"¡Dios mío, fue el temblor más largo y fuerte de mi vida!"
"¡Dios mío, fue el temblor más largo y fuerte de mi vida!"

Los pobladores de las localidades afectadas por el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter registrado el sábado en la costa norte de  pasaron la noche en vela en busca de refugio por temor a réplicas, mientras que en Guayaquil, en la costa sur, se desplomaron al menos seis estructuras.



El sismo ha causado por el momento 233 muertos y 588 heridos, según el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, quien advirtió de que puede haber más víctimas.

En la zona del desastre, los pobladores de Manta, Portoviejo, Pedernales y otras localidades afectadas buscaron refugio, pues en las horas posteriores al movimiento telúrico se produjeron al menos 60 réplicas con magnitudes entre 2,6 y 5,6, según el Instituto Geofísico, que localizó el epicentro a 20 kilómetros de profundidad.

"En mi trabajo me agarró horrible, estamos sin luz, sin poder salir del trabajo. Pasaron muchas ambulancias por la avenida de las Américas, a la altura del aeropuerto", señaló Yadira Yagual, quien durante el temblor laboraba en un centro estético en las costas de Esmeraldas, según informó el portal web El Universo.

El alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, señaló que muchos pobladores se acercaron al aeropuerto "Los Perales" de esa ciudad, con el fin de pasar ahí la noche.

"El centro de Puertoviejo ha sufrido graves daños y en las zonas rurales también", dijo Casanova a la televisión Ecuavisa. "Han colapsado los servicios públicos", añadió el primer edil, para quien "lo prioritario ahora es rescatar a las personas" que hayan podido quedar atrapadas entre los escombros de los edificios.


Casas derrumbadas, servicios públicos suspendidos y personas fuera de sus viviendas eran la tónica durante la noche en las localidades de Manta, Chone, Pedernales o Bahía de Caráquez.

El alcalde de Manta, Jorge Zambrano, según el diario el Telégrafo, dijo que la ciudad registra serios daños de infraestructura y que en varios sectores no hay energía eléctrica.

Entre las estructuras afectadas está la torre de control del aeropuerto, según la televisión pública.

En la costa sur del país, a 365 kilómetros de Pedernales, en Guayaquil, también colapsaron al menos seis estructuras, entre edificios e infraestructuras públicas, entre ellos el paso elevado de las Américas.

Por su parte, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, informó al diario El Telégrafo que cinco viviendas resultaron afectadas en la capital por el movimiento telúrico, que provocó cortes en el suministro eléctrico, pero las vías de la capital funcionan con normalidad, al igual que el aeropuerto de Tababela.

Cristina Durán, de 45 años, tomó a sus tres mascotas y se ubicó bajo el marco de una puerta para protegerse de los vidrios que crujían. "Sentí temor y solo pedía que se acabe" el temblor, relató a la AFP en Quito. En el norte de la capital, la gente salió asustada a las calles, donde los postes de luz y los cables se movían de lado a lado, constató un periodista de la AFP.

"¡Dios mío, fue el temblor más largo y fuerte que he sentido en mi vida! Duró bastante tiempo y sentí mareo, no podía caminar, la cabeza me daba vueltas. Quería salir corriendo a la calle, pero no podía", dijo a la AFP María Torres, de 60 años.

Rodas señaló que hubo daños en la iglesia de La Magdalena, así como deslizamientos de tierra.

En varios puntos de la capital, varios ciudadanos informaron en las redes sociales de fisuras en paredes de las viviendas, así como rotura en vidrios de hoteles y casas por el temblor.

Por su parte, el ministro del Interior, José Serrano, decidió cerrar durante al menos 72 horas todos los centros de diversión nocturnos de las 24 provincias del país, como parte de las medidas de excepción de seguridad y de orden público adoptadas por el Estado para hacer frente a la tragedia.

"Cómo no voy a llorar"

El mercado de Abdón Calderón se desplomó como un "castillo de naipes", contó Nelly mientras el bombero Alberto Santana inspeccionaba entre los escombros y hierros retorcidos para tratar de recuperar el cuerpo de una víctima, que bajo una gran placa de concreto está a la vista de todos. 

La infraestructura parece un sándwich aplastado, como si sus columnas y paredes hubieran sido retorcidas como plastilina. 

"Salimos apurados a la calle y ya vimos el mercado en el suelo", continuó la desconsolada anciana, sin poder evitar las lágrimas.

"Cómo no voy a llorar, había una persona atrapada que gritaba pidiendo auxilio, pero después ya dejó de gritar. Ay, Señor, fue terrible". 

Los bomberos que trabajan en la zona dan cuenta de la tragedia. 

"Cuando llegamos esto ya estaba todo abajo. Fueron dos remezones y todo cayó abajo, de una sola. Ya hemos encontrado a dos víctimas", detalló Santana a la AFP. 

Francisco Mendoza, de 51 años, era uno de los fallecidos y su cuerpo se podía observar desde la calle. Además de dedicarse a la agricultura, tenía un puesto de ventas afuera del mercado que atendía los sábados y domingos. 

"Entró a orinar, a ocupar un baño dentro del mercado. Vea las cosas de la vida, a orinar y ahí le cogió el terremoto", dijo a la AFP Colón Mendoza, de 73 años y padre de la víctima. 

Con la voz entrecortada, Colón señala: "Este sismo no se iguala a los que he sentido. Este fue más fuerte, como nunca, sonaba tanto la casa que daba miedo, era una sonadera tremenda". 

"El terremoto fue largo, largo", anotó el hombre, quien acongojado y mirando al piso se pregunta: "¿Y ahora qué va a pasar con la viuda y los dos huérfanos (de 5 y 10 años) que deja Pancho?". 

Fuente: Agencias