El 3 de mayo, justo al lado del fronterizo puente Simón Bolívar se registró una balacera entre delincuentes que controlan las trochas, dejando como saldo un muerto y un herido. Foto: Luisa González / Reuters, vía El Tiempo
El 3 de mayo, justo al lado del fronterizo puente Simón Bolívar se registró una balacera entre delincuentes que controlan las trochas, dejando como saldo un muerto y un herido. Foto: Luisa González / Reuters, vía El Tiempo

El sábado 23 de junio, cerca de 1.000 venezolanos llegaron a atemorizados por una balacera que se desató a raíz de una división en la estructura interna de Los Rastrojos. Un mes después, una disputa interna en otra organización delincuencial se volvió a encender, pero esta vez con un nivel de violencia y ensañamiento, la cual está reviviendo macabras prácticas como las decapitaciones y los descuartizamientos.

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Aunque este conflicto interno no ha sido confirmado por las autoridades de ambos países, varias fundaciones defensoras de derechos humanos coinciden en que la barbarie de los hechos violentos de las últimas semanas se estarían enmarcando en una sangrienta pugna librada, al parecer, en la banda delincuencial de La Línea.

Este grupo ilegal surgió entre 2013 y 2014, con una fuerte injerencia en seis barrios de las comunas 3 y 4 de la capital nortesatandereana, y en algunos sectores de la población vecina de Ureña. Su jefe natural es conocido con el alias Cepillo y es un curtido exintegrante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), quien fue capturado en 2017.

Su economía se basa prácticamente en las rentas derivadas de las extorsiones, que son cobradas en los pasos irregulares, más conocidos como ‘trochas’; del dinero obtenido por los secuestros ‘exprés’; y del narcotráfico. Este fortín criminal es la manzana de la discordia entre dos de sus jefes, quienes se disputan a sangre y fuego el poder financiero.

Se trata de los alias Marranero y Causa, quienes se habrían distanciado por la resistencia ejercida por parte de alguno de los dos en la ejecución de la masacre del barrio Torcoroma, de Cúcuta, que a principios de año dejó cinco muertos.

Alias Causa sería el responsable de ordenar la masacre en el barrio Torcoroma, de Cúcuta, que dejó cinco personas muertas a principios de este año. Foto: Cortesía de la Policía Nacional, vía El Tiempo
Alias Causa sería el responsable de ordenar la masacre en el barrio Torcoroma, de Cúcuta, que dejó cinco personas muertas a principios de este año. Foto: Cortesía de la Policía Nacional, vía El Tiempo

‘Causa’ es venezolano, se llama Jesús José Hernández y representa el ala más sanguinaria de la Línea. Este delincuente, además de los alias El Mono y Turry, son señalados por las autoridades venezolanas de estar detrás de las decapitaciones y de los descuartizamientos, los cuales son perpetrados en Ureña.

“Estas prácticas son propias de mafiosos, que también fueron usadas por los paramilitares en esta región del país. Lo que hemos conocido es que esta guerra es para controlar este negocio ilegal y demarcar fronteras invisibles entre unos y otros”, aseveró Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar. Este experto explicó que La Línea estaría integrada por 40 hombres armados, con elementos de guerra, como fusiles y granadas.

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