Lo que era un viaje de vacaciones de fin de año a la isla de San Andrés, en Colombia, terminó en una pesadilla para la familia de un ciudadano colombo-chileno que está casado y tiene una hija en Cali.
La historia comenzó el pasado lunes 10 de diciembre, cuando Víctor Manuel Letelier, de 49 años y quien es voluntario de la Cruz Roja, estaba con su esposa, Liliana Varón, y su hija en cercanía del hoyo soplador.
El paseo lo hacían en un carrito de golf. La esposa del docente conducía el vehículo cuando dos hombres en motocicleta se les atravesaron en la calle. De inmediato, los desconocidos se bajaron de la moto y robaron a la familia.
Minutos antes, la familia chilena los había visto y los esquivaron, pero los dos desconocidos los persiguieron hasta que los alcanzaron. Uno de los delincuentes se colgó del carrito de golf y empezó a apuñalar al docente, quitándoles sus documentos, dinero y otras pertenencias que guardaba en un 'canguro' o pequeño maletín que se amarra a la cintura.
Se les llevaron tarjetas de crédito y débito, además de 1,5 millones de pesos en efectivo (472 dólares).
Posteriormente, los delincuentes se encontraron de frente con un camión que les cerró el paso y luego perdieron el equilibrio. Sin embargo, lograron huir del lugar.
El comandante de la Policía de San Andrés, coronel Jorge Antonio Urquijo, dijo que las autoridades ya tienen retratos de los sospechosos e indicios que permitirán su pronta captura. Dijo que serían "dos muchachos que no vivirían ni serían oriundos de San Andrés".
El profesor Letelier, quien es docente de la Universidad Católica de Cali, trataba de proteger a su señora y a su hija. Pero continuó el forcejeo. El agresor lo continuó atacando y le propinó cortadas en una pierna.
Mientras tanto, la esposa del docente y su hija gritaban angustiados, en busca de ayuda.
La esposa del profesor siguió gritando, a la espera de que alguien acudiera en su auxilio. Pasaron más de 10 minutos y al sitio llegó una ambulancia que, finalmente, trasladó al profesor herido al hospital departamental de San Andrés.
“Fuimos a un CAI, mi esposo estaba perdiendo mucha sangre. No había nadie en el CAI, pero había vendedores que me ayudaron a bajar a mi esposo, no tenía como comunicarme y empecé a gritar y a pedir una ambulancia, la herida era grande y perdía mucha sangre”, dijo la esposa del profesor a las autoridades.
También contó que en el hospital vivió más momentos de angustia porque percibía que no había los equipos necesarios y, al parecer, no había turno para que el docente entrara a cirugía en el centro asistencial de la isla.
De hecho, la señora buscaba la manera de trasladarlo en avión a Cali para lograr que en la capital vallecaucana lo intervinieran.
Sin embargo, tiempo después, el extranjero logró ser estabilizado.
La esposa del profesor también logró no solo que la Policía en la isla estuviera pendiente de su familia, sino que hizo lo posible para que le autorizaran el traslado en un avión a Cali, donde el chileno espera recuperarse de sus heridas y donde busca dejar atrás lo que empezó como unas vacaciones de ensueño y terminaron en momentos de dificultad.
Fuente: "El Tiempo" de Colombia, GDA