Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil.
Agencia EFE

El presidente , , intensificó este sábado sus ataques al Poder Judicial y reafirmó que “sólo Dios” puede sacarlo del poder, cuando faltan cuatro meses y doce días para los comicios en los que buscará una reelección que se antoja complicada, según los sondeos.

“Juntos, con fe, alcanzaremos nuestros objetivos. Es una misión que tengo y sólo Dios me saca de aquella silla (presidencial)”, señaló el mandatario ante cientos de fieles evangélicos durante la denominada ‘Marcha para Jesús’, en la ciudad de Curitiba (sur).

En clima de precampaña, el líder ultraderechista dijo que es su “deber” como jefe del Ejecutivo hacer con que todo aquel que actúa “fuera” de lo que marca la Constitución, “venga para dentro de la misma”.

“Nuestro ejército es el pueblo brasileño”, expresó Bolsonaro, segundo en las intenciones de voto por detrás del expresidente progresista Luiz Inácio Lula da Silva con vistas a las presidenciales del 2 de octubre.

Antes, participó en un encuentro con líderes evangélicos, donde volvió a elevar el tono contra el Tribunal Superior Electoral (TSE) y la Corte Suprema, que lo investiga a él y a sus aliados por desinformar sobre la covid-19 y los comicios, y por desacreditar a las instituciones democráticas.

“Soy aquí el que más responde a procesos e investigaciones en el Supremo, contrariando la opinión del Ministerio Público. ¿Qué quieren con eso? ¿Quieren robar nuestra libertad, nuestro bien mayor?”, se preguntó de forma retórica.

TENSIÓN EN AUMENTO

Las graves tensiones institucionales entre Bolsonaro y el Judiciario se arrastran desde 2020, cuando el Supremo dio autonomía a estados y municipios para adoptar medidas de aislamiento social para combatir la pandemia, frente al negacionismo del Gobierno central.

En 2021 se agravaron con la participación del presidente en protestas en las que se pedía una “intervención militar” y el “cierre” del Congreso, y este año continúan con los graves ataques del capitán retirado del Ejército al actual sistema electoral.

Sin pruebas, Bolsonaro viene sembrando sospechas sobre las urnas electrónicas que Brasil utiliza en sus elecciones desde 1996 y cuya seguridad siempre ha sido atestada por observadores internacionales.

Pidió recuperar el voto en papel, pero se encontró con el ‘no’ del Parlamento, y ahora quiere que las Fuerzas Armadas realicen un conteo de los sufragios paralelo al del TSE, órgano responsable por los comicios, y que una empresa externa haga una “auditoria” previa a las urnas.

“¿No puedo decir que una máquina no funciona correctamente? (...) No podemos permitir que esto continúe pasando. Queremos transparencia”, demandó Bolsonaro este sábado.

La corte electoral ya subrayó que quien cuida de las elecciones son “las fuerzas desarmadas”, es decir, la población civil, y advirtió que Brasil no permitirá “aventuras autoritarias”. En la misma línea, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, manifestó esta semana que “no hay dudas” sobre la “integridad” de las urnas.

Pero a medida que se acercan las elecciones, el gobernante redobla su ofensiva, en especial contra Alexandre de Moraes, el magistrado del Supremo -uno de los once- que supervisa investigaciones abiertas a Bolsonaro y que en agosto asumirá la presidencia del TSE.

Bolsonaro acusó el miércoles a De Moraes de comportarse “todo el tiempo” como “el líder de un partido de izquierda y de oposición”, y lo denunció ante el Supremo y la Fiscalía por un supuesto delito de “abuso de autoridad”.

El Supremo ya rechazó esa demanda y la Fiscalía General, al frente de la cual está el jurista Augusto Aras, nombrado por Bolsonaro, aún tiene que pronunciarse al respecto.

EL CLAN BOLSONARO ALERTA DE “INESTABILIDAD”

En medio de estos choques, Bolsonaro advirtió el lunes de la posibilidad de unas “elecciones conturbadas”, si existe la sospecha de que “no fueron limpias”, en un discurso que recordó al exmandatario estadounidense Donald Trump, a quien apoyó cuando intentó evitar el triunfo de Joe Biden.

Uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, también se pronunció esta semana en la misma dirección y, en una entrevista al canal SBT, advirtió que Brasil corre “el peligro” de enfrentar “inestabilidad”, “si el proceso electoral transcurre con ese manto de desconfianza”, sobre lo que no ofreció detalles.

También aseguró tener en su poder encuestas “internas” que pronostican un triunfo de su padre “en primera vuelta”, si bien todas las encuestas publicadas hasta la fecha y registradas en el TSE prevén un victoria holgada de Lula, al que otorgan en torno al 45 % de los apoyos, frente al 30 % que obtendría Bolsonaro.

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