuestros proveedores se han quedado sin bicicletas, así que la elección que ofrecemos es cada vez más limitada", añade Romain en su tienda de Londres, que no recibirá nuevo material hasta junio.

Mientras tanto, los afortunados dueños de una bicicleta en buen estado, como Kelly, pueden recorrer tranquilamente las calles de Londres. “Es muy bueno que la gente vaya más en bicicleta en Londres”, dice mientras se sube a la suya. “Pero, ¿la gente seguirá después o parará cuando vuelva el invierno o se encuentre una vacuna?”.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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