Haitianos son deportados con ropa puesta y sin destino [VIDEO]

(AFP). Desde que en junio entró en vigencia nuevas y más estrictas leyes migratorias, docenas de deportados regresan diariamente desde República Dominicana a

Malpasse es uno de los cuatro puertos oficiales de entrada con , y en los últimos meses la ciudad ha sido testigo de la llegada de refugiados haitianos. 

"No querían que nos trajéramos nada. Solo pude traer esta ropa… Estaba hablando con el pastor fuera de su casa. Ahí es cuando la gente de migraciones vino y me llevó. El pastor quería darme algo de dinero, pero se negaron y me llevaron", cuenta Jules Mismac, deportado haitiano.

Un llamado internacional obligó a las autoridades de Santo Domingo a dar marcha atrás en su plan para arrebatar la nacionalidad dominicana a los hijos de migrantes. 

Se les dio de plazo hasta el 17 de junio de este año para solicitar su naturalización, y a otros migrantes se les permitió aplicar para legalizarse. 

Hoy un total de 35 personas están siendo expulsadas, pero cerca de 500 mil corren el riesgo de que les suceda lo mismo. 

"La mayoría de los expulsados dejan detrás a sus hijos, sus esposas. Separan familias. Como defensores de los derechos humanos vemos esto como un crimen contra la humanidad. Son migrantes ilegales pero sobre todo son seres humanos", sostiene Pierre Nere Garot, coordinador del colectivo de derechos humanos para deportados y migrantes. 

En el cruce de frontera de Anse Pitres, cerca de 2.500 deportados conviven en seis campos de refugiados. Debido a que viven en condiciones tan pobres, el gobierno de Haití y ONGs locales organizaron visitas médicas. 

De vuelta en Malpasse, y tras registrarse en la oficina de migraciones, muchos de los recién llegados no tienen a dónde ir. 

"No sé a dónde me van a llevar y qué harán conmigo. Ellos lo saben, al fin de al cabo son los que me han expulsado", señala Luc Blanco, un haitiano deportado.

En Haití, unas elecciones presidenciales pacíficas hacen pensar que el país está en camino de terminar con una crisis política.

Pero el nuevo gobierno en Puerto Príncipe puede que haga la vista gorda con el tema de las deportaciones para no poner en peligro las fuertes relaciones económicas que tienen con el país con el que comparten isla. 

MIRA MÁS VIDEOS DE PLAY...

Contenido sugerido

Contenido GEC