Desde que Rusia empezó a invadir Ucrania a finales de febrero de este año, el Kremlin se esforzó por cuidar el discurso. Para el régimen de Vladimir Putin no se trataba de una guerra o una agresión, sino de una “operación militar especial”.
Y Moscú se mantuvo firme hasta este jueves 22, o al menos eso parece. Consultado por la prensa, Putin declaró: “Nuestro objetivo no es hacer girar más la rueda del conflicto militar. Al contrario, acabar esta guerra. Es a lo que aspiramos y aspiraremos”.
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Según “La Vanguardia”, el mandatario no se refería a la invasión de este año, sino “al conflicto del Donbás, que se inició en 2014″. Sin embargo, el término no cayó bien en otras autoridades políticas.
Este viernes 23, Nikita Yuferev -diputado por San Petersburgo- solicitó que la fiscalía rusa investigara e inicie un “caso penal contra el presidente” por utilizar dicho término. Yuferev también le escribió al Ministerio del Interior.
Él argumento: “Por dichas palabras sobre la guerra han sido ya condenados varios miles de personas”.
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¿Qué dice la ley?
El 4 de marzo de este año, la Cámara Baja del Parlamento ruso (Duma) aprobó una legislación que “impone penas de hasta 15 años de cárcel para las personas que difundan información que consideran falsa sobre las fuerzas armadas del país”.
Se trató de una nueva acción del régimen para silenciar a los opositores, en una nación en la que “la población prácticamente solo tiene acceso a cadenas oficiales controladas por el gobierno, lo que lleva con frecuencia a que los ciudadanos del país crean que la operación rusa es de pequeña escala o puramente defensiva”.
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Algunos medios y periodistas independientes, por temor a las duras represalias, empezaron a apagar sus antenas. Algunos de ellos fueron el canal de TV Dozhd (TV Rain) y la radio Ekho Moskvy.
CNN apunta que el término “operación militar especial” es vital para el mensaje del Kremlin. Así enmascara “la brutalidad” de su “campaña de ‘desnazificación’” y su supuesta “causa patriótica y casi existencial”.
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La oposición perseguida
Nikita Yuferev no es un actor nuevo en la política rusa. La agencia EFE recuerda que, en setiembre, se le abrió un “protocolo” por pedir a la Duma que “acusara a Putin de ‘alta traición’ por iniciar una campaña militar contra el país vecino”.
A diferencia de él, a otros disidentes sí les cayó el peso de la ley.
A inicios de este mes, anota EFE, “la justicia rusa condenó a ocho años y medio de cárcel al dirigente opositor Iliá Yashin por denunciar los crímenes de guerra supuestamente cometidos por el Ejército ruso en el norte de Kiev”.
Por lo pronto, es claro que la guerra de Rusia contra Ucrania seguirá.
Esta semana el titular de Defensa, Sergei Shoigu, y Vladimir Putin anunciaron “una inversión sustancial en muchas áreas de las fuerzas armadas”. Esta consistirá, dice CNN, en “aumentar el tamaño de las fuerzas armadas, acelerar los programas de armas y desplegar una nueva generación de misiles hipersónicos para preparar a Rusia para lo que Putin llamó ‘enfrentamientos inevitables’ con sus adversarios”.