"Hemos derrotado al Estado Islámico en Siria, mi única razón para estar ahí", escribió el miércoles en su cuenta de Twitter el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para justificar el anunciado retiro de las tropas estadounidenses del país árabe.
"Llevamos mucho tiempo luchando en Siria. Yo he sido presidente por casi dos años y realmente lo intensificamos y ganamos contra el Estado Islámico", insistió luego, en un video grabado frente a la Casa Blanca que él mismo se encargó de distribuir a través de la red social.
"Los vencimos y los vencimos claramente, recuperamos los territorios, y ahora es hora de que nuestras tropas regresen a casa", agregó.
Que Estados Unidos lleva rato combatiendo al grupo yihadista en Siria es algo que no se discute: sus fuerzas armadas han estado participando directamente en operaciones militares ahí al menos desde septiembre del 2014, cuando el presidente todavía era Barack Obama.
Y con la captura del pequeño pueblo de Hajin, el 14 de diciembre pasado, el grupo que se hace llamar Estado Islámico efectivamente perdió su último bastión en Siria.
Pero ¿qué tan es cierto que el autodenominado Estado Islámico ya está derrotado, como afirma el presidente Trump?
- "Un retrato completamente diferente" -
Por lo pronto, el presidente ruso, Vladimir Putin, celebró la decisión estadounidense y dijo que, en lo general, estaba de acuerdo con su homólogo norteamericano.
"Con respecto a la derrota del Estado Islámico, estoy en gran medida de acuerdo con el Presidente de los Estados Unidos (...). Hemos logrado un progreso palpable en la lucha contra el terrorismo en este territorio y hemos dado grandes golpes al Estado Islámico en Siria", declaró.
Pero este aval seguramente no tranquilizará a los políticos estadounidenses que piensan que Trump no solo se equivoca, sino que la decisión de retirar las tropas favorece a "otros dos adversarios de EE.UU. Irán y Rusia" y a "la brutal dictadura de (el presidente sirio) Bashar al Asad", como el senador republicano Lindsey Graham.
"Con el debido respeto, el Estado Islámico no está derrotado en Siria, Irak, y habiendo regresado de una visita ahí, definitivamente tampoco en Afganistán", escribió Graham, miembro del comité de servicios armados del Senado estadounidense.
"Mientras usted cree que la amenaza del Estado Islámico ya se disipó, las condiciones en el terreno pintan un retrato completamente diferente", insistió luego en una carta al presidente firmada por otros cinco senadores republicanos, entre ellos Marco Rubio.
"Si sigue adelante con su decisión de retirar a las tropas de Siria, cualquier remanente del Estado Islámico en Siria va seguramente a renovar y envalentonar sus esfuerzos en la región", advirtieron los senadores.
Y esa visión parece además compartida por los aliados de Estados Unidos. en la coalición internacional contra el autodenominado Estado Islámico, con el gobierno de Reino Unido insistiendo en que el Estado Islámico continúa siendo una amenaza a pesar de "los importantes avances" logrados.
"Desde que empezaron las operaciones militares, la Coalición y sus aliados en Siria e Irak han recapturado la gran mayoría del territorio del Estado Islámico y en los últimos días se han logrado importantes avances en el última área de Siria oriental ocupada por Estado I", reconoció un portavoz británico.
"Pero todavía hay mucho que hacer y no debemos perder de vista la amenaza que (la organización) representa. Incluso sin territorio, el Estado Islámico continúa siendo una amenaza", agregó el portavoz.
- Diezmados, pero... -
Efectivamente, años de combates y bombardeos, tanto de la coalición liderada por Estados Unidos, como del propio gobierno sirio con el apoyo de Rusia y milicias apoyadas por Irán, parecen haber acabado definitivamente con los sueños de la organización de establecer un califato "en Irak y Levante".
De hecho, actualmente se estima que el Estado Islámico controla menos de un 1% de todo el territorio que alguna vez estuvo en su poder.
La captura de Hajin por parte de tropas kurdas apoyadas por EE.UU., sin embargo, se produjo después de lo que comandantes estadounidenses describieron como algunos de los combates más intensos que habían visto en el último año.
Y se estima que el Estado Islámico todavía todavía tiene a unos 2.000 combatientes en el valle del río Éufrates Medio, dispuestos a combatir hasta la muerte, así como miles más en otras partes del país.
De hecho, en su carta, los senadores estadounidenses destacan el importante papel de las tropas estadounidenses "como un vital escudo contra las células del Estado Islámico que operan en el noreste de Siria".
Y, hasta hace dos semanas, la posición oficial de Estados Unidos también parecía ser que aún quedaba trabajo por hacer.
"Nadie está declarando misión cumplida", dijo en ese momento Brett McGurk, el representante estadounidense en la coalición contra el Estado Islámico, para quien "si algo hemos aprendido a lo largo de los años, es que la derrota definitiva de un grupo como este significa que no puedes simplemente derrotar su espacio físico y luego marcharte".
"Nadie esté diciendo que (los combatientes del Estado Islámico) van a desaparecer. Nadie es tan ingenuo. Así que queremos permanecer en el terreno y garantizar el mantenimiento de la estabilidad en esas áreas", aseguró antes de la captura de Hajin (y el anuncio del retiro de tropas de Trump).
- Miles de militantes -
Por lo pronto, los expertos advierten que, ahora que no controlan ningún territorio, muchos de los miembros del grupo simplemente han regresado a sus raíces insurgentes, participando en ataques con bombas, asesinatos y secuestros mientras tratan de reorganizarse en la clandestinidad.
En el caso sirio, las cifras actuales de los mismos ciertamente están muy lejos de los 14.000 militantes que el Departamento de Defensa de EE.UU. estimaba en agosto pasado, cuando también calculaba en 17.000 el número de sus miembros en Irak.
Pero expertos de Naciones Unidas estiman que todavía hay de 3.000 a 4.000 militantes del Estado Islámico en Libia y 4.000 en Afganistán, y la organización también tiene presencia en el sudeste de Asia, África occidental, la península egipcia del Sinaí, Yemen, Somalia y el Sahel, además de los 5.600 combatientes que se estima regresaron a sus países de origen, entre los que figuran varias naciones europeas.
En otras palabras, aunque el califato del Estado Islámico ya no exista físicamente, la "derrota permanente" del Estado Islámico todavía no parece estar asegurada, ni en Siria, ni a nivel global.