En la mañana del 13 de noviembre, transcurridas las horas que tomó el proceso de sedación paliativa terminal, falleció la patinadora artística colombiana Carolina Otálora, una de las figuras más importantes de la disciplina a nivel nacional.
“Siendo las 6:20 a.m... no sé si sentirme triste o feliz... Carito ha logrado su objetivo de irse al cielo con la bendición de todos. Por favor estar listos para despedirla como ella nos lo pidió. Ahora es un angelito más en el cielo y desde allí nos cuidará a a todos. Tuve la fortuna de tomar su mano en sus últimos suspiros y no sentí miedo. Creo que fue un momento feliz y simplemente se tranquilizó para volar muy alto..”, compartió aquella mañana dominical, Juan Lemus, su esposo y compañero de carrera por más de dos décadas.
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Ahora, a tres semanas del fallecimiento de Otálora, cobra eco el último mensaje que Sebastián Lemus, el hijo de Carolina y Juan, compartió hace unos días en su estado de WhatsApp.
“Ya no es válido sentir rabia ni vivir enojado con la vida”, apuntó el joven talento del patinaje colombiano.
“Ya no es válido sentir rabia ni tampoco vivir enojado con la vida... te amo, mamá, te amo como a nada en el mundo, eso será así siempre. Te me adelantaste mucho esta vez... sabré drecirte cuánto te amo en estos últimos días, y decirte que donde sea que estés después me ve veas cumplir nuestras metas y sueños... y estés orgullosa del hijo que criaste... estaré triste porque como tú lo dijiste... me quedo sin mi madre, sin mi entrenadora y mi compañera de aventuras, pero como tú también dijiste... con lo malo incluido hemos disfrutado y gozado cada momento que tuvimos juntos. Y la vida me dio el privilegio de tener como madre, así que ¡TE AMO! (Sic y mayúsculas)”, escribió Sebastián, quien sigue los pasos de sus padres en el patinaje.
Según contaron sus allegados, la mujer, que compitió hasta el año pasado, padeció en el último tiempo de un cáncer gástrico incurable. De ahí que empujada por el sufrimiento de la enfermedad y los dolores, decidiera acceder al proceso de la sedación paliativa terminal.
De acuerdo con los los expertos, dicho procedimiento cabe dentro del espectro de la eutanasia en razón a que, según la familia de la deportista, ella la solicitó de manera voluntaria y autónoma en uso de plenas facultades. Además, actuó un equipo médico para aplicar los medicamentos correspondientes.
Esto es diferente al suicidio asistido en razón a que en este tipo de procedimientos -también avalados por la Corte Constitucional- quien actúa de manera directa es el paciente y en el cual los equipos médicos o de salud simplemente asisten la decisión voluntaria y autónoma del paciente.