La gente celebra tras los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. (EFE/EPA/YOAN VALAT).
La gente celebra tras los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. (EFE/EPA/YOAN VALAT).
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Agencia EFE

La izquierda de protagonizó este domingo una gran vuelco electoral al quedar en cabeza de las elecciones legislativas, por delante del bloque del presidente , lo que relegó a la favorita, la ultraderecha de , al tercer lugar. Pero el imprevisto mapa político que deja la segunda vuelta anticipa una Asamblea Nacional enormemente dividida y sin mayorías claras, por lo que la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, más aún en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas.

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Con los 577 escaños de la Cámara ya asignados, el Nuevo Frente Popular (NFP) de socialistas, comunistas, ecologistas y la más radical La Francia Insumisa (LFI) quedó en primer lugar con 182 escaños, más otros 13 independientes de izquierda, según los datos oficiales del Ministerio del Interior.

El líder del Nuevo Frente Popular (NFP), Jean-Luc Melenchon, aplaude tras los primeros resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. (Foto de Sameer Al-Doumy / AFP).
El líder del Nuevo Frente Popular (NFP), Jean-Luc Melenchon, aplaude tras los primeros resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas en Francia. (Foto de Sameer Al-Doumy / AFP).
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El bloque macronista, formado por tres partidos, perdió su mayoría al quedarse en 168 diputados, con una caída apreciable respecto a los 250 que tenía, pero mucho menos pronunciada de lo que vaticinaba la primera vuelta.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sale de una cabina electoral, adornada con cortinas que muestran los colores de la bandera del país. (Foto de MOHAMMED BADRA / AFP).
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sale de una cabina electoral, adornada con cortinas que muestran los colores de la bandera del país. (Foto de MOHAMMED BADRA / AFP).
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Y el tercer puesto fue para la ultraderechista Agrupación Nacional (RN), que partía como gran favorita tras su victoria en la primera vuelta y los pronósticos de los sondeos publicados hasta el viernes, pero que se quedó finalmente en 143 escaños.

Marine Le Pen, lideresa del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, habla con la prensa tras el resultado de las elecciones en Francia. (Foto de Dimitar DILKOFF /AFP).
Marine Le Pen, lideresa del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, habla con la prensa tras el resultado de las elecciones en Francia. (Foto de Dimitar DILKOFF /AFP).
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A pesar de esta fuerte decepción, el RN logra un resultado histórico, muy por encima de los 89 diputados de 2022, que ya supusieron un salto excepcional desde los 8 que tenían en 2017.

El conservador Los Republicanos (LR) se mantiene a pesar de algunas deserciones hacia el RN y logra 45 diputados, a los que podría añadir otros 15 independientes de derechas.

Con una participación muy alta, en torno al 67 %, la mayor en varias décadas, muchos franceses parecen haberse movilizado para frenar la llegada al poder de la ultraderecha tras su triunfo en la primera vuelta del 30 de junio.

La mayoría absoluta está en 289, una cifra solo alcanzable con pactos que ahora mismo se presentan como improbables ante el veto de los macronistas y los conservadores a LFI, que tendrá más de 80 diputados dentro del paraguas del NFP.

La gente ondea banderas de Francia durante un mitin nocturno tras los primeros resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, el 7 de julio de 2024. (Foto de Emmanuel Dunand / AFP).
La gente ondea banderas de Francia durante un mitin nocturno tras los primeros resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas, el 7 de julio de 2024. (Foto de Emmanuel Dunand / AFP).
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Explosión de alegría en la Plaza de la República

El imprevisto vuelco que supusieron las proyecciones, seguidas de los resultados que llegaban a cuentagotas, fue recibido con una explosión de alegría en la simbólica Plaza de la República por miles de simpatizantes de la izquierda que se habían congregado en su lugar habitual de concentración.

El líder de LFI, el volcánico Jean Luc Mélenchon, se apresuró a exigir al presidente, Emmanuel Macron, que nombre un primer ministro de la alianza de izquierdas.

Mélenchon afirmó que el Nuevo Frente Popular “tiene que aplicar su programa y solo su programa”, y rechazó entrar en negociaciones con la coalición de Macron.

Más prudente fue el expresidente socialista François Hollande, quien fue elegido diputado tras volver a la política activa en estas elecciones, y que reconoció que, sin mayoría absoluta, la izquierda debe mostrar “responsabilidad” para aplicar su programa y pacificar el país tras la fractura de la campaña.

En el campo presidencial, el primer ministro, Gabriel Attal, anunció que mañana presentará a Macron su dimisión, pero se abrió a dirigir un Gobierno provisional debido a la “situación política sin precedentes” y a que Francia inaugura en menos de tres semanas los Juegos Olímpicos de París.

Fuentes del Elíseo avanzaron que Macron, que este lunes viaja a Washington para participar en la cumbre de la OTAN, va a tomarse tiempo hasta que se instaure la nueva Asamblea Nacional “para tomar las decisiones necesarias”, es decir para decidir sobre el Gobierno que se pueda constituir.

Y añadieron que Macron, cuando tenga que decidir, como “garante de las instituciones, velará para que se respete la decisión soberana de los franceses”.

Jordan Bardella pronuncia un discurso tras los resultados preliminares de la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Francia. (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON).
Jordan Bardella pronuncia un discurso tras los resultados preliminares de la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias en Francia. (EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON).

Muy distinto era el ambiente en la noche electoral del RN, donde su presidente y aspirante a primer ministro, Jordan Bardella, denunció con gesto adusto las “alianzas contra natura” que, en forma de renuncias de candidatos de otros partidos a participar en la segunda vuelta, han perjudicado a su formación.

La líder del partido, Marine Le Pen, no habló a los militantes pero en algunas entrevistas aseguró que lo de hoy fue “una victoria en diferido” ya que la progresión de su partido sienta los cimientos de un triunfo que ve como inexorable.

“La marea ha subido, no lo suficiente esta vez, pero sigue subiendo. Ha sido una victoria en diferido”, afirmó.

Los resultados llegaron después de que el RN ganara holgadamente la primera vuelta del 30 de junio, con un 33,3 % de los votos y era el favorito unánime para la segunda ronda, aunque sin mayoría absoluta, en todas las proyecciones demoscópicas.

“Es la mayor sorpresa electoral de nuestra historia”, resumió el politólogo Alain Duhamel en el canal BFM.

En algunas ciudades del país las manifestaciones para celebrar la victoria de la izquierda desembocaron en enfrentamientos con las fuerzas del orden, como en Lyon, Rennes, Lille y Nantes, donde habían sido prohibidas, lo que provocó intervenciones policiales para desalojarlas con gases lacrimógenos.

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