Ha sido descrito como el “palacio más caro del mundo”. El líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, publicó este martes un documental de dos horas sobre un majestuoso palacio a orillas del mar Negro, que asegura es propiedad del presidente Vladimir Putin y ha sido financiado por personas que lo rodean.
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“No es una casa de campo, ni una cabaña, ni una residencia. Es una ciudad entera, o más bien un reino”, asegura Navalny en el video publicado en su canal de YouTube, que alcanzó más 20 millones de visitas en un día y que ha causado una gran controversia en las redes sociales.
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La investigación alega que la propiedad costó US$1.370 millones y fue construida con “el mayor soborno de la historia”.
El Kremlin niega que la propiedad pertenezca al presidente.
Al principio del filme, Navalny explica que concibió la investigación en la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Berlín, mientras se recuperaba tras haber sido envenenado con un agente nervioso de tipo Novichok.
Pero decidió hacerla pública luego de que regresara a Rusia.
“No queremos que el protagonista de esta investigación piense que le tenemos miedo y que contaré su peor secreto (estando) en el extranjero”, afirma Navalny.
Además del documental, la ONG Fundación Anticorrupción, fundada por el líder opositor, creó un sitio web donde se puede leer una versión escrita aún más detallada de la investigación.
La propiedad está ubicada en la ciudad turística de Gelendzhik, en la costa sur del mar Negro, y la investigación asegura que es 39 veces el tamaño de Mónaco.
Cuenta con casino, un complejo subterráneo de hockey sobre hielo, una sala de cine, otra para fumar narguile y un viñedo.
“Tiene vallas inexpugnables, su propio puerto, su propia seguridad, una iglesia, su propio sistema de permisos, una zona de exclusión aérea e incluso su propio puesto de control fronterizo”, detalla Alexei Navalny en el video.
“Es un Estado separado dentro de Rusia”, agrega. “Y en este Estado hay un solo zar insustituible: Putin”.
El reportaje fue publicado dos días después de que Navalny regresara de Alemania y fuera arrestado al aterrizar en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú.
El líder de oposición rusa y uno de los más grandes críticos de Putin fue puesto en prisión preventiva durante 30 días, se le acusa de violar las condiciones que se le impusieron tras una condena por malversación de fondos, por la que recibió una sentencia condicional.
Él siempre ha dicho que su sentencia se debe a motivos políticos.
El activista dice que las autoridades rusas estuvieron detrás del atentado contra su vida, al envenenarlo con Novichok, una acusación respaldada por periodistas de investigación pero negada por el Kremlin.
“No es realmente una sorpresa”
No es la primera vez que se habla del “palacio de Putin”. La gigantesca construcción fue noticia en 2011, cuando el multimillonario chipriota-ruso Alexander Ponomarenko, que ha sido vinculado con el presidente ruso, lo compró por unos US$350 millones.
“Personalmente, no me sorprende mucho que Navalny haya decidido publicar esta historia. Yo ya había escuchado hablar sobre esta estructura, así que no es realmente una sorpresa”, le dice a BBC Mundo Sergei Goryashko, corresponsal del servicio ruso de la BBC en Moscú.
“Hace 10 años, un exsocio de Putin, un viejo amigo de San Petersburgo, alertó a los medios occidentales de la construcción del palacio y aseguró que personas cercanas a Putin habían aportado dinero para hacerlo realidad”.
Goryashko indica que, como él, muchos periodistas rusos sabían de la existencia del complejo, pero, según él, la publicación de Navalny da un valor agregado, más interactivo, ofreciendo modelos 3D del interior de la estructura y detallando cuánto costó erigirlo y quiénes están involucrados en su construcción.
La oposición rusa tiene previsto tomar las calles de Moscú y San Petersburgo, entre otras ciudades, el próximo 23 de enero, con el propósito de denunciar la reciente detención de Navalny por parte de las autoridades.
“Van a manifestarse en contra de la detención de su líder, pero también protestarán contra la corrupción, y por supuesto esta historia sobre el palacio de Putin los enfurece aún más y les da más motivos para salir”, estima el periodista ruso.
Un túnel especial con acceso al mar
El informe afirma que la propiedad en la ciudad turística de Gelendzhik se construyó con fondos ilícitos proporcionados por miembros del círculo íntimo de Putin, incluidos jefes petroleros y multimillonarios.
“Construyeron un palacio para su jefe con este dinero”, denuncia Navalny.
Además, afirma que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) posee unos 70 kilómetros cuadrados de terrenos que rodean la residencia privada.
Navalny lo describe como “el edificio residencial privado más grande de Rusia”.
Según la investigación, a todos los visitantes se les prohíbe traer teléfonos celulares con cámara, y todos los autos que ingresan a la lujosa edificación son examinados en varios puntos de control.
Además del palacio en sí, el área cerrada tiene otro palacio de hielo cubierto, una iglesia, un invernadero de 2.5000 metros cuadrados, un puente de 80 metros y un anfiteatro.
Dado que el palacio está ubicado en una orilla empinada, se cavó un túnel especial para darle acceso al mar. Al final del túnel hay una sala de degustación con vista al mar, señala el texto.
Un palacio con un complejo esquema de financiamiento
La construcción del palacio, dicen los autores de la investigación, fue inicialmente realizada por la empresa Rosinvest, supuestamente controlada por Vladimir Putin.
En 2011, el empresario Alexander Ponomarenko anunció que le había comprado esta propiedad a uno de los copropietarios de Rosinvest, Nikolai Shamalov, y a dos de sus socios.
Ponomarenko aseguró en una entrevista con el diario ruso Kommersant que el acuerdo de US$350 millones era más o menos cierto.
Pero, según la Fundación Anticorrupción de Navalny -que toma como referencia a los estados financieros de la empresa offshore Kernicom Enterprises- el monto real de la transacción fue de poco más de US$356.000.
Documentos de la sociedad offshore indican que se trata de una inversión de la sociedad Rirus controlada por Kernicom. Rirus, según la información contenida en estos documentos, se dedica a transacciones inmobiliarias.
La gestión de todos los trabajos de construcción en el palacio la habría llevado a cabo la compañía de una persona cercana, Asya Borisova. Sin embargo, su construcción se distribuyó entre varias firmas diferentes, de acuerdo con la Fundación Anticorrupción.
La ONG liderada por Navalny asegura que el propietario clave del palacio es la empresa Accept, que pertenece al primo de Putin, Mikhail Shelomov.
Los autores de la investigación citan un plan de financiación que menciona a varios antiguos socios de Putin: el presidente de Transneft, Nikolai Tokarev, y el jefe de Rosneft, Igor Sechin, entre otros.
El esquema también incluye a Svetlana Krivonogikh, a quien el periódico Proekt describió como una persona cercana a Putin, y a la gimnasta Alina Kabaeva, cuyas conexiones con Putin también han sido reportadas por diversos medios.
Análisis de Steve Rosenberg
Corresponsal de la BBC en Moscú
Alexei Navalny ya se había puesto en riesgo al regresar a Rusia. Fue un desafío directo al presidente Putin, justamente el hombre al que acusa de ordenar su envenenamiento.
Su detención en el aeropuerto y la orden de prisión preventiva por 30 días no cayeron por sorpresa.
Pero parece que, desde su celda, la figura de oposición más destacada de Rusia todavía tiene el poder de avergonzar al Kremlin. En cuestión de horas, su investigación sobre el “palacio de Putin” ya había acumulado millones de visitas.
Los partidarios de Navalny han convocado protestas para este fin de semana con el fin de exigir su liberación.
¿Será que las imágenes del opulento palacio y las nuevas acusaciones de corrupción traerán a más gente a las calles?
Eso no está claro.
Sin embargo, una cosa es segura: Navalny ha logrado algo que parecía imposible hace apenas un día. En su enfrentamiento con las autoridades, ha aumentado aún más sus apuestas.
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